Encuentros

DeWolff: “DeWolff es una experiencia de directo” (Pablo van de Poel)

 

DeWolff 2_2016_by Satellite June

Ya sabemos que en esto del rock and roll, o se tiene, o no se tiene. El trío holandés DeWolff, formado por Pablo y Luka Van de Poel y Robin Piso están en el grupo de los primeros. Algo que se atisbaba en sus cinco grabaciones de estudio anteriores a su impresionante “Roux-Ga-Roux” (2016), pero que ahora es confirmación y constatación de que estamos ante una de las mejores bandas europeas del momento. Blues, psicodelia, afrofunk, rock sureño… una amalgama de géneros perfectamente ensamblados en un disco que debe estar entre los favoritos del año.

En abril estarán por aquí con una extensa gira que les llevará a Madrid (21), Zamora (22), Burgos (23), Vigo (24), León (25), Gijón (26), Bilbao (28), Zaragoza (29), Valencia (16) y Barcelona (1 de mayo). Pablo y Luka Van de Poel nos pone al corriente de la actualidad del grupo.

Seguís explorando nuevos sonidos, y en “Roux-Ga-Roux” os decantáis por menos psicodelia y más southern rock. ¿Cómo trabajasteis las canciones del nuevo disco? ¿Cuál fue vuestro concepto inicial para el disco?

Pablo: “Nos llevó bastante tiempo escribir las canciones de “Roux-Ga-Roux”. No porque no funcionaran o algo parecido, ¡sino porque estábamos muy inspirados! En vez de escribir 30 canciones “normales” y seleccionar 11 para el disco, preferimos poner toda la inspiración en esas 11 canciones. Así que empezamos a improvisar y grabar esas improvisaciones. Después seleccionamos las mejores partes y las estructuramos en “canciones”. Luego tenemos más ideas y las añadimos a la canción. A continuación, escribo las letras y con esas nuevas ideas añadimos nuevas partes al tema y cambiamos otras. Tenemos hasta 5 versiones diferentes de algunas canciones. Y ese era el concepto: hacer de este disco una pieza de arte, el disco definitivo de DeWolff. Dedicamos muchísimo tiempo a unirlo todo. Podemos, porque ahora tenemos nuestro estudio (analógico). Grabamos como debía ser hacerlo en los años 70; yendo a un estudio con un millón de dólares de presupuesto. Excepto porque fue gratis, ¡gracias a nuestro propio estudio!”

¿Y estáis satisfechos con el resultado final?

“¡Oh sí! Adoramos el disco! Lo hemos producido nosotros mismos, así que todos los temas son cómo eran en nuestra mente. A mí personalmente también me gusta que pudimos añadir un montón de capas a las canciones: es como una película, puedes descubrir un montón de cosas nuevas cada vez que lo escuchas”.

Creo que es un disco fantástico, muy poderoso y groovie. ¿Cuál es la vibración que queriaís transmitir con vuestra música en “Roux-Ga-Roux”?

“Por un lado queríamos sonar como tres tipos explotando en un estudio y haciendo sólo música, pero también queríamos ver lo lejos que podíamos llegar experimentando con cintas analógicas. Nos encanta el sonido crudo de los discos de los años 60 y 70 y teníamos la determinación de hacer un disco que sonara tan sexy como aquellos viejos discos”.

Obviamente vuestra música está basada en el blues y la psicodelia, y ahora estáis más cercanos al southern rock. ¿Es la experimentación el lenguaje real de vuestra música?

“Amamos experimentar y lo vamos a seguir haciendo. Nuestra pasión por la música es mayor que cualquier otra cosa, nos levantamos con música y nos vamos a dormir con música. De esta manera siempre descubrimos un montón de nueva (vieja) música y eso nos influye. El rock sureño y esa mezcla de blues, soul, funk, rock y country ha sido una gran influencia en los últimos años, y se puede oír en este disco, pero iremos allá donde la música nos guíe!”.

Uno de los aspectos más sorprendentes de vuestra música es el componente afrofunk, ritmos y coros en el estilo de Fela Kuti, Tony Allen, etc. ¿En qué aspectos de este estilo estáis más interesados?

Luka: “Lo que realmente me gusta del funk africano de los 70 son los ritmos sincopado que vienen de la música tradicional africana. La mayor parte no son siquiera un patrón en sí mismos, son ritmos con su propia dirección. Puedes escuchar un ejemplo en la primera estrofa de ‘Easy Money’. Además usamos un montón de percusión en “Roux-Ga-Rous”, algo que viene directamente de escuchar Afrobeat”.

DeWolff nació como banda de la improvisación, ¿cómo trabajáis en el estudio? ¿Trabajáis las canciones antes de grabarlas, o empezáis con algunos riffs y construís las canciones improvisando?

“Como te dije antes, la mayoría de las canciones empiezan con una improvisación, luego unimos las mejores partes y la volvemos a arreglar unas cuantas veces. Para otras canciones, escribo un melodía básica, riff o línea vocal y entonces se lo enseño a Luka y Robin, y la transformamos en una canción de DeWolff. Algunas canciones, como ‘Roux-Ga-Roux’ se hicieron en el estudio, grabando el riff y luego añadiendo a las chicas cantando “ooh, roux-ga-roux”. Como sonó tan bien dejamos que la canción se fundiera con la siguiente para acabar el disco retomándola como un reprise”.

