Encuentros

Richard Dawson, reinventando la tradición: músicas rituales de la comunidad

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Richard Dawson es un artista inclasificable que se presenta precedido por una nube de aclamación mediática. Su último álbum, titulado “Nothing Important”, ha merecido críticas refulgentes en el diario The Guardian y fue nombrado segundo mejor disco del 2014 por la revista The Wire, justo entre el Syro de Aphex Twin y el To Be Kind de The Swans. Una carrera sin duda ascendente para un músico ya bien conocido en la escena del folk más arriesgado de Newcastle y el noreste de Inglaterra.

 

Sus trabajos anteriores han recibido críticas igualmente brillantes. The Magic Bridge, publicado en 2011, introduce la forma con la que mas se le asocia: la voz acompañada de una pequeña guitarra acústica tres cuartos pasada por un amplificador de guitarra con distorsión para conseguir ese sonido “sucio”. La voz de Dawson, extrema en tono, emoción e intensidad, se apoya en una instrumentación que solo resiste comparaciones con artistas del calibre de Zoot Horn Rollo.

The Glass Trunk, publicado en 2013, presenta una serie de canciones cantadas mayoritariamente “a capella”, sin acompañamiento instrumental, basadas en material recopilado en los archivos históricos de la región de Tyne and Wear. Richard Dawson usa escenas cotidianas encontradas en cartas y documentos para componer una obra densa en connotaciones, que abarca temas desde las funciones y las consecuencias de la violencia hasta el concepto de las fuerzas opuestas: creación y destrucción, nacimiento y muerte, cuerpo y alma. Un trabajo que conecta lo local y lo personal con lo universal, una constante en la obra del artista.

Nothing Important es el álbum que ha conseguido que Dawson aparezca en radares mas allá de los especialistas en lo inusual. Grabado en 2014 y editado por Weird World, un sub-sello del ultra-hip Domino Records, está alcanzando finalmente una difusión nacional en el Reino Unido. Aunque solamente incluye cuatro piezas, dos instrumentales y dos extensas canciones líricas que se extienden durante mas de 16 minutos cada uno, el disco tiene toda la consistencia y la complejidad temática de una obra mayor.

Resistiendo definiciones especificas, Dawson ocupa un espacio poco concurrido en el mundo de la música. Formado artísticamente en la rica tradición folk de Northumberland, su música trasciende estereotipos absorbiendo influencias tan dispares como el blues del Captain Beefheart, el garage rock, la canción de vanguardia de Robert Wyatt y el Qawwali de Nusrat Fateh Ali Khan. Pero cualquier referencia es meramente tangencial y el resultado es único y personal.

Richard Dawson ha comentado en entrevistas que su música no es “folk” si no más bien “música ritual de la comunidad”, citando su interés por otras músicas rituales como el canto de Tuva y el folklore indígena de América. Pero como nos cuenta más adelante, lo que él reconoce como influencias más conscientes, además de Nusrat Fateh Ali Khan, no son otras que el trabajo de otros músicos de la zona de Newcastle como Make Waterson, Sara Hill, Phil Tyler o Nev Clay. Y por supuesto del arpista galés Rhodri Davies, con quien publicó un disco en colaboración hace dos años, titulado “Hen Ogledd». Intentos para definir el trabajo de Dawson han usado términos tan abiertos como “guitarrista caótico”, “trovador sesgado” o “practicante de un virtuosismo excéntrico”.

Hablamos con Richard Dawson justo antes de su prueba de sonido previa al concierto en el McDevitts Studio de Reading.

 

Richard, ¿como definirías tu música?

Bueno, realmente no es que quiera ser opaco o misterioso, pero prefiero que sean los demás los que intenten definirme. Además a la larga sería una limitación para mí. Realmente no hacía demasiadas entrevistas hasta hace poco más de un año y en las primeras que hice quizás intenté extenderme un poco ,pero yo creo que demasiadas explicaciones pueden hacerle daño a la música, así que no es que quiera complicaros la vida a los entrevistadores, pero aún así prefiero no definirla.

En una tienda de discos, ¿en que sección te gustaría que se clasificasen tus discos?

En ese caso no hay problema, ¡que los pongan en la sección de saldos! (risas)

 

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¿Cuáles son tus influencias principales? Hay algunos nombres que tienden a repetirse en críticas y entrevistas.

Bueno, es realmente un poco de todo, no quiero quedarme demasiado con una sola cosa. Ya no escucho tanto a alguna gente a la que escuchaba muchísimo hace cinco años, pero siempre menciono a Nusrat Fateh Ali Khan. Todavía sigo fascinado por su música después de mas de diez años y ademas ha producido tanto que siempre me quedan nuevos “qawwalis” por descubrir.

Cuando escucho tu música a veces me llegan ecos lejanos de Captain Beefheart.

