Encuentros

Petit, música para los sentidos

 

PETIT 2 baja por ANAIS OLIVEROS

No sólo de música vive el hombre, también vive de versos, de imágenes que le transportan, de emociones. Por eso, este proyecto de Petit, tras el que está el músico mallorquín Joan E Castells, sorprende y alimenta nuestra alma. 14 poetas crearon 14 poemas, 14 ilustradores los ilustraron y él y su banda les pusieron música. Una experiencia sensorial única, completa y exquisita en la que tienes que dejarte llevar por los sentidos y ver y escuchar más allá. El disco se llama Llenya Prima. Material primigenio y de base que enciende el fuego de nuestro alma.

 

 

¿Por qué este título Llenya Prima?

 

Se me ocurrió el término porque es una palabra muy arraigada a mi infancia, a cuando nos era imprescindible para encender el fuego. En cierta forma, en estos tiempos que nos han tocado vivir, los corazones se nos están enfriando y sólo miramos hacia nosotros mismos. Una ramita sola no puede encender un fuego, pero si juntas un buen montón seguro que hará llamarada. Esta era mi intención cuando pensé la idea y el nombre. El hecho de acercar a las personas que se interesan por Petit el trabajo que hacen otros muchos jóvenes que respeto, y que a menudo no son suficientemente conocidos. Muchas veces pensamos que estas grandes aventuras sólo pertenecen a los grandes, a entidades e instituciones. Yo pienso que los pequeños tenemos que creer que el poder de hacer algo bueno también está en nuestras manos y es nuestra responsabilidad. Todos tenemos que formar parte en la creación del mundo en el que queremos vivir, y nos tenemos que acercar desde nuestras tareas particulares y personales.

¿Cómo surgió la idea de utilizar poemas e ilustraciones?

 

Soy una persona muy visual, la música la vivo interiormente de esta forma, con mucha imagen e imaginación, y también a nivel físico, con mucha sensación en el cuerpo. Siempre me ha gustado poder tener el máximo de información diferente en lo referente a algo, la visión de los otros es siempre enriquecedora para tener una concepción más real de algo. El hecho de poder aportar la visión independiente de los dibujantes me resultaba muy estimulante, adoro su talento y creo que ha servido para que alguien más aporte su visión particular del poema. Además, en mi caso la ilustración siempre me ha fascinado, y ya había tenido la suerte de poder contar con la ayuda de muchos de los artistas que han participado en el trabajo. Tenía muchas ganas de poder ser embajador de su creación.

 

 

¿Cómo escogiste los poemas que forman parte? ¿Fueron creaciones para este disco o ya existían anteriormente?

 

Los poetas me enviaron el material que quisieron. Yo de aquel material en bruto, hice una primera selección y de aquí se hizo el disco. Estuve tentado de pedir más material para tener un abanico más amplio de opciones puesto que hacer canciones a partir de poemas (o de tantos poemas al mismo tiempo y para un disco hecho enteramente de este tipo de composiciones) no es cosa sencilla sobre todo si es la primera vez que te acercas. Para mí era uno reto muy grande, y era un trabajo diferente y exigente. Al principio, cuando ya tuve las 14 hojas imprimidas en papel, allá todas encima la cama tuve un pequeño momento de pánico. Cómo había podido imaginar que sería capaz de sacar adelante una historia tan grande, con tantas palabras, con tantas historias individuales detrás y al mismo tiempo ser valedero de la confianza que los poetas habían puesto en mí. Para mí siempre ha sido importando el hilo conductor entre las canciones, y también dentro de las canciones. El objetivo de crear una historia que convirtiera 14 entidades completamente diferentes, cada una de su padre y madre, en un todo común fue el que me sacó del pánico, algo tenía que poner orden en todo aquello. La lista que elaboré aquel primer día de trabajo es la que se ha mantenido y llegado al disco. Y durante el proceso de composición de las canciones lo he tenido presente, pero no tanto como para condicionar la identidad de cada una de las canciones.

 

 

Cada canción parece tener su propia voz. Y como conjunto también funciona. ¿Fue difícil encontrar el sonido de cada poema y además mantener igualmente una continuidad en todo el disco?

 

Una vez que la lista de canciones y el orden del disco estaba hecho, todo surgió como por arte de magia. Es difícil de entender y Toni Sánchez y yo, nos quedamos muy sorprendidos porque era como si ya hubiésemos tocado aquellas canciones antes, como si nos fuera muy natural todo. Dentro del orden que había pensado ya teníamos la semilla de cada canción, y las imágenes de los poemas, o la interpretación que hacíamos nosotros –al fin y al cabo sólo es nuestra visión personal-nos aportaba un poco el listado de ingredientes que cada plato nos pedía. A mí me gusta escuchar los discos de arriba abajo, mirar qué recorrido hacen y a menudo intento ver la película que nos muestra, el hilo que sigue el disco y las canciones, los saltos entre canción y canción, y también los paralelismos entre canciones que no van seguidas. Esta continuidad es muy cinematográfica para mí, y siempre he intentado que estuviera presente en mis trabajos.

