Lleno absoluto. Entradas agotadas. No podía ser de otra forma. Cass McCombs presentaba su último y excelente disco Mangy Love en el Centre Artesà Tradicionàrius. Uno de los conciertos de la Ronda del Heliogàbal que sigue demostrando su exquisito gusto al programar. Un lugar acertado para un directo como este en el que hay que disfrutar de cada segundo musical a la perfección. Lástima que la sala esté tan desaprovechada. Repasó McCombs durante hora y media larga su último trabajo. Abrió la noche con “Bum Bum Bum” que dejó sin aliento al público que asistió en silencio respetuoso a la actuación con esta dura denuncia del militarismo made in the USA que buena falta hace en estos tristes y trumpianos días. Lo hizo con un toque tan sutil musicalmente hablando que parece que le estaba cantando al amor cuando hacía todo lo contrario. Venía acompañado al bajo por el también productor del disco junto al propio McCombs, Dan Horne, cómplice en todo momento. Como el resto de la banda, Otto Hauser a la batería y Frank LoCastro al teclado y piano. McCombs se complementa a la perfección con sus músicos, llegando incluso a la jam jazzística en temas como “Opposite House”. Toque jazz tuvo también la delicada “Dreams-come-true-girl” que junto con la nativa “Witchi tai to” acabó de elevar el nivel musical de la noche a la perfección absoluta. El tempo animado de “Run Sister Run” nos hizo bailar. La delicadeza de “County Line” nos subyugó y el final con “I’m A Shoe” nos hizo salir de la sala con la certeza de que empezaríamos semana con buen pie.
Texto: Anabel Vélez
Foto: Jordi Vidal