Si disfrutas con los discos de Iris DeMent, Caitlin Cary o la eterna Emmylou Harris, este trabajo de la canadiense Jadea Kelly va a pasar a ser uno de tus álbums de cabecera. Tres años después de la publicación de Eastbound Platform y con unas cuantas giras a sus espaldas, la de Ontario vuelve por sus fueros con canciones de corte clásico pero factura intensa, que le acercan en concepción incluso a Beth Gibbons. Producido por Stew Crookes y grabado íntegramente en analógico, destaca por lo compacto de su sonido y la pesada orquestación, que lo diferencia de los discos anteriores de la propia Kelly. “Era la primera vez que grabábamos sin tener una pantalla de ordenador brillando delante” asegura Jadea y eso, sin duda, se nota. La atmósfera es diferente, “cerramos los ojos y nos dejamos llevar sin fijarnos en cómo se reflejaba en un ordenador”. El resultado son canciones tan intensas y a la vez naturales como «Wild West Rain», «I’ll be» o «Lone Wolf», cargada de detalles pop “porque no me importa decir que me gustan cosas como Rihanna que tiene un montón de canciones con gancho”. A mi Rihanna no, pero ella me chifla.
Eduardo Izquierdo
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