Después de tres discos, “Cova Placenta” (Cydonia, 08), “Escapistes” (Amniòtic, 10) y “Amunt” (Amniòtic, 13), Inspira presentan “Greta” (Bankrobber, 15) después de haber abordado su composición y grabación con nuevos matices, fruto del ímpetu para añadir detalles y facetas a su sonido, del momento vital de Jordi Lanuza, alma mater del asunto, y de la evolución de un proyecto personal que se va asentando como banda. Más conciso, más preciso, con su paisaje musical que aúna folk, pop y rock en una voz propia que hace su sonido perfectamente distinguible. Hablamos con Jordi de los cambios personales, de los deseos de futuro que impregnan sus letras y del proceso artístico que ha culminado con la publicación del álbum.
El disco mantiene un tono general de optimismo contenido hacia un futuro mejor a diferentes niveles, entre la seguridad y la esperanza de llegar a él. ¿Qué te lleva hacia ese ánimo?
Pues las ganas de que lleguen mejores circunstancias para todo el país, en todos los ámbitos. Políticos, sociales, sanitarios, educativos, culturales… Necesitamos los cambios que van llegando poco a poco y qué mejor que proyectarlo en cuantas más canciones se pueda. Ellas son las que perdurarán y aguantarán el paso de los años, sean benevolentes o críticos.
¿Han marcado de alguna forma la composición del disco experiencias de índole vital o artística que hayan encaminado su composición?
Sí que ha habido cambios vitales. Hace cerca de un mes fui padre por primera vez. Esto no hace que todo el disco hable de lo mismo, pero sí que hay canciones que hablan del proceso interior que inevitablemente he ido asimilando. También a nivel de composición, he optado por buscar compases con más andar, más groove. Huyendo de las estructuras, armonías y melodías más progresivas, que tan caracterizaban los Inspira de siempre.
La música puede tener un componente importante de catarsis, por el artista que lo escribe y el oyente. En el caso de Greta la parte musical y lírica parece que van muy de la mano en este sentido. ¿En qué direcciones se mueve esto entre lo personal y el público? ¿Apelas a un mensaje «universal»?
He tenido la necesidad de tocar más de pies en el suelo, tanto a nivel musical como a nivel lírico. Las letras son más personales y directas que nunca. Sí que hay un mensaje en el que cualquiera, en un momento dado, se puede sentir identificado. Esto siempre lo he buscado en todas las letras, pero esta vez aún con más ganas. He dejado de lado más las metáforas y el onirismo que trataba antes. Concretar más el mensaje y topar de lleno con la realidad del día a día. A nivel musical ha habido la intención clara de hacer canciones con un aire más pop, un lenguaje más común y cercano a más público. Por primera vez, creo que quedan mucho más claras las estrofas y los estribillos de cada tema, siendo así más recordables en la primera escucha.
Tengo entendido que Inspira actúa más como una banda, con tus compañeros más cercanos al proceso creativo, que en anteriores trabajos. ¿La foto que ilustra el disco va en este sentido?
Sí, totalmente cierto. Este disco lo hemos hecho sin productor. Lo hemos hecho nosotros mismos en «La Moleria», nuestro estudio compartido con Egon Soda, Standstill, Fernando Alfaro, etc… El disco lo grabó y mezcló el bajista de la banda, Dario Vuelta y el resto hemos ido haciendo y deshaciendo lo que nos parecía más adecuado para cada parte. Del acabado y el mastering se encargó Yves Roussell, con quien tenemos plena confianza.
Al ser el disco donde más ha participado toda la banda y después de una sesión de fotos con Noemí Elias, vimos claro que la portada debía ser la que es. También encontrábamos que ya no se hacen portadas con la banda en primer plano. Nos gustó la idea.
¿Ha variado mucho el proceso y cuál es el habitual para construir las canciones de Inspira?
