Kurt Vile es un tipo sencillo, algo serio pero con sentido del humor. Un fan de la música como tú o como yo. Lo que lo diferencia es que el tipo lleva una racha de seis buenos discos y otros tantos ep’s, de entre los cuales podemos considerar que al menos tres de ellos son más que notables si no excelentes obras. En sus discos se entrelazan tradición rock americana con indie, pop y hasta folk. Una suerte de Lou Reed (por dicción, por poética, por temple y que demonios, por el parecido en la voz) para la generación que ha crecido con Pitchfork como faro musical. Sus canciones conectan con diferentes sensibilidades musicales haciendo de su público un ente en constante crecimiento. Su nueva criatura, «B’lieve i’m goin’ down»… se postula como obra más destacada del de Pensilvania. Y eso no es un detalle menor cuando hablamos de Kurt Vile. Me recibe una soleada mañana de septiembre en un hotel de Madrid y aunque al principio le cuesta arrancar, acaba soltándose dejando ir algún que otro titular llamativo. Le podremos ver el 22 de noviembre en la sala Apolo de Barcelona y el 23 en la sala Penélope de Madrid.
Hace unos meses se publicó algo así como: “este álbum será una mezcla de los diferentes sitios en los que he estado con mis discos anteriores”. ¿Estas satisfecho con el resultado?
Sí. Aunque decir que sólo una continuación de lo que he hecho anteriormente suena un poco simplificado. Pero sí que he utilizado registros de canciones anteriores.
El disco ha sido grabado en diferentes ciudades y estudios de grabación, entre ellos Rancho de la Luna, en Joshua Tree. ¿Qué te llevó a hacerlo así?
Habíamos oído cosas buenas sobre Rancho de la Luna, además tenemos amigos en común con el tipo que vive allí. El tema fechas parece que cuadraba, había una banda que acababa justo antes de entrar nosotros. Además está cerca de Los Angeles y el lugar es escénicamente precioso, así que fuimos a por ello.
Me encanta el desarrollo instrumental de la parte final de «Lost my head there». En particular el sonido de la batería, tan natural.
Sí, es una locura! A mí también me encanta!
Se distingue incluso la cola del bombo!
(Sonríe) Sí!
El sonido del álbum es muy bueno. Imagino que Rob Schnapf, como productor tendrá mucho que ver. ¿Cómo ha sido grabar con él?
Bueno… De hecho, honestamente, Rob Schnapf vino hacia el final de la grabación. Él grabó «Pretty Pimpin’» y «Wild Imagination», pero en canciones como «Lost My Head There» estaban mi compañero en la banda Rob Laakso y Peter Katis en las mezclas, el cual ha estado increíble. También grabó cosas mi otro compañero Kyle Spence, así que es una mezcla de colaboradores.
Por lo que había leído, Rob Schnapf parecía ser el único productor…
No, él ha sido descrito como el productor un poco en términos “profesionales”, pero lo cierto es que Rob apareció por allí más tarde, para estar sólo un par de semanas.
Y siguiendo con «Lost My Head There», la primera parte de la canción me recuerda a los momentos más optimistas de Plastic Ono Band de John Lennon. Sobretodo ese piano (se lo canturreo)…
Sí, amo ese disco!
Entonces estás de acuerdo con la comparación…
Sí. John Lennon. Es divertido. O sea, por supuesto me encantan los Beatles, pero John Lennon destruye los Beatles y después saca esos discos en solitario tan realistas… Es como ¿cúan realista y crudo puedes llegar a ser? Y en eso Plastic Ono Band es… (no encuentra la palabra)
Hace un tiempo dijiste que te gustaría que tus nuevas canciones sonaran como si estuvieran escritas en el sofá de tu casa. ¿Crees que lo has conseguido?
Sí, eso fue una especie de… Lo expliqué de esta manera. Puedes estar en el sofá o no, pero lo que sí es obvio es que ese sería el sitio donde te relajarías en casa con la guardia completamente baja. Sólo quería que las canciones mantuvieran ese sonido puro que tenían cuando fueron escritas. Con mucho sentimiento. Incluso aunque estuviera en otro sitio, no pensar demasiado, hacerlo sonar relajado, orgánico. Algo así.
Hay una gran riqueza de arreglos instrumentales a lo largo del disco. ¿Iniciaste la grabación con una idea clara de los arreglos e instrumentos que querías? ¿O la propia grabación fue dictando sobre la marcha?
