Hermosa, con talento y poseedora de una de las voces más conmovedoras del sello, Brenda Holloway grabó sensuales baladas y poderosos uptempos para Tamla entre 1964 y 1967. Con la esperadísima aparición de Brenda en el EuroYeyé de Gijón el 31 de Julio, ella conversó con nosotros sobre la experiencia de ser un artista de la Costa Oeste grabando para la Fábrica de Éxitos de Detroit.
–¿Te has fijado alguna vez en que es como que el público inglés y el europeo siempre te han llevado en su corazón?
Sí. Cuando el público europeo escucha mis canciones es como si fuera algo, normal, cotidiano, pero aquí -en USA- la gente no las considera éxitos porque no están en las listas en ese momento. Es un sentimiento totalmente diferente el que recibo con vosotros… es como si fuera otra vez el día en el que se grabaron estos temas. Vosotros apreciáis el arte y estáis tan contentos de vernos cuando venimos que es un gran placer para el artista.
-¿Puedes contarnos cómo llegaste a firmar con Motown?
Yo me crié y solía cantar en Watts (Los Angeles). Tenía un grupo llamado The Watesians con cinco amigas que venían al instituto conmigo. Estaba mi hermana Patrice, y catábamos en fiesterillas y tal. Cuando Hal Davis oyó hablar del grupo vino a escucharnos. Creo que se enamoró de mí y me llevó a unas audiciones de disc jockeys en Los Angeles, en Coconut Grove. Me puse un traje de pantalón color oro y tacones dorados y fui cantando canciones de Mary Wells de sala en sala para todos los DJs que estaban allí. Estuve cantando desde las diez hasta las cuatro y entonces le dije a Hal «Mira, estos tacones, y este traje pantalón me están matando». Había un grupo de hombres que habían estado en la sala escuchándome y se fueron. Y justo cuando le acababa de decir a Hal que me quería ir a casa los tíos volvieron. Y uno de ellos me dijo: «Me gusta lo que veo y me gusta lo que oigo; quiero ficharte». Yo le dije: «ficharme para qué sello?» Y él dijo “Motown” y yo estaba como «Oh, Dios mío!» Estaba tan emocionada que solo pensaba: «Llama a mamá, llama a mamá, que se ponga sus mejores galas y venga porque voy a firmar”… No le iba a preguntar si me dejaba, lo iba a hacer sí o sí, pero quería su aprobación. Ella se vistió, estaba preciosa, y firmé para Motown allí mismo ese día. Tenía diecisiete años. Berry Gordy me dijo que había una cláusula en el contrato; necesitaba graduarme en el instituto antes de que él me dejara editar nada.
El primer tema que sacó Motown fue «Every Little Bit Hurts» en 1964 y fue un éxito. ¿Os sorprende?
Cuando iba por la universidad, nadie se fijaba en mí, pero aquel día todo el mundo me pregnutaba»¿Eres Brenda Holloway?». Yo decía, “sí, supongo”. Me decían «Has sacado un disco». Y yo no tenía ni idea, no me habían dicho nada. En Motown no me dijeron cuándo iban a editarlo. Me enteré cuando todo el mundo me dijo que tenía un disco, y yo toda tímida, todo el mundo agasajándome en la escuela. Así que, simplemente, dejé de ir a la escuela. No podía estudiar de todos modos; estaba tan emocionada de tener un hit! Me gradué en la escuela secundaria, pero no en la universidad; aunque más tarde volví y conseguí una licenciatura en odontología.
–¿Cómo te las arreglaste para conseguir girar con los Beatles por los Estados Unidos en 1965?
Cuando los Beatles iban a venir hablé con Jackie DeShannon, que había estado en sus giras en el extranjero, y le dije: «Por favor, Jackie, ¿puedo meterme en la gira? haré lo que sea «. Y me llamaron. Yo me iba a la cama escuchando discos como «Eleanor Rigby»… Fue superdivertido. Hacíamos peleas de almohadas en el avión. Y John solía decidir las comidas; decía que podríamos comer lo que quisiéramos. Mira, yo vengo de una familia monoparental, mi madre nos educó e hizo crecer pero nunca tuvimos comida de sobra, así que cuando John dijo que podía comer lo que quisiera fue maravilloso. Comí bistec, judías verdes y puré de patatas.
-¿Cómo fueron recibidas tus actuaciones? ¿gustabas a la gente o solo esperaban a los Beatles?
En realidad todos esperaban a los Beatles; bueno, de hecho yo también. Pero sí, me aceptaban, aplaudían y les gustaba, pero ya sabes, era la gira de los Beatles. La multitud se volvía totalmente loca, parecían ganado. Les tirábamos pelucas y guitarras, y de todo, solo para poder escapar de ellos. Volábamos con los Beatles a cada bolo; eran tan llanos, tan buena gente…
-Eres músico de conservatorio. ¿No tocabas el violín, la flauta travesera y otros instrumentos?