 

¿Crees que hay un hilo conductor a los poemas? ¿O tratan temas totalmente diferentes?

 

Yo pienso que sí, y al fin y al cabo toda la creación habla de lo mismo, de las diferentes visiones de la existencia humana, de las diferentes experiencias de esta vivencia. Los temas pueden ser diferentes, pero resultan muy complementarios. Y de hecho al leer todo el material que me llegó, yo –que no soy experto en literatura- noté muchos corazones rotos. Para mí sí que hay un hilo conductor, pero es el hilo conductor que yo he visto, el que he construido. Para mí, este hilo es el de un viaje personal. Desde la introducción al disco, el ‘Jo volia’ de Pau Gener, al outro ‘Jo no camino’, de Laia Noguera hay todo un recorrido emocional. El punto de partida es la ruptura, con alguien y contigo mismo. La quema de los puentes que has construido fuera de ti, y de los que quemas pensando que tienes que ser algo que no eres para que te quieran. El viaje te trae a una transmutación escalonada del Yo al nosotros y después a la espiritualidad que te muestra que el ser humano no existe como ente separado del resto de la vida. Todos somos parte de algo mucho más grande de lo que podemos entender y concebir, y esta es la revelación que yo encuentro al final del disco. Pero el disco es circular, armónica y rítmicamente, y acaba allá donde empieza porque así es la vida de los humanos. La vida es circular y cuando pensamos que hemos aprendido algo y hemos cogido seguridad en nosotros mismos un golpe de viento nos tumba y nos devuelve al principio para seguir aprendiendo.

 

 

 

¿Es difícil hacer sonar tu voz sobre todo cuando no es un poema que hayas escrito tú? ¿Es más difícil trabajar con material otros que con tus propias letras?

 

Sí, pero ya era muy consciente que era parte del reto. Yo nunca me he planteado hacer música para llegar a algún lugar o cambiar nada más que hacer que el cambio fuera dentro de mí mismo. Y para mí, el trabajo con la música es en gran parte también el reto de subir montañas, de mejorar en lo que hago y en el de aprender cada día más el oficio. Acomodado en lo que ya sabes hacer, en lo que ya se te da bien acabas engordando, sí, pero también se te atrofian los músculos. Y para crecer no hay nada cómo enfrentarse a la posibilidad del fracaso y la derrota. Siempre he partido de mis palabras para hacer música, no tengo recuerdo de haber hecho una canción a partir de una secuencia de acordes o de un riff, para mí todo parte del mensaje que quieres comunicar, y esta comunicación –de ida y vuelta- nos tiene que servir para compartir emociones. En el caso de los poemas que elegí tenían que ser algo que yo me sintiera identificado de alguna manera, para bien o para mal. Desde la dulzura más dulce, a la crueldad más cruel. Ha sido difícil, porque los poemas no están hechos para ser cantados de la forma que yo suelo escribir, y porque tenía muy claro que no quería cambiar ni una palabra ni la letra en su conjunto, ni la estructura que yo veía. Respeto mucho el trabajo hecho y hemos pretendido que este respeto se viera en la música y en la canción. Tanto es así, que el resultado para mí, musicalmente, no es un disco propiamente de Petit. La voz, por ejemplo, está un poco por encima de lo que me gusta y es para dar importancia precisamente a la palabra, para conseguir que se entienda. A diferencia que en mis trabajos anteriores, donde los coros y las segundas voces, las armonías vocales, son muy importantes (como Big Star, o los Beach Boys) en este no hay ninguna. Es parte de la parte que tienes que comprometer de ti para poder ser partícipe y ser protagonista del resultado.

 

 

¿Cómo ha sido la reacción de los poetas al escuchar el resultado?

 

De momento nadie ha dicho que no le haya gustado y algunos se han mostrado verdaderamente entusiasmados. Entiendo que el hecho que alguien coja una cosa tan tuya cómo es un poema y haga una revisión a veces puede hacer que la visión que tú tienes no sea exactamente la que se ha conseguido. Pero esto es compartir, aceptar que no estamos solos. Y esta es nuestra visión, en estos momentos, de los poemas. La subjetividad tiene esto.

 

 

La idea del cuarteto (guitarra, piano, bajo y batería) estaba desde el principio? ¿Era el formato que querías por el disco?

