Encuentros

Ornamento y Delito, reflexión y convicción

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“El Espíritu Objetivo”, cuarto álbum de Ornamento Y Delito es una obra compacta, sedosamente tensa y rabiosa al mismo tiempo. Desde unas premisas musicales que buscan sus raíces en el post punk británico que hizo de bisagra entre las décadas de los setenta y los ochenta, proponen una contestación lúcida y sarcástica, a la vez que contumaz, al devenir vital que nos han impuesto en desgracia. G.G. Quintanilla, puntilloso visor frontal de la formación, ilumina el trasfondo de sus nuevas canciones y argumenta sus postulados socio-políticos.

 

Para comenzar, una cuestión recurrente frente a músicos con mensaje en sus temas: te consideras más un cronista social que música sus alegatos o un músico con intereses sociales

Un compositor y cantante. A las canciones hay que ponerles texto y los míos tienen que ver con las cosas que me afectan emocionalmente, las cosas que me resultan personalmente importantes, que siento que debo decir. Siempre compongo primero la música, la letra va supeditada a la melodía previa.

Cómo se ha desarrollado la grabación de este disco? Lo percibo más contundente en la parte instrumental, en anteriores discos la voz tenía un predominio muy señalado en la mezcla final

Grabamos por nuestra cuenta un par de maquetas previas muy cuidadas, con lo que todo ha estado más pensado y controlado por el propio grupo que en los anteriores dos discos. Es curioso lo que nos planteas sobre la voz, porque una de las prioridades que le señalamos a Iñaki Llarena (el productor) era centrarse en la inteligibilidad y tratamiento de la voz.

Iñaki ha hecho, efectivamente, una producción muy contundente, explosiva.

La parte musical está marcada por una sonoridad de finales de los setenta, plenamente after punk, donde se aprecia la influencia de New Order. Os influyó especialmente aquella época?

A mí particularmente sí, es la primera música que me llegó, la que me decidió a hacer música. Joy Division y los primeros discos de New Order (especialmente el “Power, Corruption and Lies”) The Cure o Décima Víctima, son grupos fundamentales para los cuatro.

Estás interesado en bandas nacionales de esos años? Detecto rastros de La Mode y Parálisis Permanente (por el ambiente) en algunos temas. No se si por edad viviste aquellos años, muy denostados por la crítica musical.

¿Está denostada musicalmente? Pensaba lo contrario. Grupos nuevos como El Ultimo Vecino, Sangre, Medievo, Comando Suzie, la herencia remiten claramente a aquellos sonidos. Yo soy más de los 90, que es cuando comencé a hacer música (en la época del grunge) pero siempre me interesó más la música anterior. Cuando tenía 16 aún quedaban restos de todo aquello, The Cure había sacado Disintegration, que fue como su canto de cisne, y había en Bilbao restos de la movida siniestra, con “La Casa Usher” (muy influenciados por Parálisis) a los que podías ver en el antiguo Gaztetxe de Bilbao junto al Inquilino Comunista. Me gustaban especialmente “El desván del Macho”, que aun continúan y sintetizan perfectamente lo mejor de Décima Víctima con cosas como Sonic Youth.

Con la turbación y la indignación que vive la ciudadanía estos momentos, crees que se puede mantener el “Espíritu Objetivo” que titula la grabación? O quizás sea otra la intención de la frase.

Sí, es otra la intención del título. De cualquier modo, siguiendo con tu interpretación (para eso está el arte, para que cada uno lo lea), no creo que anteriormente haya habido “objetividad” por ninguna de las partes, entendida como imparcialidad. En España el Estado ha estado al servicio de los intereses de unos pocos, las conquistas de derechos sociales, el equilibrio y la redistribución de la riqueza, han aparecido siempre como limosnas, como la caridad del buen patrón. Nuestro estado de derecho está construido sobre unas bases poco estables, no existe una auténtica autonomía política pues está supeditada a la lógica de la economía de mercado. En el caso de las monarquías parlamentarias, como la española, esta situación de semi-ciudadanía es incluso explítica.

“Laissez Faire” es a mi criterio el tema clave del disco. Su texto despotrica a diestro y siniestro, es hartazgo, nihilismo o postura estética?

Como toda canción es algo parcial, nacido de un sentimiento de un momento dado, una explosión irracional; desde un punto de vista no artístico a mí no me parecería razonable (como programa político antitodo). Sin embargo, sí creo que hay una tendencia inherente al mercado de degradar todo aquello que transforma en mercancía. Esto no ocurre en las pequeñas empresas, porque trabajador y empresario están muy cercanos (si no son la misma persona), igual que el cliente; sin embargo, a medida que la empresa crece y el empresario pierde contacto con el trabajo y con el cliente, en busca de mayores beneficios se van degradando todos los elementos de la producción, empezando por los salarios y condiciones de trabajo hasta terminar con la calidad del producto.

En este tema destacan los arreglos de teclado, que dan un matiz casi de película de terror.

El esqueleto de la mayor parte de los temas se compuso con un teclado. Es musicalmente tal vez lo más novedoso de este disco, donde casi he aparcado la guitarra rítmica; los juegos entre mi teclado y la guitarra de Rober lo han enriquecido mucho sonora y armónicamente.

“Carnaval Animado” y “Radio” rompen con la tonalidad sombría del disco. Esta última ya aparecía años atrás en otro de vuestros discos. Que aporta esta nueva versión?

Sí, lo cierto es que el disco es bastante oscuro exceptuando estas dos canciones y “A Ultima Vista”. Sobre “Radio”, podríamos decir que la nueva versión es a la antigua como los New Order más tecno a Joy Division; incluso cambié la letra para adecuarla a la nueva sonoridad, arreglos… Particularmente estoy muy contento con esta canción, creo que ahora sí ha dado de sí todo lo que había en potencia en ella.

Vuestros textos son una llamada de atención sobre los caóticos momentos que vivimos. Piensas que el mensaje cala en el público?

No estoy de acuerdo en que estemos viviendo unos momentos “caóticos” frente al “orden” anterior. No creo la era Aznar y Zapatero, del momento de crecimiento económico, fueran momentos de orden. Cuando se recalifica suelo público para hacer viviendas que no son necesarias, cuando se construyen campos de golf y aeropuertos insostenibles e innecesarios, cuando se continua con la destrucción de todo el tejido industrial y agrario, cuando se ve que la panacea personal está en ser corredor de bolsa, experto en marketing, en ser un Mario Conde o un Jesús Gil, cuando se convierte toda la costa en un burdel y a todos los trabajadores en sus prostitutas, a salario del turismo más patético… no podemos hablar de orden. Si escribimos estas canciones es porque tenemos una larga e íntima experiencia de este caos, sombra de lo que yo consideraría dignidad; no pienso que haya un “mensaje” en nuestras canciones, desde luego no ofrecemos ninguna salida, simplemente tratamos de llamar a las cosas por su nombre, de quitar la vista de las zanahorias mediáticas (incluidos los edificios emblemáticos diseñados por arquitectos de vanguardia… y esto va para mis amigos de Bilbao, Barcelona o Valencia), de mostrar los lugares y los sujetos del mundo que hemos fabricado en su desnudez.

 

Texto: Manuel Borrero

 Fotos. Antártica Estudio

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