En medio de este tiempo permanentemente convulso y acelerado en el que vivimos, es reconfortante seguir encontrando refugios a los acudir periódicamente con la seguridad de que estarán ahí esperando, inalterables, acogedores. Si los discos de The Feelies siempre han sonado como una cápsula a prueba de ataques exteriores, la inefable prolongación musical de unas mentes ensimismadas, para este In Between han rizado el rizo y apenas han salido del sótano en el que ensayan, el de la casa de Glenn Mercer, convencidos de que el sonido de los ensayos no podía ser reproducido en un estudio convencional. Quizá esa sea la razón del tono más bien acústico y reposado, con dominio de sus inconfundibles guitarras rítmicas sobre las serpenteantes solistas. La percusión le disputa el protagonismo a una batería menos frenética, y la extemporánea aparición de flautas y sonidos de ambiente (pájaros, interferencias, zumbido de amplificadores), envuelve los mensajes de autoafirmación personal entonados por la ascética voz de Glenn Mercer en ese ya característico idioma telegráfico, un hipnótico código morse de versos y títulos de tres sílabas. El pulso firme de ese folk-rock de otra dimensión, más básico y esencial que nunca, se acelera levemente o se enrarece por momentos, hasta cerrar el círculo con una brutal revisión de la inicial «In Between», nueve intensos minutos de feedback que terminan de celebrar a lo grande más de cuarenta años de carrera.
CARLOS REGO