Ocurre mucho según vas tocando a lo largo de la grabación. Tú tienes una canción lista, pero después hay mucha improvisación en el estudio. Es como que sientes la emoción de la música en el momento y reaccionas a ello. Sé que quiero determinada canción con banjo, o con piano, o con guitarra, por supuesto, entonces, a partir de ahí, vas viendo qué más ocurre.
En las letras hay vida cotidiana, humor, amor… Siempre narrado de un modo relajado, sin exabruptos. Además, independientemente del tema que trates, los textos siempre son recitados con ese tono suave, tan agradable. Eso es muy Kurt Vile!
Me gusta lo que dices. Gracias por el cumplido! También lo siento así. Es como que la mejor manera de que pueda entregar algo sincero es así, de modo suave y relajado. Y no tienes que preocuparte demasiado sobre si aciertas en el tono o no porque generalmente lo haces. Es algo así como un lugar de meditación al cual puedes acceder si cantas realmente suave. Cuentas hasta cinco, cierras los ojos y ahí estás.
Una de las primeras pistas que diste sobre b’lieve i’m goin’ down… fue que habrían ciertas vibraciones nocturnas en él. Incluso hablaste del disco como tu particular secuela de The Nightfly de Donald Fagen. Cuéntame sobre esto.
Sí, eso fue una broma (sonríe)
A mí me gusta ese disco!
A mí también, me encanta Donald Fagen! Pero obviamente no iba en serio lo de hacer un disco como ese (se parte).
Vale, pero yo lo entendí como un objetivo a nivel de atmósfera del álbum.
Entiendo, sí, pero yo lo dije porque The Nightfly gira en torno a un dj de radio que tiene un programa nocturno de jazz, cosa que obviamente no tiene nada que ver con mi álbum (ríe). De ahí la broma. Digamos que aproveché aquella entrevista para dar una muestra de apoyo a la obra Donald Fagen.
A propósito de Donald Fagen, te vi en algún lugar de la red recomendando un álbum de Steely Dan. De algún modo, ¿consideras la obra de Steely Dan o Fagen en solitario una influencia en tu música?
Respeto mucho a Fagen, aunque no me guste todo lo que ha hecho, pero sí diría que tengo influencia de bastantes elementos de la carrera de Steely Dan. Esta canción, «Only A Fool Would Say That», ¿la conoces?. Es de su primer álbum, es mi favorita (reproduce la canción a través de su móvil).
¡Sí! ¡Además hace poco la escuché en una serie de televisión!
¿En serio? ¿Qué bueno! Respeto mucho a Becker y Fagen. Ellos han rajado alguna vez de su propio material antiguo, pero esa manera de tocar elementos de jazz… habrá quien diga que es música para carrozas, pero a mí me parece fascinante. ¡Por cierto, otra que me encanta es «Haitian Divorce»!
Por cierto, ¡Se reunieron hace poco!
¡Sí, sí, los vi en Coachella!
¿Alguna otra influencia destacable en el disco?
Me gusta experimentar con cierto jazz “espiritual” como John Coltrane en su última etapa, aunque bueno, lo primero también me gusta. Me gusta todo lo que ha hecho John Coltrane, de hecho. También he escuchado mucho a Pharoah Sanders, Alice Coltrane y cosas así. Bueno, quizás esto es música que escucho continuamente, respecto al disco diría que Randy Newman sí que estaba en mi cabeza durante estos últimos dos años; esos pianos, esas letras…
Llama la atención que tu música guste tanto a viejos rockeros como a un público más indie. ¿Cómo explicas eso?
Bueno, eso está bien, pero creo que es más por el hecho de estar en un sello indie y todo eso, ¿sabes? Creo que mi música es bastante universal. De hecho me gustaría tanto llegar a chavales como gustarle a sus padres (ríe).
(Foto: Marina Chavez)
Una de las cualidades inherentes a tu música es la paz y tranquilidad que transmiten muchas de tus canciones. ¿Hay una búsqueda deliberada de esa paz, o simplemente sale así?
Paz en mi música… Mmmm, puede ser que la haya, pero sin pensar en ello, sin buscarlo.
Stella Mozgawa (Warpaint) ha hecho un gran trabajo en el disco, aunque el batería habitual en directo viene siendo Kyle Spence. De ahora en adelante, ¿quién ocupará el asiento de la batería?
