Cuarto disco del combo murciano y primero que llega a mi poder. Sin saber nada de ellos no he tenido más remedio que caer rendido con solo escuchar los primeros acordes de «San Martín», la adictiva canción que abre el compacto.
Mouseland está repleto de un radiante sonido de guitarras que remite al pop británico pero también al facturado al otro lado del atlántico e incluso a las mejores obras de la cosecha sesentera nacional. Cosecha a la que rinden tributo con su excelente lectura del «Nos Falta Fe» de Juan y Junior. Las composiciones gozan de unos estupendos arreglos y unos estribillos, con un trabajo de coros estupendo, que se quedan en la cabeza de manera instantánea.
Una decena de canciones bajo cuya luminosa apariencia nos tropezamos con unas letras en que dejan ver que es difícil escapar de este convulso momento que vivimos. De hecho la canción que da título al disco se basa en una alegoría política hecha por los canadienses Tommy Douglas y Clarence Gillis en que con ratones y gatos fabulan sobre la sociedad y sus esquizofrénicas decisiones.
Más allá de la temática social hemos de quedarnos con un álbum de pop de guitarras de la mejor factura. Escucha cosas como «No es Verdad», la fina psicodelia que moja «La Lluvia» o «Ven por Mí», en la mejor tradición de la melodía y las seis cuerdas.
Manel Celeiro