Últimamente nos estamos acostumbrando a descubrir a bandas incipientes en la escena nacional que cada una con sus matices, tienen en común una mayor influencia por el rock anglosajón y que se alejan de lo que se ha estado haciendo en España, salvo algunas excepciones, durante los últimos años. Desvariados es una de esas bandas que prometen emociones fuertes en el rock and roll patrio durante los próximos años. “Pienso que el circuito que se conoce como rock urbano ha sido el predominante durante un par de décadas, pero aquí siempre ha habido propuestas con referencias anglosajonas o sonido americano. Igual estamos empezando a mirar otra vez hacia fuera y la línea entre ambas formas de entender el rock empieza a diluirse. Me parece que es enriquecedor”.
Precisamente, Café Caimán, el segundo álbum de la banda a eso, a rock and roll fácil, accesible, directo. Quizás ese tipo de rock menos turbio y de melodías atractivas puede recuperar el gusto de grandes públicos por el rock and roll e incluso atraer a más nuevos fans hacia el género. “El rock and roll nació así, fácil, accesible y directo, en nuestro país evolucionó hacia el rock urbano, con un sonido más crudo, un mensaje más agresivo y quizá eso lo distanció de gran parte del público. Aunque el rock en nuestro país siempre ha tenido fórmulas de éxito que han cristalizado en un público masivo. Lo importante es la honestidad que haya tras esa propuesta musical.”
En Café Caimán escuchamos a una banda evolucionada, más asentada y sólida que en álbum debut “El hotel de las historias. “Existe una evolución natural en nuestro sonido que viene dada por un lado por los cambios que se produjeron en la formación antes de grabar Café Caimán, y por otra parte nos encanta conocer nuevos grupos, explorar en nuevos estilos y al final eso se ve reflejado en nuestra música.”
Aprovechamos el encuentro, cómo no, para debatir sobre la transformación del negocio discográfico, en la que saber moverse en los entornos online como multiplicador de audiencia potencial es, situación que puede afrontarse con pesimismo y derrotismo, o como una gran oportunidad para las bandas y para la industria. “Es un mercado muy competitivo, que quizá no viva su mejor momento, o quizá nos intentan transmitir ese pensamiento pesimista. Nosotros hemos elegido cuidar nuestro trabajo y ofrecer una propuesta original, editamos el disco en formato digipack con ilustraciones, grabamos un videoclip con un guion más propio de un corto… la oportunidad está en marcar la diferencia. Está claro que se acabó sacar un disco-single y vivir de él para siempre y alguno parece que no se ha enterado todavía. Ahora todos podemos salir a la palestra pero está más que nunca en manos del público decidir que viene para quedarse y que tiene que pasar de largo. Eso pone el foco sobre el sonido en directo.”
A todas las bandas relativamente noveles con buena entrada en el mercado les solemos cuestionar sobre lo mismo… Público y crítica estamos ávidos de colgar la etiqueta de Nueva gran esperanza blanca del rock nacional. ¿Serán ellos? ¿Es una responsabilidad o una nimiedad magnificada por los críticos de turno? Ellos se muestran cuanto menos escépticos. “No me apasionan mucho ni las etiquetas ni las expectativas. “El tiempo lo dirá” como la canción de Los Rodríguez. En el camino del rock and roll las cunetas están llenas de nuevas esperanzas. La aceptación inicial que estamos teniendo por parte de público y prensa no nos garantiza nada. En 2017 vamos a estar en varias ciudades abriendo los shows de Burning, hay quien ya cuelga la etiqueta de presente y futuro del rock, nosotros simplemente lo vivimos con ilusión.”
Hablando de etiquetas, en este país la gente tiende a polarizarse en lo estilístico, especialmente los grandes públicos, haciendo moralmente incompatible ser seguidor de un género y poder disfrutar abiertamente de otro. ¿No es acaso el oído y la música algo más transversal? “Eso de asumir posiciones categóricas e irrenunciables es todo un símbolo de identidad nacional. A mí me pone en algún sentido ese punto de “estás conmigo o estas contra mí”, pero no en la música ni el arte en general. Me parece estúpido cerrarse a conocer y disfrutar. De todas formas desde mi punto de vista creo que en el mundo del rock la mentalidad está mucho más abierta a disfrutar de distintos estilos.”
Texto: David Lage