 

No, inicialmente la idea –y la planificación de la producción del disco- era hacer un disco grabado en casa, con pocos medios, y un presupuesto mínimo que era con el que se podía contar, y con poca instrumentación, un disco modesto vaya. Creo mucho en el aleatoriedad de las cosas, con aquello que dicen serendípia. Puse en mi facebook que buscaba músicos y estos fueron los que se ofrecieron voluntarios. De hecho puse el famoso anuncio que publicó Ernest Shackleton antes de su fatídico viaje a Polo Sur, así que haciendo un poco de investigación quien se presentara ya sabía a que se exponía.

 

Una vez que nos encontramos todos y empezamos a poner sobre la mesa las ideas que tenía de las canciones tuve claro que no podía hacer el disco que había pensado, que teníamos de aprovechar la ocasión y apostar todo y más en el proyecto. Al fin y al cabo, si el disco suena mejor y los arreglos también, buena parte del mérito es de Toni Sánchez, Juanjo Tur y Toni Beltran. Y el resultado nos tiene que servir para poder acercar los poemas y sus poetas, las ilustraciones y sus dibujante, y las canciones al mayor número de personas posible. Han sido nueve meses de trabajo y mente dedicada exclusivamente a esto. Y esto, hoy en día con los medios que se cuenta es digno de una aventura como la de Shackleton.

 

 

¿Cómo se escogieron los ilustradores por cada poema? ¿Se inspiraron sólo en los poemas o en tus melodías también?

 

Hablándolo con Blowing Buffalo (Jaume C Pons Alorda y Anna Vado), que eran los encargados de la difusión del verkami y la coordinación con los poetas y dibujantes en una fase inicial se decidió que el emparejamiento se hiciera por sorteo. Ellos se inspiraron únicamente en los poemas. Yo no quise mostrar nada a nadie hasta que estuviese acabado el disco entero.

 

 

Es un proyecto que se hizo en parte con un verkami ¿Cómo surgió la idea y cómo fue la respuesta?

 

La idea surge del hecho que este, para mí, es un proyecto donde hay a priori 28 artistas representados y que la unión hace la fuerza. El verkami funcionó muy bien y en poco tiempo superamos los hitos que nos habíamos marcado. Tenía claro que quería tirar el proyecto adelante, y el espaldarazo de todos los mecenas, el hecho que creyeran en el proyecto me ayudó mucho a sacarlo adelante y quizás, si no hubiese sido por el compromiso con ellos y con los artistas, me habría lanzado por la borda antes de acabar el disco.

 

 

¿Por qué escogiste los músicos que participan: Juanjo Tur, bajo y acordeón; Antoni Beltran, batería; y Toni Sánchez a los piano y rhodes?

 

¡Ellos me eligieron a mí! Son músicos excepcionales, a los que ya admiraba mucho antes. Ha sido un lujo que se incorporen al proyecto y poder trabajar a partir de ahora con ellos. Con Juanjo nos conocemos por el trabajo que había hecho con Jaume Compte y que para mí es exquisito. Toni Sánchez ha sido un puntal importantísimo en la composición de muchas de las canciones y hace el trabajo facilísimo, además es un entusiasta y siempre sabe trasmitir el ánimo y serenidad que a menudo a mí me falta. Con Toni Beltran nos conocemos desde hace 20 años, cuando los dos comenzábamos a hacer música. Nos seguíamos la pista pero nunca habíamos vuelto a coincidir y bien es verdad que, tan sólo por la amistad y el aprecio que le guardo, ya tenía ganas. Tocando te demuestra que es capaz de hacer sencillo aquello que para ti puede parecer imposible. Poder tocar con él es fantástico.

 

 

 

¿Cuál será la próxima aventura de Petit?

 

¡Recuperarme de esta! De momento estamos trabajando con la cineasta Isabel Andrés-Portí en la edición de una pieza audiovisual con el poema ‘Jo no camino’ y su música. Es un videoclip realizado con imágenes que nos han aportado una treintena de fotógrafos y cineastas de todo el mundo y que en estos momentos se está editando en Berlín. Para mí era muy bonito el poder seguir ampliando esta fuerza colectiva a otras disciplinas. En la elección de las imágenes para la portada, de la fotógrafa Cris Romagosa de Premià de Mar, hay mucho del hilo conductor que une las canciones y envuelve el disco. Suyas son también las imágenes del videoclip hecho con el poema ‘Transmediterrània’ de Mireia Calafell. Ha sido una gran suerte, una gran fortuna, que estos meses de trabajo me hayan llevado a conocer y a compartir ilusiones, triunfos y derrotas, con personas tan maravillosas, y aprender tanto de ellas. Así que no se vayan todavía, aun hay más.

 

 

 

Texto: Anabel Vélez

Foto: Anais Oliveros

 

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