Y va el amigo Ben Nichols con su banda y se saca de la manga un directo de más de dos horas de duración con hasta 32 canciones. Casi nada. Así podría resumirse este álbum grabado durante tres noches el pasado mes de noviembre. Además, uno que ha tenido la suerte de ver a los de Memphis en más de una ocasión, puede dar fe de que este lanzamiento doble recoge a la perfección lo que son sus shows: ironía y sentido del humor, grandes canciones de genuino rock norteamericano e invitaciones al desvarío etílico. Uno no puede evitar tener la sensación tras oír el artefacto de que era el momento. De que el acierto al publicar ahora un disco en directo es absoluto, porque el grupo suena mejor que nunca y cualquier estilo que invoquen parece el adecuado para la formación. Pasan por el honky tonk en «Rick’s Boogie», por el soul Stax (algo que les queda geográficamente muy cerca) en «Goodbye Again», por el garage en «Tonight Ain’t Gonna Be Good» o por el rock clásico factoría Springsteen en «I Can Get Us Out Of Here». Y siempre lo hacen con nota. Encima tienen el detalle de recuperar canciones de sus dos a menudo olvidados primeros discos, como «The Last Song», que adquieren nuevo bríos con el paso de los años. Camarero, otra más que sale la banda y esto no me lo pierdo.
Texto: Eduardo Izquierdo
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