La banda tiene el estudio Electrosaurus Southern Sound Studio, con equipo analógico y sin ordenadores en el proceso de grabación. Creo que este tipo de grabaciones requiere buenas condiciones para una escucha satisfactoria. ¿Cuál es tu opinión sobre las formas modernas de escuchar música (smartphones, ordenadores, Spotify…)?

“Bien, si quieres experimentar “Roux-Ga-Roux” de la mejor manera, deberías escucharlo en una cinta analógica, a través de un buen amplificador y altavoces. Pero ¡hey! ¡Eso pasa con todos los discos! Desgraciadamente, la mayoría de la gente no tiene reproductores de cinta, así que los hacemos en vinilo, CD o incluso Spotify. Pero eso está bien, las personas normales de la década de los 50 no tenían más que un transistor para escuchar música. ¡A eso le llamo yo baja fidelidad! Nuestro álbum también suena bien en Spotify, pero la mejor experiencia es pinchar el disco en vinilo, por supuesto. Los tres tenemos colecciones de discos de más de 600 vinilos, pero aquí está el tema, no te la puedes llevar de gira y escucharla en la furgoneta. Así que por eso uso muchísimo Spotify; creo que es muy útil. Es verdad que el streaming y la descarga ilegal de música ha, por decirlo así, arruinado la “industria de la música” pero eso no cambiará, así que no me voy a quejar y lloriquear; sólo me subiré a un escenario a pasarlo lo mejor posible. No estamos en esto por el dinero (risas)”.

DeWolff

¿Y cómo veis vuestra música analógica en este mundo tecnológico de hoy en día? ¿Os sentís como una rareza en la escena musical?

“No lo sé, es lo que nos gusta. Adoramos el sonido y la manera de trabajar analógica y creo que sería muy bueno para algunas bandas dejar de mirar una pantalla y editar material constantemente. Una grabación debería ser una acción artística, no una creación mitad hombre-mitad máquina. Hay gente que ya ni escucha, se dedica a ver las frecuencias de onda y arrastrarlas de aquí para allá. Para nosotros, la grabación analógica es muy intuitiva, muy fácil y muy real. Pero para muchas bandas, el trabajo en analógico no funciona. No me importa, puedes grabar buenos discos en un ordenador, pero no es algo que nos guste hacer. Creo que no volveré a usar un ordenador para grabar nada nunca más”.

Vuestra estética y música está influenciada por la cultura de la psicodelia de los 60. ¿Por qué creéis que ese mensaje de fraternidad y respeto mutuo parece haberse perdido hoy en día? ¿Pensáis que es aplicable a la actual crisis de los refugiados, terrorismo, diferencias sociales… de la actualidad?

“Nos gusta la idea de todos aquellos grandes artistas de los 60 y 70 con la misma visión sobre la música. Pasando tiempo juntos, tocando juntos, disfrutando del viaje juntos. Ya no es algo común, sobre todo porque la música popular se ha convertido en algo muy fragmentado. Es como un árbol; en la raíz todo está conectado, pero entonces las ramas comienzan a crecer. Crecen más y más y sus extremos están muy separados de los otros. Ahora tienes cosas como gótico industrial black metal y rumba-acid-sludge-lo que sea y la gente parece menos abierta de mente respecto a diferentes tipos de música. En aquella época, todo era solo “pop music”.

Sobre tu otra pregunta; creo que cada generación tiene una eclosión de cosas negativas como la crisis de los refugiados y todas las otras cosas que mencionas. Siempre ha habido guerras, el terrorismo es de todas las épocas, así como las injusticias sociales. Tiene que ver con los codiciosos, estúpidos e ignorantes. Hay un montón de este tipo de gente en el mundo y siempre han estado ahí. En cada generación hay gilipollas que tienen un montón de poder y hacen locuras porque se consideran mejores que otros. O alguien realmente enfadado que coge una pistola y hace cualquier salvajada porque es un estúpido que solo piensa en sí mismo. Esto me enfada, pero intento no pensar en ello demasiado. E intento evadirme todo lo que puedo de la “sociedad”, creando y grabando música todo el tiempo. Así que solo tengo que lidiar con gente amable y adorable”.

¿Os sentís cómodos con la vida en la carretera, o preferís la vida más relajada creando música en vuestro propio estudio?

“Nos gustan ambos tipos de vida, amamos girar y tocar. Pasado un tiempo puedes llegar a cansarte, pero entonces nos vamos a nuestro pequeño y agradable estudio y tenemos tiempo para descansar. Esto es lo que siempre hemos querido hacer, así que no me voy a quejar!”.

¿Es difícil para DeWolff trasladar ese sonido tan “grande” de vuestros discos a escena?

“No, no tanto. De hecho, mucha gente nos pregunta porqué los discos no suenan tan “grandes” como los directos. Son dos cosas diferentes para nosotros. En última instancia, DeWolff es una experiencia de directo. Las grabaciones son como pequeñas catas de las canciones, e intentamos grabarlas lo mejor posible. Queremos crear algo que nos gustaría escuchar a nosotros. Entonces vamos al escenario y llevamos esas canciones a una nueva dimensión, una dimensión más ruidosa y salvaje!”.

¿Qué podemos esperar de vuestros próximos conciertos en España?

“¡Va a ser electrificante, salvaje y ruidoso!”.

Texto: Sergio Rodríguez

Foto: Satelite June

 

 

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