Bastante defraudado salió servidor del concierto de Xixa el pasado lunes en La 2. El grupo de Tucson comandado por Brian Lopez y Gabriel Sullivan llegaban al ciclo Caprichos de Apolo con un notable disco como Bloodline bajo el brazo y una sorprendente, para mí, buena entrada en la sala para encarar el concierto. Para empezar lo hicieron en penumbras, no dejando ver sus caras mediante los juegos de luces algo que, más allá del efecto sorpresa inicial, acabó por cansar. En segundo lugar, tiraron demasiado de la parte más latina de su repertorio, convirtiendo en cumbias o guarachas incluso los temas que en disco no tienen esos ritmos. Eso hizo que el concierto se convirtiera en una pachanga de mestizaje que, seguro que encantó a algunos, pero a mí me dejó frío, frío y, sobre todo, echando de menos los temas más experimentales y por qué no decirlos anglófonos de su propuesta. Mala suerte y una decepción, en mi caso. Muy lejos todavía de referentes como Calexico o Giant Sand.
Texto: Eduardo Izquierdo
Foto: Sergi Fornols