Permítanme que inicie esta reseña diciendo algo que nadie parece atreverse a afirmar: Justin Townes lleva unos cuantos discos dándole “pal pelo” a papá Steve. Ala, ya está. Esta vez lo hace con una especie de segunda parte del editado hace apenas unos meses Single Mothers. Como si de un disco doble se tratara repite estructuras, sonido, producción y temática, aunque con un leve giro. Si en el primero, Earle hablaba de la desesperación y la recuperación desde un punto de vista valeroso que podía atribuirse a una madre soltera (de ahí su título), en este se inclina por afrontar el abandono con angustia e incluso resistencia. De hecho no podemos obviar que su padre desapareció de la vida del músico cuando era un crío y muchos de los mensajes aquí incluidos podrían ir destinados al mismo Steve. Justin Townes se muestra ansioso por la búsqueda de algo a lo que asirse, de un punto de apoyo a partir del cual seguir adelante. Algo que no tuvo cuando, por ejemplo, andaba enganchado a la heroína. Un disco duro en el que las sonoridades country-soul que también domina el de Nashville sientan de maravilla a, de nuevo, unas espléndidas canciones. Aunque acaben diciendo cosas tan crudas como “rompiste mi corazón una vez, yo era demasiado joven y no hay arreglo”. Casi nada.
Eduardo Izquierdo
Lo vi en directo en Philadelphia , telonero de Marah , al acabar su brillante actuación , sin nadie mas por alli, me firmo uno de sus discos, un tipo triste y perdido,se fuera famoso creo que haria un disparate