El nombre de Cisco Fran es de esos que los conocedores de las catacumbas del rock patrio conocen a la perfección como líder y principal impulsor de La Gran Esperanza Blanca, grupo que desde 1986 lleva pateándose escenarios y publicando discos. El último con la firma del grupo llegó el año pasado con el título de Tren Fantasma y en él, Cisco Fran dejaba muestras de su habitual y particular fraseo y su forma de entender la composición. Sorprende por ello que, al tener un grupo con carácter tan personal, el valenciano haya apostado ahora por publicar Gigante, un mini elepé firmado con su propio nombre y no el de la banda.
¿Qué te lleva precisamente ahora a grabar un disco bajo tu propio nombre?
No sabría decirte, pero todo parecía que apuntaba hacia esa dirección: las canciones, el proceso y la forma de ofrecerlo al público
Va una típica, pero necesaria ¿Qué diferencia hay entre esto y LGEB? Porque en el fondo también es tu proyecto personal
Aquí no hay debate, cosa que en LGEB sí ocurre en el momento de montar los temas y darles un enfoque u otro. Aquí solo están mis canciones y cómo suenan dentro de mí. Siendo el compositor principal de LGEB a la banda no la veo como algo tan personal como este disco. De alguna manera allí hay más gente representada, aquí estoy solo.
¿Por qué optar por un EP y no un larga duración?
Soy muy impaciente, quería sacar las canciones lo antes posible y coordinar a tantos músicos diferentes no es fácil. Haber hecho un LP me habría supuesto más tiempo de espera y, como te he dicho, soy impaciente
¿Ha habido alguna diferencia a la hora de encarar las canciones respecto a tus discos con LGEB?
Sí, claro. Aquí no debato con nadie, sino que busco lo que yo ya tengo en la cabeza, los instrumentos, el tipo de enfoque y qué músicos son los adecuados para cada arreglo. En la banda ese es un proceso dinámico de los cuatro miembros en el local de ensayo. Es radicalmente distinto. Las canciones eran demasiado personales como para que la banda se reconociera en ellas como grupo e incluso a nivel particular, demasiado serias, oscuras o íntimas, así que no les iba a hacer pasar por algo que solo me atañe a mí.
Hay dos temas puramente acústicos y tres con banda ¿qué te llevo a ello?
Es como tenían que ser. “Desaparecer” lo escuchaba de esa manera, una canción con un piano y armónica de acompañamiento, no necesita nada más, mientras que “Lonely on the road” la compuse para tocarla en un club de Brooklyn, directamente en inglés, y así es como la he grabado. Una canción folk para el siglo XXI.
Son buenos momentos para músicos minoritarios con evidente predilección por las buenas letras y me refiero a lo artístico. Me refiero a casos como Rafa Berrio o tú mismo ¿por qué crees que es así?
¿Es así? En los conciertos de Berrio y en los míos va poquísima gente, aunque todos muy entregados y conocedores de lo que van a ver. Quizá la crítica sí valore estos esfuerzos de escribir bien en castellano y ofrecer algo digno y de calidad. El público y Radio 3 van de otro palo.
Sigues demostrando eso que decía Hendrik Röver de que “el rock americano es posible en castellano ¿no?
Por supuesto. Los Lobos o Calexico son rock americano y cantan en español cuando les parece conveniente. Nosotros somos unas setas extrañas que han aparecido a esta parte del océano en lugar de hacerlo en Los Ángeles, Austin o Tucson.
Diría que “Desaparecer” es el tema que más se aparta de lo que has hecho hasta ahora ¿estás de acuerdo?
En la parte formal sí, pero esencialmente es lo mismo que suelo hacer. Una canción compuesta con guitarra a base de acordes sencillos, pero que en mi cabeza tomó esa forma para ser íntima y verdadera. La mano de Gilberto Aubán (Gilbertástico) ha sido fundamental en convertirla en lo que es.
¿Vas a hacer gira para presentar este disco?
Haré dos conciertos de presentación. El primero será el 26 de noviembre en el club George Best de Valencia, y el segundo en el Tulsa Café de Valencia, en la primavera próxima. No, no habrá gira, de hecho, no sé lo que es una gira en relación con mi música.
Eduardo Izquierdo