Vienen de Nápoles y son un dúo de esos que tanto se pusieron de moda a finales de la década pasada, ya saben, guitarra y batería, a imagen y semejanza de los idolatrados The White Stripes. Eso sí, su propuesta se aleja y bastante de la de todas aquellas bandas que apostaban por el rock and roll seminal y el blues como punto de partida. Y es que Gianni Vessella (guitarra) y Erica Toraldo (batería) se confiesan fans de Hasil Adkins o Hound Dog Taylor, pero también de The Cramps, The Gories o Jon Spencer. Así que en las 10 canciones de este disco “para pecadores” encontramos furioso punk’n’roll desenfadado. Títulos como «Shakin Satan’s Ball» o «Coitus Interruptis (From a Priest)» son auténticos trallazos en la línea de flotación de cualquiera que busque algo tranquilo para pasar la tarde. Un auténtico rodillo de guitarras atronadoras y voces gritonas que, sin embargo, tienen algo de embriagador, de adictivo que hace que, casi sin darte cuenta, las pinches una y otra vez mientras te declaras el más infausto de los pecadores.
Eduardo Izquierdo