El 1 de julio de 1980, horas antes de su debut en España y solo a tres meses de que se hiciera pública su enfermedad, Bob Marley (1966-1981) habló con unos pocos periodistas. Hemos rescatado aquella conversación como tributo a una figura de dimensiones míticas.
El personal del muy cosmopolita Hotel Princesa Sofía anda revolucionado. Entre los habituales ejecutivos de altos vuelos y turistas adinerados se ha colado una pintoresca tribu rastafari, negros de aspecto imponente y conflictivo, coronados por auténticos matorrales de cabellos trenzados, apestando a rotundo petardo de hierba recién consumido. Pero el peligro es irreal: se trata simplemente de una banda en gira, los Wailers de Bob Marley. Solo que, al contrario de los típicos grupos de rock, estos músicos parecen llegados del espacio exterior. Se hospedan en lujosas suites, pero se niegan a comer lo que produce la cocina de cinco estrellas del establecimiento, prefiriendo lo que para ellos prepara un séquito de mujeres traídas desde Jamaica. Arroz, plátanos, especias… la dieta del rastaman. No parecen atender las mudas reglas sociales de un hotel de lujo, transitan los salones y pasillos con aire displicente y arrogante, van a su bola como si su barrio de Trenchtown estuviera a la vuelta de la esquina. Utilizan el gimnasio, salen de compras —recuerdo que uno de los músicos, fanático del motociclismo, llegó cargado de accesorios de una tienda especializada en trial— y todavía no se les ha visto pisar el bar.
Un reducido grupo de periodistas se reúne en recepción a la hora convenida y es guiado por un representante de la discográfica hasta el lugar donde Bob Marley espera para responder a nuestras babilónicas —y por lo tanto inútiles desde su punto de vista— preguntas con un aluvión de consignas rastas expresadas, en tono desganado y utilizando un espinoso dialecto, a base de breves sentencias. Al salir del ascensor nos cruzamos con Chris Blackwell, el responsable de que Marley sea una estrella internacional (apunte anecdótico: el gerente de Island Records iba acompañado de Nathalie Delon, su pareja de entonces). Se abren las puertas de la estancia real y nos recibe un Bob Marley con los tirabuzones —ellos les llaman ‘’dreadlocks’’— enfundados en una gorra de lana, repanchingado en un suntuoso sofá, absorto en un estado de curiosa semicatatonia. El hombre parece haber inhalado minutos antes el humo de cuarenta porros liados con marihuana de la mejor calidad. En la habitación contigua una mujer hace sus faenas pues, como buen rasta, Marley viaja en familia; eso sí, la ganja, las hembras ni probarla, así lo dicta la estricta Ley de Zion. Los rastas no beben alcohol, no comen carne, viven en comunas, nunca mendigan ni roban. Rechazan todo tipo de violencia, simplemente se han automarginado de la sociedad. Son buenos y compasivos mientras queman kilos y más kilos de hierba utilizando sus pulmones como chimeneas, pero las mujeres… en la cocina o cuidando de la prole.
Se ha dicho que fuman tanta maría que hasta consiguen entenderse entre ellos, pero la verdad es que nos costó lo nuestro —a Ramón de España, Carlos Bosch, Jaime Gonzalo y este cronista— descifrar esas palabras enmarañadas por la maleza de la jungla que surgían, entre una espesa humareda, de la boca de ese hombre santo y sabio que nos miraba con ojillos neblinosos pero despiertos, esbozando la plácida sonrisa de quien se sabe en posesión de una verdad que sus interlocutores ni siquiera atisban. Una extraña superioridad moral la suya, irracional pero contagiosa. La misma que aquella noche retumbó alrededor de un coso taurino abarrotado de público, en una de las actuaciones más contagiosas que recuerda esta ciudad, con la música proyectándose gomosa, contundente, embriagadora, relajante, por encima de todo rítmica, sobre nuestras cabezas y hacia el firmamento.
Seguramente Jah me protegía tras haber hablado con su profeta pues, a pesar de haberme liado un cuatro papeles durante el concierto, no extravié la casete donde se ha conservado durante todos estos años la siguiente entrevista, publicada por vez primera en su integridad.
