La noche empezaba algo fría con los locales Berlina, quienes pese al poco recorrido, ya dejan entrever cosas interesantes. Automatics en cambio, pertenecen a otra liga. Los de Linares fueron uno de los estandartes más sólidos del indie patrio de hace dos décadas. Ahora han vuelto con un buen disco, y un directo que les muestra más en forma que nunca. ¿Y qué decir de Triángulo de Amor Bizarro?
En primer lugar, que la propuesta de los gallegos ruge sobremanera sobre las tablas. Todo lo que, enlatado, puede llegar a parecer por momentos dulce, adquiere tintes mucho más feroces en directo. El bajo de Isa Cea es un látigo ardiente cuyo polo opuesto es la bisoñez –aparente– de su voz; y la pegada de Rafael Mallo un certero, enérgico martillo. Rodrigo Caamaño escupe ácidas letras llenas de cripticismo y denuncia, maltratando a su vez una guitarra bañada en distorsiones y efectos varios. Mientras, Zippo, desde los teclados y la segunda guitarra, se ocupa de la parte más ambiental, la que más les acerca a My Bloody Valentine o Spectrum. La suma de todas las partes es un torbellino indie-punk del que no hay escapatoria.
Entre las primeras filas se respiraba un ambiente tenso entre los que optaban por el pogo –lo que leen, sí– y los que no entendían cómo puede ser que en un concierto “pop” la gente se comporte así. Esto a TAB les debía poner más si cabe. De ahí que canciones como «Robo Tu Tiempo», la tremenda «Amigos del Género Humano» o el par de adelantos de su próximo disco, Salve Discordia, sonaran tan aplastantes y bien empacadas. No lo duden, la liga de TAB no es la de Love of Lesbian o Izal, sino la de Ilegales, Derribos Arias y Parálisis Permanente.
Texto y foto: Daniel González