Parece existir una actitud condescendiente dentro del mundillo del rock hacia el mulato californiano. Considerándolo un artista comercial y demasiado orientado hacia el buenrrollismo debido a su personalidad mística e idealista. Error. Puede gustar o no su trabajo pero Ben es un músico excepcional y despierto. Además de un tenaz preservador de la cultura musical afroamericana siempre dispuesto a apoyar la causa de la misma con su presencia o su mecenazgo.
Rompió con los acólitos con los que alcanzó el éxito, The Innocent Criminals, y tras aliarse con el trío tejano Relentless 7 dio un giro netamente eléctrico y blues rock a su carrera. Con Childhood Home regresa a postulados acústicos acentuadamente folk junto a su madre Ellen. No, no se sorprendan, la progenitora tiene peso específico en la formación musical de Harper, igual que sus abuelos, y ha dirigido durante años un centro de creación por donde han pasado interpretes consagrados y jóvenes talentos.
Así lo que se podría considerar un pequeño asunto de familia acaba siendo una grabación seductoramente sencilla a la par que encantadora. Un canto al hogar y al amor filial deliciosamente interpretado. Alternan protagonismo a las voces y también en la composición, Ellen firma cuatro de los diez temas, obsequiándonos con poco más de treinta minutos de belleza desenchufada hecha canción. Sensibilidad y buen gusto. Que, de vez en cuando, sienta de maravilla.
Manel Celeiro