Iba a ser un concertista de violín antes de que Motown invadiera mi vida. Estudié profesionalmente. Me encantaba el violín. Durante los primeros doce, trece, catorce años de mi vida estuve en orquestas y toqué sinfonías. Mi novio era el violín. Yo ensayaba en el patio trasero de casa, los perros ladraban y la gente me gritaba «¿Puedes parar ese ruido chillón?» Mis vecinos me odiaban. Tuve que ensayar fuera porque mi madre tampoco quería oírlo. Pero la verdad es que tocaba bien.
-¿Tocaste tu violín en alguno de tus discos?
Lo toqué en uno de mis discos, The Motown Anthology. Una versión en directo del «Summertime «, grabada en Detroit en 1966. Toqué y canté y sonaba realmente bien.
–Motown consiguió un buen chollo contigo: cantante, músico, compositora….
Sí, y todas las chicas en Motown tenían miedo de que me llevara a sus novios. Yo ya tenía uno en Los Angeles. No me gusta tener novios en el trabajo; se piensan que tienen poder sobre ti.
–¿Todos los chicos en Motown intentaban ligar contigo?
Venían a mí, pero yo me los quitaba de encima «Oh no, yo no hago eso». Así que como que me dejaron en paz. Iba y practicaba con mi violín sola. Como yo era de la costa oeste, volaba y vivía en una habitación de hotel, ellos iban a su aire.
-¿Te sentías diferente por ser de la costa oeste y viajar a Detroit? ¿Te sentiste separada de los otros artistas que vivían en Detroit?
Se sentían como si yo fuera otro tipo de estrella porque no venía de su mismo corral. Las chicas sentían que yo iba a ser como competencia para ellas. Pero yo siempre pensé que tenía mi propio espacio, ya sabes. La verdad es que me daban envidia sus éxitos cuando llegué allí. Por ejemplo, cuando llegaba a Detroit, estaban grabando una sesión para mí y si Gladys Knight llegaba sólo para estar una noche la colaban para que grabara ella, y yo me preguntaba “ y ahora… Dónde está mi material”? Eso me ponía enferma y me molestaba porque yo quería grabar todo mi material también. Pero bueno, era muy joven y muy inexperta.
-¿Cómo era Smokey Robinson trabajando contigo en el estudio?
Fue maravilloso. Super relajado, lo controlaba todo. Conocía todas las canciones, podía cantarlas y enseñártelas. Te dejaba ser tú misma en el estudio. Hice » Operator» con él y «When I’m Gone» , que me parecía una gran canción. Ojalá me hubiera quedado en el estudio con Smokey, pero me escapé.
–En Motown Maxine Powell daba lecciones de etiqueta y educación a algunas de las chicas. ¿Las recibiste también tú?
Maxine me enseñó un montón de cosas sobre cómo sentarse y estar, pero en realidad Berry me envió un año y medio a una escuela de encanto aquí en California. Así que, Maxine me enseñó un montón de cosas, porque esa era su naturaleza, ella sólo quería que fueras una dama en todo momento, esa fue una las cosas importantes que aprendí aquí.
-Tu forma de vestir daba que hablar, porque era diferente, un poco más hip que la de algunas de las otras chicas. ¿elegías tu propia ropa?
Tuve mucha suerte porque el mejor amigo de mi madre era dueño de una boutique, así que me vestía en su tienda. Ella se molestó en buscar todo lo que necesitaba, todo a la altura, todas las cosas nuevas, a la moda. Cuando fui a Motown tenía mi armario lleno y muchos de ellos no lo tenían, así que era como «¿Qué está tratando de hacer esta?» Sólo quería cantar, pero tenía un montón de ropa bonita.
-Leí que Berry Gordy pensaba que eras demasiado sexy para el público británico, y que fue por eso porque no te dejó venir de gira a UK.
¿En serio? Oh, Dios mío, no hay nada como ser demasiado sexy! Bueno, eso es sólo la opinión de alguien. Qué va. No sé, sólo me etiquetaron así, pero yo nunca me vi a mí misma de esa forma. Yo era… corriente. No pensé que fuera nada especial, aunque, por lo que veo, otras personas pensaron que lo era.
–¿Sabías qué canciones ibas as grabar cuando entrabas en el estudio? ¿tenías tiempo para prepararte o directamente te las enseñaban y las cantabas?
No sé lo que hicieron los otros artistas, pero a mí me gustaba vivir con mis canciones. Me gustaba ir con una semana de antelación y probar una y otra vez la canción hasta que me sentía cómoda con ella. Esa era la razón por la que mis canciones tenían tanto sentimiento porque vivía con ellas antes siquiera de entrar en el estudio. Día y noche, porque no tenía hijos, no tenía conexión con la gente en Detroit, por lo que todo lo que hacía era estar allí, y ensayar las canciones continuamente. Así que si Smokey grababa, y yo grababa, el disco tendría un rollo más Smokey Robinson o un rollo más Brenda Holloway. A mí me gusta estudiar mis canciones, no soy Aretha Franklin, no puedo llegar y cantar sin más. Mi hermana Patrice podía oír algo una sola vez y cantarlo, pero yo nunca he sido capaz de hacer eso.
–«Reconsider» es una gran canción y sigue siendo un éxito aquí pero no vio la luz en su momento. ¿Cuándo supiste que la canción era tan popular en la escena soul?
