No se me ocurre mejor forma de celebrar cumpleaños que unir los quince de la peleona sala Mardi Gras con los cuarenta de Johnny Burning y los suyos. Uno, que se ha ido dejando la vida por los bares al son de sus canciones y que tiene su primer disco como santo grial, salió al frío de la coruñesa Travesía de la Torre absolutamente henchido de felicidad tras un brioso, ardiente pase del que Toño y el Risi estarían, seguro, más que orgullosos. Con una banda de alto copete cubriéndole las espaldas, Johnny reinó tras sus gafas de rock con la maestría del perro viejo que pespunta Rock&Roll como quien respira. Las canciones de su más que recomendable Pura Sangre podrían haber dejado el concierto en notable alto, pero en cuanto nos alcanzaron los riffs de sus clásicos, la noche giró de inmediato hacia lo inolvidable. Cómo sonó un Jim Dinamita con la sala en pie de guerra, Esto Es Un Atraco, Mueve Tus Caderas… pero si hasta sonó Las Chicas Del Drugstore y para entonces ya tenían nuestros corazones a sus merced. Qué noche la de aquel día! Fuimos ciento y pico los elegidos y pongo a Eric Burdon por testigo de que jamás la olvidaremos.
Texto: Alberto Lodeiros
Foto: Pablo Rivas