Realmente no conozco demasiado su obra. Alguna gente lo menciona, otra gente menciona a Robert Wyatt también, pero no he escuchado mucho a estos artistas. Quizás el Shipbuilding de Wyatt, pero poco más.

¿Algo de Bob Log en ese sonido de guitarra roto?

Ah sí, Bob Log, me gusta pero no tenia a ninguna de esta gente en mente cuando estaba escribiendo el álbum. Nusrat, Mike Waterson, amigos míos más que ninguna otra gente. Mi amiga Sarah Hill que también es cantante con Phil Tyler, Nev Clay de Newcastle también ha sido una gran influencia, es un gran compositor de canciones. Y Rhodri Davies, por supuesto. Estas son las mayores influencias pero musicalmente me gusta más mirar hacia India y Pakistan. Estoy interesado en muchas cosas, música Inuit, música americana indígena. Y Thelonius Monk y Bismillah Khan. Estas son las que yo considero mis influencias, pero esos otros nombres que mencionas como Beefheart o Wyatt han salido una y otra vez, así que supongo que puede haber algo de cierto en ello.

Muchas canciones de Captain Beefheart estaban meticulosamente compuestas a pesar de sonar como improvisaciones libres. ¿Qué parte de tu música es compuesta y qué parte improvisada?

Las canciones están compuestas y estructuradas de una manera precisa. Pongo mucha atención en las palabras, cada aspecto, en como las palabras interaccionan con la melodía, como la estructura de la canción interactúa con la historia. Es una aproximación muy rigurosa a la composición, pero una vez que las tengo listas para interpretar me gusta hacerlas saltar por los aires. Cuando grabé el álbum llegué a un punto en el casi podía tocarlas con comodidad, justo al borde de mi capacidad como instrumentista, pero una vez pasado ese momento ya no me interesaba ser capaz de tocarlas “tan bien”.

Pero las canciones estaban ya terminadas en tu cabeza para entonces.

Sí, pero esto que comentas me lleva otra vez a la música de la India, porque es un concepto muy occidental el que la improvisación y la composición sean cosas separadas. En la música de la India son dos caras de la misma moneda que interactúan entre ellas.

En algunas escenas de la música alternativa existe un cierto “culto a lo amateur”, en el que los espontáneo se valora sobre lo profesional. Incluso se llega a utilizar la palabra “virtuoso” casi como algo a evitar. Como te ves en esta discusión?

Yo valoro el profesionalismo, pero sí, entiendo lo que dices. Creo que ser profesional y espontáneo pueden coexistir, pero a veces para algunos artistas es más una cuestión de imagen y yo no estoy demasiado interesado en eso. Yo entiendo que mi sonido le pueda parecer “amateur” a algunos y a veces me siento así yo mismo, pero trabajo intensamente en mi música. Y una vez más estos dos factores que parecen contradictorios pueden en el fondo ser la misma cosa.

Ser profesional podría ser un requisito para una auténtica espontaneidad.

Supongo que esa es la idea, pero no tengo ni idea de si he llegado hasta ahí o no. No es algo sobre lo que yo pueda opinar.

¿Hay algunas ideas o temas que provean un hilo conductor en tu último disco “Nothing Important”?

No me gustaría explicarlo demasiado, pero empieza con las ideas de caos y de nacimiento. Supongo que estaba también interesado en la idea de responsabilidad y las distintas nociones y aspectos de esa palabra. Cómo controlas, cómo consigues dirigir todo este caos y darle forma. También la idea de márgenes estrechos, estaba obsesionado con la existencia de mundos contiguos a otros mundos donde el vacío esta sólamente separado por un muro muy estrecho. Estas cuestiones estaban rondando pero había también muchas otras, no quería convertir el disco en una diatriba monotemática. Hay quizás tres, cuatro o cinco ideas principales.

Sorprendentemente para un álbum que parece de otro modo bastante serio, hubo momentos en que no pude reprimir carcajadas escuchándolo. ¿Has tenido la intención de incluir un cierto sentido del humor?

Si, quizás es un poco una cosa de Newcastle, o alguna influencia irlandesa, ese oscuro sentido del humor tan “geordie”. Aunque no estoy necesariamente de acuerdo con la idea de que haya metido “bromas” a propósito en las canciones, puede resultar más útil aproximarse a algunos temas de una manera liviana más que ponerse demasiado serio. A veces si tengo un día malo me pongo videos del Dalai Lama en YouTube, con su manera de hablar y de decir las cosas puede tratar cuestiones terribles manteniendo una sonrisa.

“Nothing Important” ha sido recibido excepcionalmente bien por la critica. ¿Es importante para ti?

