Plantearse escribir un libro sobre la influencia de la música norteamericana en nuestro país antes de 1955 tiene un par de problemas. Primero, para qué engañarnos, el tema tiene un atractivo limitado. Y en segundo lugar no es fácil acceder a información procedente por supuesto de tiempos anteriores a la existencia de Internet con la idea de hacer una obra fiel a la realidad histórica. Ignacio Faulín consigue superar ambos conflictos. Por un lado es suficiente con leer unas cuantas de las más de cuatrocientas páginas que conforman el volumen para darse cuenta de que su prosa y su pasión por el tema se carga de un plumazo el tema del interés. Y respecto a la información el problema es todavía más inexistente, porque si algo queda claro es que el autor sabe de qué habla y domina el tema paseándonos sin rubor por swing, jazz, boogie-woogie o mambo a partir de un montón de datos que esconden un trabajo enciclopédico absolutamente fascinante. Desde luego, se puede dar por más que satisfecho.
Eduardo Izquierdo