Este interesantísimo y me atrevería a decir que casi imprescindible músico de Northampton, Massachusetts, lleva un montón de años facturando espléndidos discos que no han conseguido, eso sí, hacerle llegar a competir con grandes del género como Ryan Adams, Gillian Welch o Richmond Fontaine. Y no será por calidad, que le sobra. Eso sí, ajeno a esa injusta tenue recepción que tienen sus discos, se atreve con un disco conceptual doble: South West North East. Una maravilla que nos obliga, sí o sí a hablar con él por fin.
Acabas de hacer un disco fantástico sobre diferentes lugares de tu país y en los últimos años has viajado por todo Estados Unidos ¿ha influido eso en el nacimiento de estas canciones?
Muchas gracias por el cumplido. Estados Unidos es un país asombroso con un montón de diferencias culturales que confluyen en una identidad nacional, así que sin intentarlo, solo con viajar, ya percibes los diferentes sentimientos que se dan por todo el país. Como me gusta explorar diferentes sonoridades, pensé que sería fantástico hacer un disco e el que se reflejara la personalidad de cada zona del país, grabando incluso con diferentes músicos.
¿Por qué hacer esa diferenciación?
Empezó por diversión y por buscar algo que contestar cuando te preguntan por tu disco más reciente. Acabó siendo algo conceptual, una especie de reto también.
Entonces ¿es este un disco conceptual?
Sí, sin duda.
Complicado eso de utilizar músicos de diferentes lugares también ¿no?
Es que para captar lo que musicalmente tiene que decir una región has de hacerlo con músicos de allí y es lo que hice. Para el sur utilicé músicos de Nashville y Atlanta, para el norte de Woodstock, para el este de Washington y para el oeste de Boulder. La experiencia fue increíble, muy educativa y un auténtico reto que me llevó, para que negarlo, a desanimarme alguna vez con las dificultades.
Y para el directo ¿cómo consigues esa personalización del sonido?
Es difícil, o imposible (risas). De momento estoy haciendo 8 de las 20 canciones en directo porque no quiero dejar de tocar temas anteriores que le gustan a la gente. El mes que viene quiero intentar hacer el disco en directo completo con muchos de esos músicos, veremos cómo sale la cosa (risas).
Tocas diversos estilos al ser un disco tan variado. Si me permites el juego de palabras ¿cuál sería tu hogar?
El rock and roll es el sitio de mi felicidad. Es la palabra que me enciende el motor.
Pero lo tuyo es Americana…
Sí, pero el Americana es rock and roll. Yo he trabajado haciendo pop, folk, country o rock, si llamarlo Americana ayuda a definirlo, bienvenido sea.
Han pasado muchos años ya desde Bulletproof Heart (2004) ¿cómo te ves ahora?
No estoy seguro. Nos e si puede hablar de evolución o continuidad, qué pregunta más difícil (risas). Eso sí, lo que empezaron siendo canciones sobre chicas y esas cosas se han convertido en letras sobre aumentar la familia o ganarse la vida (risas). Supongo que mis canciones han adquirido una inclinación más filosófica.
Esta pregunta es rara pero hay músicos que me sorprenden con su respuesta ¿te gusta grabar discos? Hay músicos que me dicen que les causa mucha ansiedad.
Oh, yo lo necesito. Es una parte necesaria de ser músico, así que tengo que hacer mi trabajo aunque creo que en eso soy menos bueno que en mi directo.
¿Cómo encaras los discos? ¿Cómo eliges qué dejar fuera y que incluir?
Sigo a mi corazón. Cuando estoy realmente atascado me apoyo en mis amigos, en los productores…Mira este disco, siento que es lo que tenía que decir en este momento y ahora miro al horizonte con emoción.
Para acabar quiero preguntarte por el público del Americana. Creo que es un público muy fiel, que se ha abstraído de las críticas al género ¿tú como lo ves?
Sí, los aficionados al country o el Americana son menos volubles en comparación con los seguidores del pop o el rock y quizá eso es lo que los hace más leales, porque se preocupan menos de cosas externas a la música como la apariencia o la imagen.
Eduardo Izquierdo