Al parecer, las cloacas del underground británico siguen estando igual de sanas que de costumbre. Una buena muestra de ello, es el pildorazo sónico que supone adentrarse en la referencia homónima de Luminous Bodies. No confundirse, a pesar de ser su Debut discográfico tratamos a una formación compuesta por perros viejos de la vanguardia musical independiente en U.K, procedentes de bandas como Part Chimp, Gum Takes Tooth o Terminal Cheescake. Quizás sean nombres que en nuestras latitudes aun carecen de relevancia, pero esperemos que con el paso del tiempo, algunas de estas gemas de la independencia subterránea consigan salir por las rendijas del desconocimiento por el bien de todos.
Los inicios de Luminous Bodies se remontan a 2014 cuando Gordon (voz, guitarra) decide testear algunos riffs junto a Tracey Bellareis (bajista). A partir de ahí, la maquinaria comienza a funcionar incorporando a otro guitarrista e incluso a un segundo baterista como guiño a los esquizoides Butthole Surfers, los maniáticos tejanos son inspiración absoluta para ellos, aunque en un sentido estrictamente sonoro el oyente no detectará tal vinculación entre ambas bandas para nada.
Escasos ensayos y 4 conciertos les bastaron para captar la atención de Matthew Batty capo de Box Records, que tras un bolo en Bristol, no tuvo más remedio que acercarse a la banda para reconocerles “la pálida sufrida” tras la descarga atronadara de amplis al 11, gritos enquistados y músicos completamente endemoniados sobre el escenario. “Necesito editar vuestro jodido disco tíos!” Una sentencia casi desesperada y tajante por capturar la esencia de aquellas canciones en directo. Ese encuentro no solo se quedó en meras palabras- ya sabemos que el viento se las lleva-sino que afortunadamente pudieron trasladarse al estudio meses después.
El resultado lo conforma 8 rodajas de Rock ruidista brillantemente ejecutado, donde los riffs pendulan con inteligencia, sabiendo mantener la pulsión intacta sin sobrecargar al oyente. Al mismo tiempo, encontramos certeras melodías que aunque aparezcan camufladas en la primera escucha, consiguen emerger a medida que nuestro oído se habitúa a las reglas del juego que el Album nos propone. Ya en el primer asalto, la colleja es casi para Knock-Out, si crees que todavía no tiene la canción ideal para rescatar tus días insulsos, prueba con “Man´s Milk” donde una guitarra pesada con regusto sabbathiano se encarga de encender la mecha para, segundos más tarde, girar la canción hacia registros sucios y metálicos, algunos de vosotros podréis rememorar intensas tonadas noventeras rebosantes de guitarras oxidadas y ritmos que cortaban la sangre, véase el reflejo en bandas como Mudhoney, Green River o los siempre inflavalorados TAD.
A medida que transcurre el minutaje del disco, se percibe la agresividad implementada en sus canciones dejando a un lado experimentalismos ya ejercidos por cada uno de los 5 cuerpos luminosos en bandas previas. Las medias tintas no tienen cabida aquí, se apuesta por lanzarse al barro sin titubeos, temas cosidos sin anestesia previa, con mordida para tumbar a un caballo desbocado. Buena prueba de ello, son cortes como “Inhaler” profesando culto a los totémicos Melvins, otro bombazo de rock mugriento es “Lady Graveyard” con cierto tufo a los aussies Bored o los campestres Cosmic Pyschos. A continuación, salta a través de nuestros altavoces el single “ Destroyed” alcanzando el pico más alto del disco con una afilada cuchilla de noise-punk, 2:14 minutos les bastan para trepanarte los sesos utilizando el macarrismo como herramienta- el descamisado David Yow de Jesus Lizard volvería a lanzarse sobre la multitud tras oir este tema, sin dudas-. Si aun te siguen excitando aquellas bandas americanas auspiciadas bajo el paraguas Amp-Rep Records o solías alucinar con las referencias más gamberras de Sub-Pop en sus comienzos, sería recomendable zambullirte en la obra de estos desarrapados ingleses.
Texto: Alfredo Caro