CHOQUE DE CULTURAS
Tus letras son importantes. ¿Qué piensas al cantarlas ante un público que no las entiende?
Lo mismo que cuando las entienden. Pero la verdad es que no me lo planteo. Yo no pienso, solo me inspiro. No hay mucha gente que piense, la mayoría se inspiran.
¿Por qué crees que el reggae se ha hecho tan popular en todo el mundo?
Hmmm… porque a la gente le gusta. Es algo nuevo, algo diferente.
¿Cuales fueron tus influencias aparte del reggae?
Escuchamos toda clase de música, música extranjera y música jamaicana, [chasqueando los dedos] como el ska, el rock steady, el reggae…
¿Qué diferencia hay entre el ska y el reggae?
El ska es la diversión. El reggae es la realidad.
¿Qué opinas de la situación política en Jamaica?
Creo que es mala. No me gusta el gobierno que tenemos, porque no es rasta. No importa que sea blanco o negro, lo que importa es que no es rasta.
¿Cómo explicas que el reggae, cuyo mensaje es importante, se baile en las discotecas?
Te lo diré, tío, es por el espíritu mismo del reggae. La gente fuerza a los disc-jockeys a poner reggae. Se baila, porque gusta.
¿Te gusta el jazz?
Sí. Me encanta el jazz. Ahora no recuerdo nombres concretos, todos los grandes del jazz.
¿Conoces algún músico africano?
A Fela Ransome-Kuti, me gusta mucho.
¿Qué opinas de Bob Dylan?
¡Oh, Bob Dylan es el mejor! El mejor… o uno de los mejores. Amo a Bob Dylan, no sus ideas, sino al hombre. Me emocionó en los 60 y lo sigue haciendo en los 80.
¿Qué clase de música escuchas habitualmente?
Mayormente reggae.
¿Qué opinas de las bandas blancas como Police que adoptan el reggae?
Pienso que hay gente que lo explota, y otra gente que lo hace con buena intención.
¿Te gusta alguno de esos grupos?
No lo sé, la verdad. Solo me interesan si son rastas.
¿Pueden los blancos cantar reggae?
Si lo hacen con el corazón, no para aprovecharse.
¿Qué te parecen los grupos de ska como Specials o Madness?
Los he oído, pero no son populares en Jamaica, no los compramos como en Inglaterra. Supongo que están bien. Hacen algunas canciones que eran muy populares en Jamaica hace diez años.
¿Cual ha sido la influencia de Chris Blackwell en tu música?
Chris Blackwell no me ha influenciado. Tenemos intereses comunes, y le gusta la música. Eso es bueno.
¿Qué te parece Jimmy Cliff?
Me gusta mucho lo que hace.
¿Desmond Dekker?
Hace tiempo que no le escucho. Chinee-man [el productor Leslie Kong] le conoce.
¿Cómo es tu nuevo disco, Uprising?
Me gusta mucho. Es un disco concienciado.
¿Se parece al anterior, Survival?
Creo que es algo diferente, pero me gusta.
POR LA MARIHUANA HACIA JAH
Has dicho que fumar hierba te acerca a Dios…
Si encuentras a Dios en el hombre, si encuentras el bien dentro de un hombre, entonces también encontrarás el bien fuera del hombre.
Me refería a fumar marihuana…
Sí, pero mucha gente fuma hierba y no conoce a Dios, ¿vale? La hierba es como el paraíso en la tierra. Nosotros los rastas muchas veces fumamos hierba para decidir entre lo que está bien y lo que está mal, porque la hierba te permite ese nivel de libertad. Si no fumas hierba estás un poco confundido, porque no puedes pensar con claridad, la realidad te lo impide. La hierba trae la inspiración.
Entonces tu música está inspirada por la hierba…
¡Yo fumo un montón de hierba! Siempre que tengo hierba a mano me la fumo.
¿Tienes problemas al cruzar las fronteras?
No cruzo las fronteras con hierba. Pero la fumo. ¡La estoy fumando ahora!
¿Te controlaron al llegar al aeropuerto de Barcelona?
Todo lo que quisieron [Risas].