Oh, me encanta lo que hicisteis con ella. Sólo lo supe cuando vine al Reino Unido por primera vez para aquellos shows de northern soul que hice, porque en USA tenía otro título – » Think It Over» -, pero vosotros la titulasteis «Reconsider». Me gusta más «Reconsider», porque es de eso de lo que trata la canción. …Y «Crying Time»? se me había olvidado que la había grabado. Mi sobrino la encontró en YouTube. «Abuela, ¿tu grabaste esto?»
-Mi favorita es «Start The Hurt All Over Again» . Esa canción tiene una letra muy adulta y tu entrega es tan fuerte, tan pasional…
Vaya, gracias. Yo no tuve lo que se dice una infancia feliz, sabes? porque mi madre trabajó muy duro, ella era madre soltera y mi padre tenía muchísimos problemas, pero así fue como liberé toda mi energía a través de mis canciones. Si tenía algo que decir lo convertía en una melodía y la cantaba, así que es así como liberaba una gran cantidad de estrés, lo sigo haciendo hoy en día. Es una terapia muy buena.
-«You’ve Made Me So Very Happy», se editó al final de tu relación con Motown en 1967 y fue un éxito importante.
Oh, fue un gran éxito. Se vendieron más de cuatro millones de copias y se sigue vendiendo. La escribí con mi hermana y Frank Wilson, y Berry Gordy fue el productor de todo. Cuando me quedé atascada escribiendo el puente, Frank Wilson fue capaz de meter esos arreglos allí. Berry y yo nos peleábamos en el estudio; era un toma y daca. «Yo no quiero hacerlo así Berry». «Vas a hacerlo así». Yo quería hacerla como la hicieron luego Blood, Sweat & Tears. La mía estaba bien, pero Blood, Sweat & Tears de algún modo pillaron la idea y realmente, de verdad hicieron justicia a la canción. Me encanta, pero cuando voy a cantarla, tengo que tratar de recordar cómo la cantaba yo porque la suya es más conocida que la mía y me resulta más familiar.
-¿Qué te impulsó a dejar Motown?
Porque me cansé de no tener éxitos cuando todo el mundo los tenía. No tuve nada de visión porque me fui de la empresa en mitad de una sesión con Smokey Robinson. Para matarme. El estaba grabando todas aquellas canciones para mí, yo quería un éxito, como todos los demás, pero no tenía paciencia. Sabes, hay tantas cosas tras la industria del entretenimiento… Veía un montón de cosas que la gente no ve desde fuera y como que me confundía. Era una chica muy joven.
-Después de dejar Motown, qué pasó con tu carrera?
Me relajé. Iba a misa, me casé con un párroco y sólo pensaba en criar a mis hijos lo mejor posible, pero a menudo piensas que si tienes un talento tienes que usarlo o se desvanece. Estando en la Iglesia tenemos este estereotipo de lo que Dios quiere que hagamos, pero lo que realmente quiere que hagamos es usar nuestro talento. Entonces conocí a un tío en los 90, fue mi novio, y siempre decía que tenía que volver a los escenarios. Así que empecé a cantar en un instituto llamado Inglewood y un día vino Brenton Wood – el » Oogum Boogum » Man – me vio y empecé a girar con él. Después de esto, me metí de lleno otra vez y algunos amigos en el extranjero me hablaron del Northern Soul y todo el mundo empezó a contactar conmigo… Grabé algunos temas para Nightmare Records. Así que aún estoy cantando y gracias a Dios todavía tengo una buena voz y mi plan es usarla todo el tiempo que pueda. Es realmente maravilloso. Sólo soy una persona normal hasta que llego a UK y de repente soy una superestrella! Me encanta.
-Cuando miras hacia atrás, ¿hay algo que te queda en la memoria como punto culminante: un disco, un concierto, algo especial?
Grabar el álbum, “Every Little Bit Hurts”, donde hice «I’ve Been Good To You» y «Unchained Melody» y ese tipo de canciones, que fue uno de mis momentos más importantes, porque lo hice por mi madre. Además, otro momento destacado fue cuando fui por primera vez a Europa en los años 80 y Ian Levine y yo escribimos una canción por teléfono que me encantó, «Give Me A Little Inspiration». Funcionó muy bien. Y cuando fui a la Motown y vi la nieve por primera vez en mi vida y vi a Stevie Wonder, Gladys Knight, Martha & The Vandellas, Diana Ross, Florence Ballard, Holland, Dozier y Holland, Smokey Robinson , Ivy Jo Hunter; aquello era como estar en Disneyland. Era como… si tan sólo pudiera cogerlos a todos y mantenerlos conmigo… Fue super emocionante ver a los Temptations, Four Tops , ver a todos en persona. La gente me dijo que nunca conseguiría entrar en Motown; Estaba a tres mil millas de distancia. Cuando llegué a Detroit y vi a la familia Motown, aquello fue simplemente una pasada. Fue impresionante. Así que… mi vida ha sido hermosa.
Texto: Mark Raison (trad: Félix Domínguez)