En la sala El Sótano de Madrid se colgó el pasado jueves el cartel de sold-out. El culpable: Matt Elliott, anteriormente conocido como The Third Eye Foundation. Pasaba a dejar una pequeña muestra del folk intimista que viene haciendo desde que decidió cambiar su nombre artístico, y que adereza con una siempre curiosa forma de entender la música. Para ello contó con la colaboración de Xisco Rojo, que ayudó a entrar en calor con su folk instrumental de banda sonora.
Tras una buena actuación de Xisco, Matt Elliott preparó su guitarra española, su flauta y su pacharán, se subió al escenario sin impacientar al público que ya comenzaba a acomodarse en el suelo, y se arrancó con The Right To Cry, tema que abre su penúltimo álbum. Construyó las múltiples partes de la canción con la única ayuda de su guitarra y su voz. Apoyándose en incontables loops mediante los que soportó el extenso minutaje con endiablada precisión, fue capaz de hacer sonar sus canciones como si le acompañase una banda, especialmente en las partes vocales. La misma tónica siguió durante todo el concierto, que Elliott parecía dividir en travesías ascendentes que terminaban con la explosión final de cada pieza.
Tras un par de temas se decidió a presentar The Calm Before, su flamante y relajante último disco, tocando un par de canciones que se incluyen en el mismo y ante las que se respondió con especial entusiasmo en El Sótano. Los deberes bien hechos por parte del público le acarrearon un par de halagos por parte del mismo Matt Elliott, a quien se le vio encantado en todo momento de la sinergia que hubo con su público. La fantástica acústica de la sala se tornó en una aliada más la noche en que Matt recibía también algún que otro piropo de unas fans fascinadas.
Texto y foto: Luis Garau Villalonga.