Parece que tuvisteis problemas en Alemania…
Poca cosa. Nos hicieron bajar del avión, pero eso fue todo.
¿Crees que el político jamaicano Michael Manley va a legalizar la marihuana?
No lo sé. Creo que la política es un juego al que juega la gente, y cuando los políticos mueren otros siguen jugando. Y así será siempre. No se puede legalizar la hierba, porque para nosotros ya es legal. No importa lo que diga el gobierno.
¿Qué opinas de drogas como la cocaína?
No pienso en esas cosas. Yo solo fumo hierba. A veces la hierba no es buena, pero otras es lo mejor, ¿sabes a lo que me refiero? Así que, para mí, la hierba es lo mejor. Sí.
¿Qué opinas del alcohol?
El alcohol sirve para dividir y gobernar a la gente. Mantiene estúpida a la gente, la enloquece. Destruye tu cerebro, destruye tu memoria, hace que tu carne se convierta en alcohol. La hierba es buena, es la curación. El hombre está herido, está dividido, solo la hierba puede unir al hombre. El alcohol no lo hace. La gente que bebe alcohol, lo bebe y desfallece; las personas que fuman hierba tienen un sentido de la vida, una sabiduría de la vida. La gente que solo bebe alcohol está muerta, se rinde ante la vida.
CERCA DE LA TIERRA PROMETIDA
Hay rastas que dicen que te has vendido a Babilonia.
¿Un rasta ha dicho eso? ¿Cómo sabes que era rasta? Solo puedes estar seguro de lo rasta si tú lo eres.
¿Y quien es rasta?
Quien lo sea en su interior, esto es un rasta. Cualquier puede decir lo que quiera. Mucha gente se equivoca.
¿Cómo puedo ser rasta sin creer en Haile Selassie?
No es posible. Haile Selassie es Ras Tafari en persona. ¿Cómo ser comunista y no creer en Rusia? Si no crees en Haile Selassie no eres rasta.
¿Quien es para ti Haile Selassie?
Dios todopoderoso. El León de Judá. Rey de Reyes. Señor de Señores. El Mesías. Cristo. Dios hecho carne. Haile Selassie significa más para nosotros que Marx y Lenin juntos para los comunistas. Haile Selassie es Jah.
¿Qué piensas de quienes le acusaban de dictador?
Lo que piensa la gente es lo que piensa la gente, y a veces lo que piensa la gente es una mentira. La gente puede estar equivocada.
¿Hay algún tipo de ritual en vuestra religión o es algo interior?
Hmmm… allí donde se encuentren más de dos personas rastas está nuestra iglesia. Queremos la unidad, no nos interesan los rituales, solo la unidad. Hablamos con Dios siempre que queremos, y él habla con nosotros. Dios no necesita multitudes, te habla directamente a ti, cuando estás descansando, en cualquier momento.
¿Qué significado tiene para un rasta el término ‘’I and I’’?
Yo y yo significa: yo y yo, y yo, y yo, y yo… Es la unidad. Si dices yo y tú y aquel, separas a las personas. El mismo Dios que vive en ti vive en mí. Así que no somos tú y yo, pues estamos cerca el uno del otro, somos yo y yo. Eso amplifica la conciencia de Dios.
Has actuado en Zimbabue, ¿cómo fue tocar en Africa?
Fue una experiencia muy buena.
¿Te gusta el gobierno de aquel país?
¿A mí? Hmmm… me gusta Africa.
¿Existe una suerte de fraternidad entre la gente de color de todo el mundo?
¿De donde viene la mayoría de gente negra del mundo? De Africa. Así que, si la mayoría de la gente negra procede de Africa, yo vengo de Africa. Africa es como nuestro cuartel general.
¿Algún día volverás a Africa para quedarte?
Africa está en algún lugar próximo, tío, está muy cerca. No hay problema con la distancia, siempre que tengas medios de transporte.
¿Es Africa el paraíso?
La libertad es el paraíso.
¿Por qué se ha cancelado tu concierto en Madrid?
Porque el gobierno dijo que no [el gobernador civil, de UCD, prohibió el concierto tras el desastre del abortado recital de Lou Reed]. A veces ocurren esas cosas. Pero decidle a la gente que cuando el gobierno lo permita iremos, si la gente quiere que vayamos.
