Encuentros

Wilko Johnson, el inicio de lo que pudo ser el final

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Ya es una realidad. Wilko Johnson está libre del cáncer de páncreas que amenazó su vida durante todo un año, gracias a una intervención pionera del colegio de médicos que trabaja en el Addenbrooke’s Hospital de Cambridge, y especialmente al cirujano Emmanuel Huguet. Vamos, no existe mejor noticia para encarar este 2015 con fuerzas y una sonrisa, pues pese a los malos augurios que parecían dictaminar la muerte segura del guitarrista (perpetrados por el propio músico), algunos seguíamos perplejos frente a la idea de vivir en un mundo sin Wilko. Quienes lo celebrarán por todo lo alto serán los asistentes a sus próximos conciertos en Madrid y Sevilla, el 16 y 18 de abril respectivamente. Evento imprescindible se mire por donde se mire. Al habla con el francotirador de la telecaster.

 

Vuelves a girar por España, al fin.

Realmente son solo un par de conciertos.

Te vi la última vez que visitaste Barcelona, en 2003.

Sí, de eso hace mucho tiempo. Me hubiese gustado girar más por España. Pero debo decir, que en estos últimos doce años me han pasado muchas cosas.

Bueno, me alegro enormemente de que te hayas liberado del cáncer. Creo que es una noticia que ha hecho feliz a mucha gente.

Gracias. Realmente no sé qué decir… Vamos, durante un año he vivido con la creencia de que iba a morir. Fue al final de ese año tan extraño que unos doctores en Cambridge me dijeron que sí podían intentar operar y extirpar ese cáncer. Fue un ofrecimiento positivo, después de haber conocido una única salida, que era la de operar para alargar un poco la enfermedad y la vida; quizás unos meses. Así que me dije a mí mismo: «De acuerdo, no tengo nada que perder». Así que me operaron y extrajeron ese enorme tumor de tres kilos que parecía del tamaño de un bebé. Fue todo un suceso, todos los cirujanos se felicitaron, parecía un buen trabajo. Y claro, nadie más que yo tenía motivos para celebrarlo. Especialmente si miro atrás y pienso en ese año en el que todo lo que veía era mi vida llegando a su final. Mírame ahora, solo puedo pensar en seguir adelante. Esa operación ha marcado el inicio de lo que pudo ser el final.

¿Sigues pensando que la gente se sentirá estafada ahora que has sobrevivido a ello? No puedo pensar, aunque seguro que los hay, que haya alguien tan mezquino para sentirse engañado por haber comprado tu último disco o asistido a uno de tus conciertos de ‘despedida’.

(Se ríe a carcajadas) Esta operación me ha llevado a pasar en el hospital varias semanas. Me sentía débil, cansado… Cuando salí del hospital apenas pude hacerlo por mi propio pie. La gente que me operó me decían que era lo normal, que en pocos días habría recuperado la estabilidad habitual en mi cuerpo. Y así fue, empecé a sentirme mejor y mejor. Volví hace unos días al hospital para que me realizaron un escáner, algo rutinario. El doctor que dirigió mi operación me visitó y con cara de circunstancias me dijo: «Wilko, hemos encontrado un par de problemillas en tu interior. Quería comentártelo yo directamente». «Joder, que me den!!. ¿Ahora que le vuelvo a decir a la gente?¿No es esto increíble?». (Risas) Total, eran solo residuos que debían ser extirpados lo antes posible para que no se crease un problema. Volví al quirófano y lo extrajeron. No fue gran cosa una vez realizaron la operación. Pero vaya, solo pensaba que esta vez sí me iba a morir. Mentalmente no me apetecía pasar por ello de nuevo.

¿Cómo surgió la colaboración con Roger Daltrey?

«Le conozco desde hace años. Pero la idea realmente surgió cinco años atrás, después de colaborar juntos para… No lo recuerdo bien. El tema es que nos íbamos viendo y siempre comentábamos lo de hacer un disco. «Sí, claro, la próxima vez que nos veamos». Era una de esas ideas que nunca llegaban a materializarse. «Venga, vamos a hacerlo». «Claro, me encantaría». La verdad es que incluso yo me había olvidado de la idea. Cuando Roger supo lo de mi cáncer me llamó y me dijo: «Creo que ahora sí deberíamos hacer ese disco». «Cierto, y mejor que lo hagamos rápido porque no tengo mucho tiempo». Cuando empezamos a tomar la idea en serio me habían dado solo diez meses de vida y esa no era la mejor condición para pensar en la grabación de un álbum. Pero tan pronto como empezamos a trabajar en ello me olvidé del tema, gracias a todos los que me rodeaban, a mi banda, a Roger. Fue entonces cuando me di cuenta de lo fantástico que es sentirse vivo, de estar aquí ahora. Hicimos el disco muy rápido. Pensaba, «Voy a morir dentro de poco, pero he tenido una vida genial, y si he de despedirme que sea con un gran disco. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con Roger Daltrey?» Era un colofón perfecto. Pensaba que tan siquiera vería publicado el álbum. Pero cuando faltaban días para que saliese a la venta, aparecieron estos doctores de Cambridge y me dijeron que podían ayudarme. El disco funcionó muy bien y… (riendo sin parar) La gente venía al hospital y me decía: «Wilko, el disco está funcionando de maravilla, tienes que verlo». Y yo pensaba: «Sí, claro, lo que sea». Parece una maniobra del destino, pero lo bueno vino de la mano. En cuanto al disco, fue muy divertido de hacer.

Supongo que eres fan de los Who…

«Por supuesto, es una de las bandas de mi vida, una de las más grandes que nunca haya visto el hombre».

Todo el asunto del cáncer y el disco con Roger te han devuelto a ciertos puestos de notoriedad. Pero la cierto es que ya se venía reivindicando tu figura gracias a la edición del film que realizó Julien Temple sobre Dr. Feelgood, Oil City Confidential.

Sí, sí. Lo cierto es que por algún motivo, en la época anterior al film empezábamos a tener muchos más conciertos de lo habitual. Había un efecto positivo que no se realmente de donde precedía. Y luego apareció el documental de Julien Temple, que recordó a la gente mayor la banda que éramos, y a la gente joven le hizo descubrir una banda desconocida para ellos. La reacción fue genial a lo largo y ancho del mundo, incluso en América parecía haber una reacción. Ahí obtuve cierta notoriedad por la serie Juego De Tronos. Fue a partir de la serie que la gente empezó a saber que yo tocaba la guitarra y me dedicaba a ello. Creo que todos estos factores ayudaron a escalar hacia otro nivel.

¿Hay planes de grabar un álbum con canciones nuevas?

Hace un par de semanas hicimos un concierto a beneficencia del hospital de Cambridge donde fui operado e hicimos un tema nuevo. Son canciones que he escrito durante todo este periodo tumultuoso de mi vida. Algunas se alejan mucho de mi estilo particular, del que la gente conoce, pero creo que podrían encajar en un nuevo trabajo. Pero ahora quiero pensar en hacer estos conciertos, volverme a reencontrar en este nuevo inicio de mi vida. Todo llegará con paciencia. Pero sí, es uno de mis planes. Antes grabaremos otro álbum con Roger, a final de año.

¿Volveréis a re grabar algunas de tus canciones?

Eso creo. Nada es definitivo, pero en principio esa es la idea.

Siempre he querido preguntarte esto. ¿Qué opinión te merece que haya un puñado de desconocidos actuando bajo el nombre de Dr. Feelgood?

Me parece un asunto bastante feo y deplorable. Lo que quiero decir es que estos tipos que llevan ese nombre no tienen nada que ver con lo que nosotros éramos en los setenta. ¿Cuantos cientos de tipos han pasado por esa banda? Vamos, los que están ahí tan siquiera saben quién era Lee Brilleaux. Me parece legítimo que alguien coja prestada una idea para hacer de ello un modo de vida. ¿Pero esto? Lo siento, no quiero tener nada que ver. Espero que no se me relacione de ningún modo con ello. Tuve el placer de verles en directo y realmente, no es mi tipo de música. Dejémoslo ahí.

Me imagino que tienen derecho a utilizar el nombre sin pedir permiso legal.

Claro, cuando yo me fui de la banda llegó un nuevo guitarrista, y a este le sucedió otro, y a ese otro le siguió otro… Todo me parece correcto, aunque fuese contrario a ello en mi interior, hasta que muere Lee y los tipos de su grupo deciden seguir adelante con el nombre de la banda, lo cual es más irrespetuoso todavía. Y claro, todo aquél que sigue con la banda parece tener derecho a seguir adelante con el nombre. Tan siquiera se quien toca ahí hoy en día. Todo tiene que ver con los últimos años de Lee Brilleaux, pero de ahí a seguir con ese nombre… Me parece que esa gente tiene muy poca vergüenza y menos sentido del ridículo».

Muchísima gente te recuerda por tus años en Feelgood, pero has hecho cosas muy buenas en estos años.

Ohhh, gracias. Háblale a la gente de ello.

¿Hay algún trabajo del que te sientes especialmente orgulloso?

Nunca los escucho, así que no los valoro mucho. A veces, si alguien me entrevista y pincha algún tema, pienso: «Wow, eso suena bien». Pero creo que mi favorito será el próximo.

Acabo de ver Looking For Johnny, el documental sobre Johnny Thunders. Colaboraste con él en su disco Que Sera Sera. ¿Era tu amigo?

No éramos amigos. Un día estaba en un club y él se presentó. Me dijo que estaba grabando un disco y le encantaría tenerme. Le dije que sí y esencialmente fue eso. Debo decir que conmigo fue un gran tipo, muy honesto y educado. La mayoría de gente tendrá otra opinión, hay quien piensa que era un completo idiota. Y sí, puedes pensar que fue un idiota por la adicción que tuvo y acabó con su vida. Pero mi trato con Johnny fue estupendo. Me encantaba lo que estaba grabando y me pareció un tipo con talento.

El tiempo que pasaste en la banda de Ian Dury, ¿era algo transitorio?

No lo diría así. La época que pasé con Ian Dury And The Blockheads fue de las mejores, porque venía de Dr. Feelgood y Solid Senders, de estar en el frente de esas bandas, y con Ian pude relajarme y sentirme simplemente como un músico más. Sin presión, sin nada más que ser miembro de una banda. Disfruté siendo solo ‘uno de los chicos’. De todos modos, con quienes más disfruto es con los músicos que conforman mi banda actualmente.

Julien Temple prepara otro film documental sobre tu figura. ¿Qué nos puedes adelantar?

Julien llegó con la idea de hacer el film cuando surgió lo del cáncer. Me entrevistó al principio del proceso y luego me ha seguido en algunas ocasiones. La verdad es que no tengo ni idea de lo que quiere plasmar con todo ello. Será mejor llevarse una sorpresa, como sucedió con la primera visión de Oil City Confidential. Recuerdo ir al estreno en Londres, sin saber realmente con lo que iba a encontrarme, y acabé alucinando y disfrutando como un chiquillo al ver todas esas imágenes de nuestros inicios.

Texto: Sergio Martos

 

 

 

 

 

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