Menudo golpe de timón el que han pegado los dos barbas con este nuevo trabajo. Cuando tras una serie de eps y un primer larga duración ‘Islands’ (2014) parecían instalados más o menos cómodamente en la parte alta de la clasificación de la liga neo folk para indies creciditos, van ahora y se desmarcan con un perfecto tratado de synth pop que ha dejado a la mitad de sus fans con una ceja arqueada, al menos en una primera escucha.
No es mi caso. Pese a gustarme y bastante lo facturado hasta el momento aún en formato de trío -Joey Haynes, banjo y guitarra, saltó del barco a principios de año-, no dejaban de ser una más de tantas bandas adscritas a los sonidos más o menos revivalistas de ese folk-pop tan en boga últimamente. Por encima de la media, eso sí. Pero ahora –ya como dúo- con este ‘Red Earth & Pouring Rain’ me han desarmado por completo. La nueva propuesta de los londinenses no es tan distinta en el fondo; ahí siguen sus preciosas melodías y sus románticas letras entre lo poético y lo deliciosamente melifluo, pero revestidas para la ocasión con un atuendo infinitamente más atractivo.
Ajustando el retrovisor en dirección al soft rock yanqui –entrando en el AOR sin complejos en ciertos pasajes- así como a la era dorada de los sintetizadores en su propio terruño, Andrew Davie y Kevin Jones han facturado uno de los discos más sorprendentes y brillantes en lo que llevamos de año. No para todos los gustos, por supuesto, y menos para los del rutero desconfiado, pero cualquiera que sienta un mínimo cosquilleo cuando alguien pincha ciertos clásicos del pop ochentero –petardeos aparte-, encontrará en este disco un refugio idóneo.
Eloy Pérez