¿Te gusta lo que has visto de nuestro país?
España está muy bien. Hay mucho movimiento y mucho sol.
También hay sol en Jamaica.
Sí, Jamaica es muy soleada.
Pero aquí estamos más cerca de Africa…
Sí… [Risa satisfecha] ¡Eso está bien!
PISAR LA TIERRA DESCALZOS
Dicen las biografías que tu padre era blanco.
No, mi padre es Haile Selassie. Ni siquiera conocí a mi padre, y nunca me ha dado nada.
¿Funciona el reggae en Estados Unidos como en Europa?
Hay alguna gente a la que le gusta, pero América es diferente.
¿Crees que el reggae tiene futuro?
Bueno, si existe un futuro, todo tiene un futuro.
¿Está en sus inicios o llegando a su conclusión?
Está empezando.
¿Cual de tus canciones es tu favorita?
¿Mi favorita? Bueno, cada día cambia. Ahora mismo, «No Woman, No Cry».
¿La tocarás esta noche?
Eso espero [Risas].
¿Te gusta la versión que grabó Eric Clapton de «I Shot the Sheriff»?
¡Oh, sí!
Se ha dicho que el título original era «I Shot the Police».
Lo cambié, porque sheriff tiene más fuerza. Policía suena débil, sheriff era más directo
Michael Manley es pro-castrista. ¿Qué opinas de Fidel Castro?
No me gusta. Es una marioneta en manos de Rusia. Los rusos quisieron hacerse con Etiopía, pero no lo consiguieron. A los rastas no nos gustan las armas, y menos las armas nucleares. No son en absoluto rasta, sino todo lo contrario. No nos gustan quienes luchan contra la realidad de la vida y pretenden ser dioses. Acaban siendo falsos profetas, anticristos. Esto es lo malo del mundo en la actualidad, los falsos profetas y los anticristos, el capitalismo y el comunismo. Cuando crucificaron a Cristo había un ladrón a su derecha y otro a su izquierda, ahora ocurre lo mismo en política, las derechas y las izquierdas. ¿Y quien está en medio? Los africanos.
¿Qué piensas del cristianismo?
Leo la Biblia, la versión de King James. Es algo que vivimos muy intensamente, pero no lo imponemos a la gente. Por eso nadie puede frenar a los rastas, porque todo lo que decimos está en la Biblia. Hubo un tiempo en que podías ir a la cárcel por tu religión, pero la Biblia lo dice claramente, como lo dice la música reggae, cuando Cristo regrese será el Rey de Reyes. Haile Selassie lo es para mí.
¿Qué relación tiene el fútbol con lo rasta?
El fútbol es un juego bueno, bonito. Es muy entretenido. A veces es como la hierba, ¿sabes, tío? Es un juego que te inspira. Hermoso.
¿Qué equipo de fútbol te gusta más?
El equipo de Brasil. Sus jugadores más famosos son Nascimento y Pelé.
¿Hay algo que te guste de Babilonia?
¿Que me guste? Hay cosas que me disgustan y otras que me disgustan menos. Y hay algunas cosas que gustan. Creo que Babilonia no tiene unidad, está llena de falsos profetas. Se necesita más unidad, sino se está en manos de la maldad.
Hablando con nosotros, ¿nos ves como gente de Babilonia que no comprende lo rasta?
Cuando yo te hablo a ti, lo hago porque tú me hablas a mí. No me importa si eres rasta o no. Y si quieres saber más cosas sobre lo rasta, yo te las contaré hasta donde sepa. ¿Sabes a lo que me refiero? Solo espero que descubras la verdad. No discrimino.
¿Trasmites esa filosofía a través de la música?
No, es algo natural. Hay gente que lleva zapatos y otros que pisan la tierra con sus pies descalzos. Puede parecer algo sin importancia, pero la tiene.
¿Va a ser el de esta noche otro concierto más o algo especial?
Va a ser un gran concierto.
Texto: Ignacio Julià, publicado en Ruta 66, nº 125, febrero de 1997