Los amantes del rock americano apuntan en su lista de fechas destacadas del año la elegida por Tim Easton para sacar cada nuevo disco. Y no es de extrañar, tras oír las canciones de su nuevo American Fork. Un álbum que, de paso, lo trae de vuelta a nuestro país para actuar el 20 de noviembre en Santander, 22 Barcelona, 23 Valencia, 24 Zaragoza, 25 Madrid, 26 Cangas de Morrazo y 27 Luanco.
Hombre Tim, con lo que esperamos tus discos y ¿sólo ocho canciones? ¿No es muy corto?
¡Pero si es la longitud perfecta tío! Ocho canciones, pero suficientemente trabajadas. Grabé alguna cosa más pero no sentí que esos otros temas pudieran formar parte del mismo disco.
Me da la impresión de que has buscado nuevas texturas ¿estoy equivocado?
No, es así. Era el momento de añadir nuevas capas de sonido y cosas como un saxofón, que es la primera vez que aparece en un disco mío. La banda es del este de Nashville y eso también influye en el sonido. Es mi barrio y está lleno de gente con talento para todo, ya sea hacer música, grabarla o cocinar, pintar o escribir (risas).
Pero tu anterior trabajo tenía un enfoque más minimalista, a eso me refiero.
Estás totalmente acertado. Me gusta cambiar las cosas, no repetir siempre lo mismo. Quiero sorprender a la gente y eso es un desafío, aunque se trate de canciones que se grabaron tocando en directo. Pero son temas con muchos más acordes y puentes inhabituales. Luego influye también el trabajo del productor, Patrick Damphier, incluyendo recordings posteriores con voces dobladas, coros o percusión.
¿De dónde surgen estas canciones?
Estoy escribiendo continuamente. Tengo siempre dos o tres listas de canciones nuevas. A veces son pop e incluso me atrevo con líneas de hip-hop. Ya tengo esbozados los dos próximos álbumes y me gustaría grabar en España (NdA. Un pajarito nos asegura que Easton aprovechará esta gira para empezar a maquetar en nuestro país).
El tema de apertura, «Right Before Your Own Eyes» gira alrededor del paso del tiempo ¿es algo que te preocupa mucho?
No creas. Lo que pasa es que después del nacimiento de mi hija perdí la noción del tiempo y la rapidez con la que se evapora.
Detecto en «Gatekeeper» mucha rabia ¿contra quién?
Bien visto. Es la primera canción que escribo desde un punto de resentimiento. Yo diría que es contra todos los que dan la espalda al arte por amor al dinero.
¿Y ese homenaje a la slide-guitar que es «Elmore James»?
No solo a la slide sino a todo aquel que puede agitar una estancia solo con una guitarra y su voz. Fíjate que en el tema no hay slide, hubiera sido demasiado obvio.
Creo que es tu mejor disco, pero ¿por qué crees tú que tengo esa impresión?
Quizá porque mi sonido es más maduro y ambos somos adultos ¿no? (risas). Supongo que he dejado atrás algunas cosas más infantiles.
Una curiosidad. Pasas mucho tiempo en Alaska ¿hay algún motivo musical para ello?
Por supuesto. La naturaleza y los viajes son parte de mi expresión artística. Alaska es el lugar más salvaje y menos pretencioso de toda América. Además, me encanta ir a pescar. Ese tipo de viajes me inspiran realmente. Llevo yendo a Alaska 15 veranos seguidos y tengo un terreno allí. Diría que soy un habitante honorífico de Alaska. Tengo muchos amigos artistas allí que trabajan, simplemente, por amor al arte.
Ya que vuelves de gira ¿qué me dices de tus experiencias previas en Europa?
He estado girando por allí siete años. Lo hice para aprender y tener experiencias sobre las que escribir. Hice diarios e incluso, una vez en Barcelona, llegué a dormir en el parque. Otras veces he dormido en sitios increíbles. Soy un tipo afortunado por tener muchas canciones que tocar y si no, he tomado prestadas unas cuantas (risas).
Tengo que preguntarte, para acabar por el concierto de Barcelona. Allí, dentro del Ciclo Acaraperro vas a interpretar íntegro el Another Side of Bob Dylan ¿qué te llevó a elegir ese disco y no otro?
Es mi disco favorito de los que están grabados sin banda. Me encantan los discos de Dylan de los 70 y los 80 porque creo que son el verdadero puente entre el folk y el rock and roll. De hecho, en esta gira no voy solo. Llevo conmigo a un espléndido batería de Alaska y vamos a llevar esas canciones a un lugar diferente. Lo haremos a nuestro estilo.
Eduardo Izquierdo