La posibilidad de poder ver a dos referentes de la música popular del Siglo XX como Jeff Beck y Van Morrison en un mismo concierto hacía imperativo el retrasar un día la vuelta a casa, y como era de esperar, valió mucho la pena.
Jeff Beck presentaba el moderno y ecléctico “Loud Hailer”, pero al estar su actuación enmarcada en el festival de Blues londinense tampoco se olvidó de rescatar viejos standards del género y de su carrera en solitario. En una gran forma física (ya olvidados los problemas que le hicieron suspender la gira europea del verano de 2014), y como siempre ajeno a las modas, comenzó muy potente, dando cancha a su nuevo álbum,pero tanto la voz como la actitud escénica de Rosie Bones no están a la altura de un grupo que está a un enorme nivel técnico.
Para repasar los viejos blues salió a escena un dandy sureño al que rápidamente reconocí como el gran Jimmy Hall, el carismático líder de los sureños y souleros Wet Willie,una de las mejores bandas surgidas de la legendaria Capricorn Records de Macon,Georgia. Uffff!!!!! A partir de este momento la actuación dio un giro de 180º. El “mojo” de Hall continua intacto, y canciones como “A Change Is Gonna Come” o “Superstition” sonaron como nunca, con una “espiritualidad” casi inédita en la carrera del de Surrey. Sin olvidar los instrumentales marca de la casa y con un último fogonazo con “A Day in the Life”, el suyo fue un recital que fue de menos a mucho más………
¿Qué versión nos ofrecería el león de Belfast en su puesta en escena? ¿La del siempre huraño trovador, la del inédito comunicador, la del profesional burócrata? Después de muchos años asistiendo a conciertos me llevé una de las sorpresas más inesperadas: Van the Man salió a por todas, comunicativo con el público y su banda, y ojo al dato, ¡partiéndose de risa con su colega Chris Farlowe en la jam de Blues!!!!!!ver para creer!!!! Presentaba nuevo LP, el magnífico (y sin piloto automático) “Keep Me Singing”, pero al igual que Beck intercaló canciones del nuevo álbum con clásicos de su discografía y excitantes y energéticos clásicos de Blues. La banda que le acompaña es de auténtico lujo, donde destacan Dave Keary y Paul Moran, que le proporcionan una necesaria tranquilidad para intercalar las tareas vocales con el saxo y la armónica. Se le notaba cómodo y seguro, sabiendo que el nuevo material también funciona en directo.
Pero en medio del recital se desató el entusiasmo: Jeff Beck y Chris Farlowe se le unieron para interpretar unas escandalosas “Call It Stormy Monday” y “Sometimes We Cry” (ésta solo con el fabuloso Farlowe), donde el irlandés se lo pasó bomba y perdió su discreción habitual. Si eres seguidor de Van Morrison desde hace años (como es mi caso) el repertorio te parecerá efectivo y modélico, pero cuando suenan las primeras notas de “Moondance”, “Here Comes the Night” o “Ballerina” algo se desata en tu interior y la emoción te desborda: al estilo Dylan las intenta mutar, pero siguen sonando a pedazos de tu vida, y cuando se desempañan tus ojos te das cuenta de lo afortunado que eres al coincidir en el tiempo con un mito como Van the Man. El último bis fue “Gloria”, y a mitad de la canción se retiró del escenario como en él es habitual, dejando el protagonismo final a su banda. Supimos que la magia se había evaporado, pero nunca dejaremos de escuchar su música: es demasiado tarde para parar ahora……….
Texto: Albert Barrios
Foto Van Morrison: Javier H. Ayensa
Foto Jeff Beck: Albert Barrios
