No es un disco fácil el de Alberto Montero, y esto no es uno de esos intentos tan habituales de los periodistas para hacernos los interesantes. Su propuesta, cargada de psicodelia, jazz y hasta ritmos latinos necesita de muchas, pero muchas escuchas. De lo contrario es fácil perderse en acordes difíciles, armonías extrañas y cambios de tempo inhabituales. Pero si consigues dar los pasos necesarios para adentrarte en la música de esta valenciano afincado en Barcelona la cosa cambia. Puerto Príncipe esta lleno de paisajes sonoros que se acercan incluso a lo progresivo (por algo uno de los colaboradores del álbum es Ferm Knight, miembro del grupo de folk Jesse Sparhawk). Un disco cargado de flautas, violas, cellos o trompetas en canciones que dejan volar la imaginación en canciones que buscan un equilibrio permanente cuyo mayor enemigo es la inmediatez. Aviso.
Eduardo Izquierdo
Acabo de escucharlo por vez primera. Me ha flipado. No creo que le falta inmediatez. Si no te gusta a la primera no hace falta tampoco insistir. Con todos los respetos al autor de la crítica, que ya se sabe que cada uno tiene su ombligo. Saludos
Si te gusta la sicodelia, el pop, incluso el rock y la buena música no comercial, creo que no hace falta tantas escuchas para conectar, porque no es nada experimental, y son todo melodías maravillosas.., yo y mas gente que conozco a la primera vez también flipamos en colores,, el ultimo lp hasta la fecha «La catedral sumergida», si que podría ser mas «difícil» para un oído convencional..