No hay ninguna duda de que Twin Peaks son los nuevos chicos malos de la escena indie estadounidense. La banda de Chicago no abandona el hielo (o la birra) durante sus directos y sus miembros se retuercen al fragor de espasmos continuos. Pero no caigamos en la trampa de pensar que ahí queda la cosa. Estos chavales se conocen desde el instituto y han conseguido formar una banda sólida que ya es una realidad y a la que, sin duda, le quedan muchas noches de éxito y excesos. Con una Sala Sol a medio gas y sonando los primeros acordes pasadas las once de la noche de un jueves lluvioso aparecieron los cinco miembros de la banda. Su último trabajo, “»Down in Heaven” sonó prácticamente al completo. El público (mayoritariamente guiri) se volvió loco con “Making Breakfast”, un tema de hace años y que hace muy difícil que nos quedemos quietos. “Cold Lips” nos recordó al punk más ochentero pero suavizado con momentos pop y fue sencillamente fantástico. “Getting Better” deja atisbar sus influencias más beatlelianas (o como se diga). Con “Holding Roses” se pusieron románticos, en la medida en que eso les resulta posible. Y cerraron con “Straberry Smoothie” en lo que fue un desenfreno al cuadrado. Sin lugar a dudas son un grupo a tener muy en cuenta en el futuro, pero también en el presente.
Texto y foto: Pepe Maza