Aparecieron de la nada a principios de 2000, en plena eclosión de la penúltima revolución del rock independiente anglosajón, con The Strokes, The Thrills, Razorlight y The Magic Numbers como exitosos compañeros generacionales. Aunque la propuesta de los de Hoylake se movía por otros derroteros: menos hype y más revisionismo; una suerte de psych pop para devoradores del NME, un viaje al pasado a medio camino entre la Magic Band y la pegajosa psicodelia de los sesenta. Su debut homónimo publicado en 2002 resultó una reveladora vuelta de tuerca a los sonidos más vintage, suerte de latigazo lisérgico que llegó a entrar en las listas de éxitos con singles como ‘Dreaming of You’.
Con el tiempo y un puñado de discos a sus espaldas, The Coral acabaron mutando hacia otro tipo de sensibilidad más adaptada al espíritu de los tiempos que corren, sin renegar de su herencia garajera pero abrazando sin remilgo el pálpito del brit-pop.
Con un magnífico nuevo álbum en la calle (‘Distance Inbetween’) y su inminente paso por el FIB a la vuelta de la esquina -los tendremos el próximo sábado en Benicàssim, compartiendo escenario con Muse, Bloc Party, The Kills y Echo & The Bunnymen, estos últimos bastante emparentados con el sonido que destilan sus nuevas canciones-, The Coral vuelven a la actualidad sin prestar atención al sambenito de nueva promesa eterna del pop británico con el que suelen presentarlos en sociedad. Cruzamos unas palabras con James Skelly, líder indiscutible del grupo.
En una entrevista reciente que le hizo esta revista a Fat White Family nos explicaron cómo las cosas están resultando cada vez más complicadas para las bandas en el Reino Unido. La vida se está volviendo muy difícil para una mucha gente ahí. ¿Cómo os influye, como ciudadanos y músicos, aspectos como el Brexit, por ejemplo?
Tenemos menos dinero del que solíamos tener antes, pero eso es porque no se venden tantos discos hoy día. No puedo comentarte nada sobre las circunstancias de los demás. La pregunta es tan amplia que no tendría claro cómo responderte a algo así en una entrevista como esta.
Os veo como unos supervivientes a los envites del hype y las cabeceras británicas. ¿Tiene algún tipo de sentido para vosotros el hecho de haber crecido dentro de un entorno de clase media del Norte de Inglaterra?
Eso que dices tendría tanto sentido como el hecho de que Radiohead son lo que son o sigan haciendo música por el simple hecho de ser de Oxford. Creo que hay un nexo común entre las bandas que duran mucho tiempo y es la amistad. De otra manera no durarías más de la cuenta por culpa de las circunstancias.
The Coral se formó hace ya casi 20 años, que se dice pronto. ¿Qué consejo le darías a la gente que acaba de empezar a tocar en una banda?
Pues que caminen seguros sobre la delgada línea que existe entre la fe y el engaño. Yo diría que lo más importante es trabajar muy duro y aprender bien el oficio. Si por algún casual empiezas un grupo buscando conseguir dinero, igual deberías dedicarte a otra cosa porque probablemente no tengas la estabilidad suficiente como para dedicarte a esto.
‘Distance in Between’ es un disco que destila madurez. Si en vuestros comienzos aireabais influencias como Captain Beefheart o The Zombies, ahora todo es mucho más complejo, porque lo mismo recordáis a CAN, Beach Boys, Walker Brothers o el sonido Motown.
El disco ha acabado convirtiéndose exactamente en lo que buscábamos desde un principio. Eso nos obligó a tomarnos nuestro tiempo, pero finalmente llegamos al objetivo inicial y parece que el resultado está siendo muy bien recibido en todos los ámbitos, algo que sirve de gran ayuda a una banda en nuestra posición.
Cortes como ‘Connector’ o ‘White Bird’ incorporan ritmos muy audaces, casi metronómicos, de inspiración kraut.
Efectivamente. Cuando comenzamos a componer éramos cuatro, Paul Molloy (ex The Zutons) no se habían unido a la banda todavía, de manera que dejamos apartado un espacio para la sección rítmica a la hora de crear las pistas. Cuando trabajas con una nueva sección rítmica después de haber tocado juntos durante tanto tiempo, todo adquiere un nuevo sentido y se centra alrededor de ese elemento.
¿Crees que vuestra música se habría entendido mucho mejor hace décadas?
Es difícil de asegurarlo. Es un poco como esa teoría que hay sobre matar al presidente por la que se asegura que es posible viajar en el tiempo, pero solo hacia el futuro, nunca hasta el pasado.
En la actualidad hay una generación de nuevas bandas dedicadas a recuperar hábilmente la vieja psicodelia. Te hablo de nombres como Tame Impala, Deerhunter, Woods, Black Angels, Black Mountain, The Warlocks o Wooden Shjips. ¿Te ves dentro de ese saco?
Me gustan todas las bandas que has enumerado, pero también me gusta Taylor Swift, por ejemplo. No tengo un manual que regule lo que me interesa o lo que no. Creo que la música alternativa ha prosperado generando nuevos paisajes a la vez que tengo claro que la música pop más estándar ha acabado sufriendo esa incapacidad para crecer.
¿Te interesan las referencias que editan sellos como Rocket Recordings, bandas de psicodelia underground como Gnod, Hills, Goat o Hey Colossus?
Me gustan mucho Goat, son muy grandes. Mi hermano los vio en directo y me comentó que eran realmente buenos.
En tu opinión, ¿qué es lo que hace grande a una canción?
Hay Tantos factores que influyen en eso… En general no hay nada más grande que escribir una gran letra.
The Coral ha sufrido un baile de sellos a lo largo de su carrera. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de fichar con una major o con una independiente?
Dinero contra libertad. Personalmente me decanto por la libertad hoy día, aunque estas cosas tienen más que ver con el tipo de grupo en el que estés. Las multinacionales no están muy interesadas en trabajar el desarrollo de un grupo nuevo. Si entras en su juego probablemente te coloquen en el fondo de la red, tienen los recursos para mantener un cierto nivel de ventas. Aunque, como te digo, el modelo de negocio de las multinacionales no me interesa.
¿Qué deseos te siguen empujando a defender un proyecto como The Coral?
Sinceramente tocar en bolos cada vez más grandes y seguir editando discos. Seguir manteniendo la identidad de la banda y continuar nuestro desarrollo hasta alcanzar nuestro máximo potencial. Seguimos trabajando nuevas canciones para lograr todo esto.
¿Estás entonces más interesado en tocar en festivales que en salas pequeñas?
Después de editar siete discos, resulta duro defender un directo tocando solo en clubs pequeños. Me gusta tocar en salas con un aforo decente. Actuar en festivales siempre resulta algo refrescante, aunque nos adaptamos a cualquier espacio. Una buena banda debe ser capaz de actuar en cualquier lugar.
Para acabar, ¿cuáles son los planes de futuro inmediato para The Coral?
Pues comenzar a grabar un nuevo álbum el próximo año y construir algo interesante sobre este último.
Texto: Emilio R. Cascajosa