Enumerar los músicos que forman parte de los duros currantes americanos produce vértigo. Todd Snider, Neal Casal, Dave Schools, Duane Trucks, Chad Staehly y Jesse Aycock atesoran un bagaje musical de tal profundidad que no puede salir nada malo, ni siquiera mediocre, de sus manos. Comenzaron con un fantástico álbum de título homónimo compuesto en su totalidad por versiones, grabado en plan vamos a tocarnos unos temas y que no ofrecía muchas garantías de continuidad más allá de una reunión puntual de amigos. Empiezan a girar, la química cuaja, disfrutan y la respuesta del público va en aumento. Editan un disco en directo (acompañado de DVD) de irónico título, The First Waltz, y todo apunta a que la cosa va en serio. Tanto que ya tenemos su primer trabajo como tal en las tiendas. Surtido de temas propios, excepto «High Price of Inspiration» firmada por el malogrado Guy Clark, el disco es una clase maestra de rock & roll. Cada uno encaja su parte sin destacar ni imponerse por encima de los demás en un ramillete de canciones, escríbase con mayúsculas por favor, que derriban cualquier etiqueta posible, ¿rock de raíces?, ¿country?, ¿folk?, a base de desparramar talento. Escrito en la carretera, imaginen lo que debe ser cuadrar sus agendas, goza de una inmediatez, una profundidad, unos arreglos y unas letras (cortesía de Todd) a saborear con tranquilidad. Un auténtico súper grupo.
MANEL CELEIRO
