Todos sabemos que el Río Mississippi desemboca en Nueva Orleans. Algunos pensamos que lo mejor que traen sus aguas es la música que recoge en las orillas de su recorrido. Pero muy pocos saben escoger un poco de cada para hacer música como Luke Winslow-King. Durante los diez años que lleva viviendo en Nueva Orleans, este chico de Michigan, ha sabido seleccionar los ingredientes adecuados de la música americana para cocinar un plato alegre, profundo y sobre todo, tradicional.
La noche arrancó blusera, con los cuatro primeros temas interpretados a un ritmo extremadamente lento pero rebosantes de sentimiento. A partir de ahí, poco a poco, consiguió poner al público a moverse a ritmo de swing. Con una docena de canciones, desplegó buena parte de su repertorio más reciente y casi toda su variedad de estilos. La única diferencia destacable, fue que entre los miembros de la banda que acompañaban al señor Winslow-King no se encontraba su mujer. Se echaron de menos sus duetos, pero en su lugar, convirtieron la actuación de anoche en algo más canalla de lo habitual, lo cual también se agradeció.
Con esa maestría y vitalidad, Luke y sus tres colegas nos lograron convencer de estar en pleno Barrio Francés en vez de en el madrileño templo de El Sol, hasta que de pronto, el capítulo de Tremé (serie de HBO) se terminó.
Texto y foto: Pablo del Valle