Obviamente ayuda para que la gente escuche el disco pero mas allá de eso no me importa mucho. Terminé el disco cinco meses antes de que se publicase. Por supuesto que prefiero buenas criticas que malas pero al final no cambia las cosas demasiado.

¿Es más importante para ti el éxito de público que la apreciación de la critica?

Bueno, yo solamente hago lo que sé que debo hacer, intentando no distraerme con factores externos, ya sean consideraciones financieras o la preocupación sobre cómo te ven desde fuera o incluso cuestiones de modas y estilos. El material es independiente de todo esto y la vida es cada vez mas rara de cualquier modo. Pero el éxito es una cuestión que es interesante plantearse.

Cada uno tiene una idea diferente de lo que es el éxito.

¿Tú qué piensas?

Bueno, quizás seguir haciendo música es ya un éxito, particularmente en estos días no tan buenos para músicos y artistas, cuando tantos tienen que dejarlo.

Sí, es cierto. Precisamente estaba pensando en esto ayer. Estaba un poco enfadado por mis problemas de garganta, y el concierto de ayer no fue demasiado bueno. Pero llevo en el mundo de la música bastante tiempo y por fin estoy consiguiendo viajar durante estos últimos dos años, compartiendo mi música con bastante más gente que antes y uno podría pensar que realmente mi vida no podría ser mejor de ninguna otra manera. Aun así hay muchos momentos difíciles en los que uno no sabe como va a salir adelante.

¿Dónde te ves en la linea que va entre la “vanguardia” y lo “popular”?

No pienso mucho en ello. Tienes una cierta consciencia de cómo pueden ser percibidas estas cosas por otras personas pero intento que no me distraiga. Este último disco ha atraído mucha más atención, así que es un auténtico “campo de minas” porque puedes caer en la tentación de pensar sobre ti mismo en términos extraños, como si estuvieses viéndote desde fuera y eso es realmente peligroso. El trabajo siempre tiene que dirigirlo todo, lo que se necesite debe ser hecho y hay que evitar todo aquello que pueda ser un obstáculo. No digo que estas ideas no pasen por mi cabeza. Pero uno lucha con ellas y las echa fuera.

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Tus canciones ocupan el espacio entre las consideraciones personales y lo universal. Las ideas de microcosmos y macrocosmos, lo que se aplica a la pequeña escala también lo hace a la gran escala.

Sí claro, eso viene de los griegos y también esta especia de idea Zen. Cuestiones de gran importancia deben tratarse de forma ligera y cuestiones de poca importancia deben tratarse seriamente. Una vez más las contradicciones y las fuerzas aparentemente opuestas que son realmente parte integrante de lo mismo. Cuanto más lo miras es mas aparente que las contradicciones están en la raíz de todo.

La contradicción es una fuerza que contribuye a mover el mundo.

Tensión, gravedad… Las canciones del último álbum surgieron de cosas que me ocurrieron a mí, pero no importa porque no son sobre mí, espero que todo el mundo pueda verse reflejado.

Trascienden lo personal.

Bueno, espero que lo hagan. No puedo afirmarlo, pero realmente desearía que fuese sea así.

Un concierto de Richard Dawson es una experiencia que reclama apertura de miras. Sin embargo Dawson se ganó al publico del McDevitts studio de Reading, un pequeño local con capacidad para menos de un centenar de personas, ya con la primera canción, interpretada “a capella” y sin hacer siquiera uso del micrófono. “The Brisk Lad” será la primera entre varias en las que Dawson se acompaña únicamente por el sonido de sus propias botas pisoteando las tablas del escenario. Otra de estas canciones es “Poor old horse”, uno de los momentos más íntimos de un concierto ya doméstico de por sí. La audiencia reacciona con largas ovaciones ante estos instantes en los que el cantante, todavía no completamente recuperado de sus problemas de garganta, lucha contra sus limitaciones. Richard nos había confesado justo antes que había estado a punto de cancelar el concierto, pero el publico sin duda percibe y reconoce su generosidad. No es un artista que se reserve, el compromiso es total.

Las canciones de The Glass Trunk se intercalaron con otras extraídas de “Nothing Important” en las que su guitarra acústica distorsionada y disonante acompaña a una voz que alterna rugidos graves al estilo de Beefheart con cortantes y agudos falsettos. Su sonido de guitarra merece una mención especial, a primera impresión desafinado y roto, va confirmando un oblicuo virtuosismo según las piezas se suceden.

El concierto se cierra con “The Vile Stuff”, la “piece de resistance” donde Richard Dawson finalmente vuelca las últimas energías y cuerdas vocales que le quedan después de haberse entregado a fondo durante más de una hora. Es la canción más especial de un artista especial que fue reconocido por una intensa ovación infrecuente en el generalmente “cool” público del sur de Inglaterra.

 

Texto: Daniel Varela Santoalla

Fotos: Jazzy Lemon

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