Jairo Zavala es probablemente el mejor representante en nuestro país de los sonidos fronterizos que engatusan multitudes al otro lado del Atlántico. Ni si quiera se si puede hablar de género al uso pero, cuanto menos, esos sonidos nos recuerdan a desierto, a viaje, y constituyen una banda sonora que se encuentra ligada a un paisaje muy concreto y a una serie de vivencias que deberían no dejar impasible a nadie. El tracklist de frontera incluye a sujetos tan idolatrados (con razón) como Townes Van Zandt, Willie Nelson, Los Tigres del Norte y Calexico. El hecho de que Jairo sea integrante habitual de la banda de Arizona ha propiciado, sin duda, que un tipo nacido en un barrio popular de Madrid sea capaz de trasladarnos a esos lejanos parajes desde la misma ribera del Manzanares y durante dos horas seguidas. Con un “no hay billetes” en la mítica sala madrileña de La Riviera, Zavala estuvo precedido por una maravillosa Gaby Moreno, a la que acompañó tocando todo tipo de percusiones durante su actuación. Posteriormente, Jairo abandonó el escenario y apareció DePedro, rodeado de una banda muy solvente y compenetrada durante todo el concierto.
Su último disco se titula “El Pasajero” y evoca una actitud de permanente cambio que se refleja en las letras de sus canciones. Sonaron, entre otros temas del álbum, “Panamericana”, “¿Hay alguien ahí?”, “La Casa de Sal”, “DF” (sin Bunbury) y “Déjalo Ir” (con Gaby Moreno). Hubo también tiempo para temas anteriores, como “Miguelito” o esa barbaridad que lleva por título “Diciembre”, con la que el público entró en ebullición tarareando su pegadizo estribillo. En todo momento, DePedro dio muestras de su dominio de la guitarra y del buen gusto que tiene a la hora de seleccionar a sus escuderos. Así, destacó especialmente la sección de vientos, formada exclusivamente por un enjuto y gafudo virtuoso del saxo. Cerró el recital interpretando “Ser Valiente” y “Comanche” (otra vez con Gaby Moreno) y dejó claro que le quedan muchas historias por contarnos, ante lo que no podemos dejar de quitarnos el sombrero y abrir bien las orejas.
Texto: Pepe Maza
Foto: Javi Vacas