Encuentros

Soledad Vélez, hiriendo con la voz

Soledad Vélez baja Foto Pau Monteagudo

La cantante chilena presenta su segundo disco Run with Wolves, un disco más experimental que su anterior y excelente trabajo Wild Fishing, menos folk pero sin abandonarlo. En él nos encontramos de nuevo esa voz tan especial y única que tiene Soledad, una voz que araña y arrastra sentimiento, una voz que atrapa en su telaraña sonora. En este disco nos habla de la soledad, del miedo, de las fobias y de la distancia, todo ello ayudada por la mano experta de Jesús de Santos.

Los títulos de tus discos hablan mucho de la naturaleza y de estados salvajes. ¿por qué?

La verdad es que yo siempre he relacionado más las canciones entre sí que los títulos. De hecho hasta hace poco, cuando me lo comentaron, no me había dado cuenta que todos tienen relación con la naturaleza. Ha sido algo superinconsciente, no lo había meditado ni relacionado. Surge así seguramente por este lazo tan fuerte que tengo con la naturaleza al haber vivido en Chile, en zonas naturales. Nací en la ciudad pero luego estuve viviendo un año en cada ciudad, en cada pueblo que están a las faldas de la cordillera, en la playa, en el sur donde llueve todo el año, no tienen nada que ver con una ciudad sino que son pueblos muy adentrados en la naturaleza.

¿Quiénes son estos lobos con los que corres ahora?

Esos lobos fueron hace un año como un problema mental para mi. Sufro mucha ansiedad y como que los nervios se me cruzaron y empecé a ver cosas que no estaban allí. Pensé que me estaba volviendo un poco loca pero aproveché eso que me estaba sucediendo para proyectarlo de una forma artística, utilizarlo para hacer canciones. Veía lobos y como las mesas se evaporaban. Ahora estoy bien, no pasa nada, no tengas miedo (risas). Pero creo que marcó mucho mi vida en España porque fue como el tope, colapsé completamente cuando estaba acabando Wild Fishing. Y sentí que tenía que utilizar todo aquello que me había sucedido y ponerlo en el disco porque había sido bastante importante para mi.

En tus letras vuelves a hablar de fobias y de miedos, en tu anterior trabajo eran la soledad sobre todo y tener a los tuyos lejos. ¿Siguen estando presentes estos temas?

Ha variado un poco, en el anterior si que hablaba de esos sentimientos pero de relaciones amorosas. Además salía justo de una relación muy tormentosa. En cambio en este lo que hago es como un disco exorcista, hablo de cosas que he vivido yo, sin nada que ver con relaciones amorosas sino a nivel personal contigo misma. En el momento de componer y cantar es como si me quitara eso de mí, como si toda esta carga se fuera.

Los doce temas que componen el disco están numerados por orden de preferencia, empezando de mayor a menor, ¿por qué?

El anterior lo ordené de forma coherente, esta canción tiene que ir detrás de esta y voy a terminar el disco con la que más me gusta y creo que es la más significativa, ¿pero qué pasó? Que era la canción que no se oía porque estaba al final. No podía ser porque para mi era la mejor del disco y la más importante. Así que he decidido, aunque todas me gustan, que voy a poner las que son más significativas en orden emocional y está dando resultados porque hay gente que me habla de “On Fire” que para mi es mi favorita por excelencia.

 Y describe muy bien la situación por la que pasaste.

Si, yo creo que “On fire” describe muy bien el disco y mi vida en ese momento.

 El disco sigue siendo oscuro en tu línea pero parece que acaba con la luminosidad de canciones como “Good Morning Darling”. Es curioso porque si tus favoritas son las más oscuras…

Ya, esta canción la tengo de despertador de alarma, me gusta. Yo siempre digo que divido este disco por la mitad, la segunda mitad es muy folk, tiene mucha relación con el disco anterior y quería que tuviera cierta coherencia, que tuvieran cierta conexión estos dos trabajos y que se viese la evolución que he hecho en la primera parte del disco utilizando más instrumentos y otros efectos, por ejemplo en la voz que también usamos en directo. También es una forma de decir, a mi me gusta el folk mucho y seguramente lo seguiré haciendo, pero lo que ahora está rondando por mi cabeza muchísimo es esto primero. Es un disco que muestra muchísimas cosas dispares, distintas y las que más me gustan son las más oscuras.

Es un poco más experimental que tu anterior disco, incluso hay alguna canción con un toque sutil de electrónica como “Silver Wolf”.

Además es que es una mezcla supergorda porque he aplicado sintetizadores, hay ritmos andinos y bases de batería muy muy básicas,… Es un experimento total que llevo en la cabeza hace mucho tiempo. La gente que me conocía con el anterior disco se sorprendió muchísimo. Yo entiendo que es una opinión y que puede gustar o no gustar, pero en serio te lo digo, yo en los directos ahora mismo me divierto lo máximo.

¿Puedes jugar más?

Si, claro y utilizar otros instrumentos. Me divierto muchísimo. Es otra cosa y creo que ofrezco ahora mismo diversos puntos de vista respecto a mi música en el directo.

Texto: Anabel Vélez

Foto: Pau Monteagudo

 

 

 

 

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