Vivos

Enric Montefusco -Teatro Lara (Madrid) Son Estrella Galicia

Tras el emocionante carpetazo dado a la prolífica etapa de Standstill, el otrora líder creativo y espiritual de los catalanes se reinventa, buscando nuevos retos artísticos con los que vehicular el boyante caudal creativo que atesora. Meridiana, su primera referencia en solitario, le muestra más humano, más ciudadano de a pie que nunca. Con una progresión lógica respecto lo acontecido en los últimos años en Standstill, Montefusco se sirve de referencias muy personales, pero a menudo también universales, para crear piezas de folk-pop que beben del sonido Mediterráneo, la tradición pop hispanoamericana , la chanson, y una suerte de post-rock no electrificado en el que se mueve como pez en el agua.

Mostrándose comunicativo y haciendo gala de un sentido del humor natural a través del cual conectó con la audiencia, el de Barcelona dio un buen repaso a sus nuevas canciones. Lo hizo con la inestimable ayuda de un trío de músicos muy versátil (violín, acordeón, trombón, percusión, etc…), que elevó el repertorio a un nivel interpretativo y de cuidado del detalle, sobresaliente. «Flauta Man», «Vida Plena», «Meridiana» y demás títulos pertenecientes su nueva obra, brillaron en la cercanía que ofrecía el Teatro Lara, emplazamiento que, por sus dimensiones (aunque hubo quien se quedó fuera), resultó idóneo para acercarse a un repertorio, como es el caso, especial.

De entre los momentos más candentes de la noche, subrayar la recuperación de algunas piezas esenciales de su anterior banda. «¿Por Qué Me Llamas a Estas Horas?», dedicada a sus ex-compañeros de batallas musicales, allí presentes, o «Adelante Bonaparte». Éstas, acometidas desde un formato más delicado y suave (en sonido, que no en intensidad), fueron celebradas y cantadas por el respetable, con una sonrisa en la boca. Además, ya en el añadido, nos sorprendieron con una relectura personal de «Todo es Mentira», del gran Albert Pla, para acto seguido, instigar a los presentes a salir al hall del teatro y participar de una suerte de mini concierto a viva voz que más de uno guardará en su memoria con cariño. Allí, sin amplificar, pero con decenas de implicados que no rehusaron la invitación a cantar y/o tocar las palmas, sonaron sentidas y desnudas versiones de «Obra Maestra» o «Todo Para Todos». Un broche final que dejó un gran sabor de boca.

Si el futuro de Montefusco depara momentos de belleza y poesía similares a los expuestos en sus primeros pasos a título personal, se prevé más llevadero para los viejos fans (al menos para los menos radicales) un futuro sin Standstill. De cualquier manera y dejando de lado el pasado, el talento innato y la gran capacidad vocal y (cada vez más) poética de nuestro protagonista, le hace brillar con luz propia dentro de un panorama musical en el que no abundan artistas como él.

 

Texto y fotos: Daniel González

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter