Hace tiempo que su nombre circulaba en los mentideros catalanes afines al género. Y los comentarios posteriores a sus conciertos no hacían más que subrayar la sensación de que estábamos ante el nacimiento de un grupo a tener muy en cuenta. En el momento de escribir estas líneas todavía no he tenido la oportunidad de asistir a ninguno de sus recitales pero la escucha compulsiva de su primer trabajo estas últimas semanas me lleva a afirmar que había razones de peso para que se levantara ese pequeño revuelo.
Synesthesia, editado por el sello italiano Jet Glow, es un álbum más propio de una banda de larga trayectoria que la obra de presentación de una formación que, pese al par de años que llevan juntos, está en el proceso de levantar el vuelo. Respira solidez, cohesión e ideas claras en la totalidad de las seis composiciones, íntegramente instrumentales, que contiene. El cuarteto de Mataró no cesa de perfilar alambicadas estructuras guitarreras escudadas por una sección de ritmo matizada y unos teclados que ponen la guinda final.
No hay lugar para el respiro desde la pieza de apertura, «Tentakloj», hasta la de cierre, «Helecoa», en una grabación que se sitúa, salvando las distancias artísticas, al soplo de la vía abierta en la actualidad por los madrileños Toundra. ¿Post rock? ¿Metal? ¿Progresivo? ¿Dream? ¿Psicodelia? Al carajo con las etiquetas. Calidad, imaginación, talento, música.
Manel Celeiro