Pues en este disco hemos trabajado las canciones en el local, más que otras veces, pero igualmente, durante la grabación, hemos ido modificando y alterando partes o canciones hasta dar con el mejor resultado. La banda ha sido más participativa que en otros discos.
Por primera vez os responsabilizáis también de la producción del disco. ¿Qué os ha permitido esta experiencia? ¿Lo abordabais con seguridad y una idea clara, o el trabajo de estudio le ha llevado a terrenos no previstos?
Una parte de canciones las teníamos más claras y la otra la hemos ido arreglando a medida que avanzaba la grabación. Ha sido un proceso bastante democrático y divertido. Las canciones son mías, aunque tengo claro por dónde deben ir, he dejado mucho espacio en que la banda aportara lo mejor de cada uno. Lo de hacerlo en el local propio hace que dispongas de mucho tiempo e hizo falta tener una fecha límite desde Bankrobber para poder terminar el disco y no darle más vueltas de la cuenta.
¿La presencia de sintetizadores y el omnichord qué aporta a vuestro sonido?
El omnichord lo toca Fer Acosta. Ya en el segundo disco (Escapistes, Amniòtic Records 2010) ya introdujimos bastante el teclado vintage y desde entonces, lo hemos tenido siempre como almohada en la base de los directos. En este disco, también lo hemos encontrado necesario en muchos temas. También nos encontramos algunas sorpresas positivas a la hora de incluir los sintes, con la ayuda de Dani Ferrer (Love of Lesbian, Marc Parrot, etc…) lo dejamos hacer y fue toda una gran experiencia. Nuevas y muy emocionantes sonoridades.
La musicalidad del disco, dentro de vuestra discografía, es particularmente sinuosa, podríamos decir que enérgica. ¿Te sientes cada vez más en este sentido, la expresión en directo de la banda cuajando más en estudio…?
En el disco anterior (Amunt!, Amniòtic Records 2013) ya buscábamos captar la energía de la banda en directo. En este, hemos probado darle una vuelta de tuerca más. Hemos querido captar la energía de la banda y sumarle capas de arreglos y ambientes que hemos tenido que trabajar en el estudio después. Ahora toca preparar la gira para llevar el disco a los directos y no perder demasiados detalles por el camino.
Greta es el primer disco que titulas con un nombre propio, ¿tiene alguna significación especial?
Greta es el nombre de mi hija, nacida el 23 de agosto de este año. Elegimos su nombre ya que era una buena manera de resumir en una palabra el momento presente y el pasado y futuro inmediato. Es un punto álgido en mi vida y el momento en el que he dejado de ser protagonista a ser un actor secundario en mi propia historia.
También figuran en el disco un par de canciones un punto más ácidas, de resistencia y cierta acritud, como ‘Algún día’ y ‘El Espantapájaros’. ¿Es una vía a seguir de cara al futuro?
Pues la verdad es que cuando se trata de escribir cosas presentes en tu vida, es inevitable escribir sobre las cosas nocivas que tienes alrededor. Una de ellas sería cierto tipo de política que se hace en este país y otros que pasan por momentos similares. «Algun dia» hace referencia a todo aquel miedo de que en algún momento nos han causado cierto tipo de decisiones políticas y que algún día recibirán en su contra. Ese día la tendrán bien merecida, eso es seguro. Seguramente, siempre habrá algún momento de protesta en alguna canción. Tampoco es nuevo de este disco. Por desgracia, llevamos muchos años rodeados de dirigentes patosos, irracionales e incoherentes.
‘El espantapájaros’ se mantiene en un anonimato que podría hacer referencia a espantajos más personales pero también conocidos por todos. ¿Teníais alguno concreto en mente?
Pues hace referencia a diferentes adicciones y aflicciones mentales que cualquiera puede sufrir en un momento dado de su vida. Como un elemento que al verlo, sentimos atracción y rechazo al mismo tiempo, sea cual sea. Lo que asusta a los pájaros cada vez que lo ven.
Texto: Nil Rubio
Fotos: Noé Elías