De momento lo hará Kyle. Si en algún momento Stella está disponible y puede hacer algún tour contaré con ella porque es muy buena. No sé cómo se lo puede tomar Kyle, si le molesta es su problema. ¡Es broma! Lo cierto es que Stella está muy ocupada con Warpaint y más gente. Estoy seguro de que en algún momento coincidiremos, pero de momento estará Kyle.
Cuando escucho el laborioso trabajo de guitarras en el disco, con gran protagonismo del fingerpicking, no puedo evitar pensar que debe ser complicado de trasladar al directo. ¿Cambiará en concierto el enfoque de las guitarras en relación al disco?
Sí bueno, eso llevará trabajo, pero no quiero cambiar todo el sonido hacia algo más cañero. Quizás un poco puede estar bien, pero mi intención es trasladar todo ese trabajo al escenario sólo que con ese plus de intensidad que tiene el directo.
Tengo ganas de veros en una sala, la última vez que os vi fue en la explanada del Primavera Sound. Fue un buen concierto, pero la multitud y un volumen demasiado bajo me impidieron disfrutar plenamente del concierto. ¿Te sientes más cómodo en salas, en grandes festivales, o quizás en ambos?
Puestos a escoger siempre es mejor un club, suenas mejor entre cuatro paredes, pero también me gustan los buenos momentos que se dan en algunos festivales. La primera vez que tocamos en el Primavera Sound fue en un escenario pequeño y el público estuvo genial. Pero vamos, que si me tengo que quedar con una cosa escojo sala seguro.
¿Qué podemos esperar de la nueva gira?
Puedes esperar… ¡verme a mí en el escenario cantando y tocando! Puedes estar seguro de ello (se descojona). Todavía estamos trabajando en ello. Habrán cosas del nuevo álbum y picotearemos canciones de discos anteriores cambiando la cara a alguna vieja canción; la verdad es que hay mucho repertorio donde elegir. Quiero sentirme a gusto con mi estado actual respecto a la música, no quiero que se convierta en una gira de grandes éxitos.
¿Qué tal te llevas con las redes sociales? Desde fuera parece que tus cuentas de Twitter y Facebook no las manejas tú.
Sí, suelo delegar el uso de mis redes sociales, nunca abro mi Facebook. De hecho lo lleva mi mánager, en el cual confío plenamente. Aunque de vez en cuando sí utilizo Instagram.
Debido a vuestros respectivos éxitos, parece improbable que Adam Granduciel (The War On Drugs) y tú volváis a cruzar vuestros caminos. ¿Alguna posibilidad de que en un futuro se pueda dar, a pesar de las agendas?
Sé que algún día volveremos a hacer música juntos, pero Adam ya no vive en Filadelfia y está muy ocupado. Por otro lado es un tipo muy a la suya, aunque sé que somos buenos amigos y él es un tío majísimo, ahora mismo parece un poco inalcanzable. Pero seguro que algún día coincidiremos. También hay que decir que cada uno tiene sus cosas, yo tengo familia… Además él ahora se ha echado una novia bastante famosa (se refiere a la actriz Krysten Ritter), eso le tiene aún más ocupado (ríe).
Colgados en Filadelfia
Actualmente la escena de Filadelfia atraviesa un gran momento de forma, pues no son pocas las bandas en activo que están haciendo cosas interesantes. Hablamos de bandas como Parquet Courts, Waxahatchee, Strand of Oaks o Pissed Jeans, entre otras. Le pregunto a Kurt sobre este tema creyendo que son algo así como una gran familia. Veamos qué opina. “Sí, es cierto que salen muchas bandas de Philly, casi todos mis amigos de treinta-y-tantos están enrolados en alguna banda, pero eso de nueva escena… Quiero decir, conozco a Sean de Parquet Courts. No conozco la música de Strand of Oaks, aunque soy amigo de Mike Sneeringer, el batería. Con Waxahatchee vamos a girar, he escuchado su disco, me gusta, pero cuando estoy por Philly no estoy demasiado pendiente de la escena local. Simplemente me voy a casa con mi familia. No me siento parte de esa escena. Es cierto que giraremos con Waxahatchee, y eso está bien, pero me veo un poco ajeno a todo eso. Sin ir más lejos ahora estoy aquí en Madrid (ríe con cierta sorna)”. Parece que andaba yo errado con lo de la gran familia musical de Pensilvania.
Texto: Daniel González
Foto: Henry Diltz