Con su álbum debut, Don’t Give Up, el albaceteño Jacobo Serra ha conseguido numerosos reconocimientos, tanto de medios de comunicación como de artistas nacionales (entre ellos Vetusta Morla) e internacionales (Ron Sexsmith o The Autumn Defense, la mitad de Wilco). Nada desdeñable teniendo en cuenta que Serra ha hecho por sí solo casi la totalidad del trabajo para sacar a la luz su disco, incluyendo las labores de producción. De Don’t Give Up se ven rápidamente dos cosas: el buen gusto musical de su autor, gracias a su afición por la cultura anglosajona, y el más que razonable parecido a Rufus Wainwright, tanto en el estilo como en la voz. Lo estará presentando el próximo jueves 6 de noviembre en la sala Clamores de Madrid dentro del ciclo Club Reserva 1925. @Alhambra_Es @jacoboserra
¿Qué te parece que te comparen con Rufus Wainwright? ¿Te gusta Rufus?
Admiro mucho el trabajo de Wainwright y me parece que su álbum Poses es una obra maestra del pop contemporáneo. Estoy siendo muy afortunado, pues me comparan con grandes artistas a los que respeto mucho.
¿Por qué te sientes más cómodo cantando en inglés? ¿Crees que se valora como se debe a los artistas españoles que cantan en inglés?
He de decir que toda la música moderna que he escuchado desde niño y que sigo admirando está escrita en la lengua inglesa. Por tanto, mis composiciones están influenciadas e inspiradas en este folclore anglosajón, que me apasiona, y este es el idioma en el que me siento cómodo cantando y escribiendo mi música. Woody Allen dijo una vez que “la clave del fracaso es intentar complacer a todo el mundo”, y convengo con él. Aunque afortunadamente para mí, en España se escucha mucha música en inglés y creo que el público español está más formado y preparado que nunca para consumir música en distintos formatos e idiomas. Dicho lo cual, el nuestro es un idioma precioso y es un recurso que siempre tendré presente.
¿Qué quieres contar con tu disco?
Siempre escribo las melodías en primer lugar, para mí ese es el punto más mágico de la creación de un tema, pues en realidad concibo mis composiciones como estados de ánimo que realmente no sé explicar con palabras… Sin embargo con Don’t Give Up fue diferente, pues primero escribí la letra y la música vino después. Por ello decidí que el concepto del disco debía girar en torno a este tema: Don’t Give Up. Durante todo el álbum predomina la melancolía y lo que Nietzsche llamó “la tristeza de la más honda felicidad”. Es una oda a la superación y a la lucha personal.
¿Ha sido fácil lograr grabar tu primer álbum?
El proceso de grabación fue una tarea hercúlea. Los bajos y baterías se grabaron en Toledo con los músicos y amigos Alfonso Ferrer y Nacho García. Pero el resto lo fui grabando yo en mi estudio casero entre Londres, Madrid y Valentia Island, en Irlanda. Grabar casi todos los instrumentos del disco fue muy divertido, aunque quizás haya momentos de soledad en los que no sabes si lo que estás haciendo está bien; supongo que corres el riesgo de perder un poco la perspectiva y quizás a veces el juicio… Quizá lo más duro y a la vez más reconfortante fuera asumir las labores de producción del mismo. Tenía muy claro lo que quería con este trabajo y, aunque en ocasiones fuera duro, lo volvería a hacer sin duda alguna.
Has recibido muchos reconocimientos con Don’t Give Up. ¿Te ha animado esto a seguir adelante haciendo lo que te gusta? ¿Ya estás pensando en tu siguiente trabajo?
Comencé a pensar en mi próximo trabajo el mismo día que envié el disco a fábrica, siempre estoy pensando en nuevas canciones y en nuevas formas para producirlas. Nunca imaginé que Don’t Give Up fuera a recibir las críticas que está recibiendo. No puedo estar más contento y me considero un artista muy afortunado en este sentido.
Has tocado con artistas destacados como Ron Sexsmith o The Autumn Defense. ¿Con quién más te gustaría tocar, si pudieras elegir a cualquiera?
Me encantaría poder tocar con Madeleine Peyroux, por ejemplo.
¿Cuáles son los artistas que más te han influido en tu música?
Comencé escuchando ópera y música clásica cuando era un niño. Incluso canté polifonía clásica como tenor durante unos años. Pero la culpa de que optara por la música de autor la tienen los Beatles y su película A Hard Day’s Night. Cantantes como Sinatra o Chet Baker siguen siendo un referente para mí. Y autores como James Taylor, Joni Mitchell o Paul Simon forman parte de una lista tal vez interminable de artistas que me han marcado. Me quedo sin duda con los primeros románticos del siglo XIX, Beethoven, Chopin…
Viviste en Reino Unido durante varios años. ¿Qué diferencias percibiste entre la escena de allí y la de aquí? ¿Crees que allí los artistas lo tienen más fácil para triunfar, o al menos para darse a conocer?
Londres es una ciudad inmensa. Hay cientos de conciertos cada día de la semana y la escena musical es también muy amplia y diversa. Esto, lógicamente, tiene sus pros y sus contras. Mi experiencia personal es que tanto en Madrid como en Londres es complicado triunfar o darse a conocer.
¿Volverás a Reino Unido o prefieres quedarte en España?
Me encanta Inglaterra y mantengo muchos vínculos con Londres. Por ahora estoy muy feliz en Madrid, me encanta esta ciudad.
Texto: Virginia Sarabia