La Manada, es el nuevo álbum de Ariel Rot. Un disco grabado con toda la banda tocando en vivo y sin apenas overdubs, un artefacto producido junto a José Nortes en los estudios Black Betty, un Lp que editado en septiembre por Warner Music también verá la luz en vinilo. Formato ideal para disfrutar de la portada que para la ocasión ha dibujado Victor Coyote.
A propósito de sus canciones charlamos con Ariel Rot, primero en persona y después recordando respuestas que la grabadora azarosa quiso borrar y por email llegaron de nuevo.
“Ser frágil está mal visto” cantas para abrir La Manada. ¿Mostrar flaqueza está cada vez peor considerado?
En las redes puedes exponer lo que te da la gana, hasta puedes inventarte un personaje que no eres. Cuando te piden una foto solo tienes que sonreír y ya está todo bien. Pero luego la vida real no es así, estamos todo el día dando la talla en un mundo hostil y despiadado. No está bien visto bajar la guardia. Reconozco que soy un poco fóbico pero muchas veces tengo que hacer un gran esfuerzo para enfrentarme a esa tarea diaria. Necesito encerrarme en mis pequeños refugios. La soledad está muy poco valorada.
“Se me hizo tarde muy pronto” se te escuchar decir unos versos después. ¿Va el tiempo metiendo prisa?
Bueno, yo entré en el tren de alta velocidad y todavía sigo fantaseando con varias vidas distintas. Queda tanto por conocer, por probar, por escuchar. Países exóticos, mujeres hermosas, músicos geniales… Me temo que no va a dar tiempo a todo pero hay que intentarlo.
En tu nuevo álbum también encontramos “Espero que me disculpen”, tema que has grabado junto a Los Zigarros. ¿Qué recuerdos conservas de la vida de banda?
Mis recuerdos con banda son infinitos. Darían más para un libro que para una entrevista y la verdad es que no lo descarto. Tener una banda puede llegar a ser una experiencia extrema, un deporte de riesgo. Es como una montaña rusa de emociones compartidas. Mis bandas fueron muy intensas y por eso únicas e inolvidables.
“Te dedico esta canción para quitar esta espina, porque nunca hubo un adiós, ni una triste despedida”, versos dedicados a Julián Infante incluidos en “Broder”. ¿Contribuye el paso del tiempo a remarcar el dolor de las perdidas?
En teoría el tiempo ayuda a olvidar pero no se… Demasiadas ausencias.
Me encantaría poder compartir este momento de la vida con esos amigos fraternales. Tendríamos tanto de que hablar… Cuando la manada se desintegra vas un poco perdido por la vida, pierdes las referencias.
“Una nube que pasó”, estupenda composición para hablar acerca de los discos ajenos que reposan en tu discoteca. ¿Entre tus últimos descubrimientos recomiendas algún guitarrista del que aprender?
Algunos pensarán que soy un ignorante pero descubrí muy tarde a Lonnie Johnson, solo hace un par de años, y me volví adicto. Me fascinan esos guitarristas de Blues de los 50´s que se manejan entre lo eléctrico y lo acústico, que coquetean con el jazz. Para mi el más grande es T Bone Walker. Clarence Gatemouth Brown también es una gran influencia.
En más de una ocasión has confesado que de guitarra estudiaste más bien poco, lo que no quita que seas invitado a dar masteclasses del instrumento. ¿Para comunicarse utilizándolo que es lo que nunca se podrá aprender en una academia?
Lo mas importante es tener algo interesante que decir. Solo hace falta tener la técnica suficiente para poder contar tu verdad .
“Inmaduro, inseguro, obsesivo y desconfiado, un diagnóstico bastante despiadado”, un diagnostico propio de una estrella del rock. Adjetivos cantados en “Muy complicado”. ¿Te consideras persona de difícil convivencia?
Ya que usas el término estrella de rock voy a aprovechar y contestar como una de ellas: ¡Siguiente pregunta por favor!
“Hoy todos juegan a ser rockstars, desde los políticos a los cocineros”, declaraba recientemente Loquillo.
Cualquiera puede ser un rockstar, solo hace falta un entorno favorable. Cuando yo era joven en cada barrio había por lo menos uno. No me parece un objetivo muy atractivo. Los buenos músicos nunca soñaron con ser rockstars.
Habiendo sido una estrella entre el público joven, como lo fuiste con Tequila, ¿crees que el rock and roll todavía puede ser adolescente?
Puede y debe ser adolescente pero dudo que vuelva a ser un fenómeno masivo. El techo del rock se volvió muy bajo y con tanta vulgaridad en los medios cada vez son menos los jóvenes que aprecian la buena música.
Muertos Spinetta, Prince, Bowie, Lemmy. Es obvio que necesitamos nuevos iconos, nueva mitología que inspire. ¿Resucitará el rock and roll con nuevos héroes o seguirá envejeciendo con los caídos?
Va ser muy triste cuando ya no quede ninguno de esa generación de pioneros. Es como cuando mi padre me hablaba de sus actores favoritos y casi todos estaban muertos. Prefiero no reflexionar mucho sobre ese tema. Ya te dije que soy algo fóbico.
“Me voy de viaje, por los caminos sin dios, te dejo de recuerdo mi último disfraz”. Viajar también es recorrer nuevos pensamientos hasta llegar a lugares desde lo que expresarse. ¿Qué necesitas para decidirte a grabar nuevo material?
Llevo grabando discos casi cuarenta años, cada vez es un desafío mas grande pero también una necesidad. Si no siguiese haciendo discos me convertiría en una especie de souvenir del pasado, un revival para viejos amantes de la nostalgia.
Hace ya más de 30 años se publicó Debajo del Puente, álbum con el que inauguraste tu carrera en solitario. ¿Te parece España un país difícil para envejecer desde el rock and roll?
Hagas lo que hagas envejecer es difícil en cualquier lugar del planeta pero las otras opciones me resultan menos atractivas.
Texto: Daniel Acirón.
Profundo,sensible y Unico
Lo mejor, la última contestación 😉