El señor Votolato llegaba a los escenarios españoles en solitario, tras girar por media Europa (incluido un mes de mayo en el que debió de tocar en todas y cada una de las salas de Alemania) acompañado por su banda. Y es que su último álbum, más eléctrico y rockero, invita a disfrutar de un directo mucho más cañero. Sin embargo, una sala “Wurli” medio vacía, pero enormemente entregada, fue testigo de otra demostración de que Rocky Votolato, se basta y se sobra él sólo sobre las tablas.
Una vez más, el tejano regaló una íntima y comprometida actuación. Rocky, fue consciente de la poca acogida que había tenido, pero también del ferviente entusiasmo de los allí presentes y decidió dejarse la piel en el escenario. Acompañado de acústica y armónica, repasó éxitos de antaño como «Suicide Medicine» o «White Daisy Passing» y temas actuales como el genial «Hospital Handshakes» que también da nombre a su último álbum. Costó reconocerla sin la presencia tan contundente de la batería y la guitarra eléctrica en la versión de estudio, pero arrancó aplausos como si se tratase de un clásico.
Tendremos que esperar impacientes para ver la puesta en escena con el resto de la banda. Puede que este disco haya marcado un punto de inflexión en la ya dilatada carrera de Rocky Votolato, pero hasta entonces, disfrutemos de su maestría en solitario.
Texto y foto: Pablo del Valle