Hellsingland Underground, Esperanza en modo rock

Descubrí al sexteto sueco a la antigua usanza. Mediante la recomendación del propietario de una tienda de discos de la que era cliente. Y digo era ya que el establecimiento ha pasado, como muchos otros, a mejor vida. Conocedores de los gustos de los habituales las recomendaciones siempre solían dar en el clavo. Su homónimo debut (2008) y Madness & Grace (2010), dos excelentes trabajos, los ordenaban, junto a sus compatriotas Backdraft, entre las formaciones escandinavas próximas a los sonidos estadounidenses. Más cercanos a Alabama que a Estocolmo no solo se alimentaban del rock americano, sus composiciones visitaban también otros derroteros sin miedo a cruzar líneas estilísticas. Límites rotos definitivamente en su tercer trabajo. Si, algunas guitarras gemelas respiran hálito sureño y remiten a la fraternidad Allman o la Marshall Tucker Band revive en los primeros compases de «In the Evening» pero son pinceladas que conviven con muchas otras y que configuran un disco de rock de cuerpo entero. Capaz de ganarse a los oyentes más curtidos como de captar nuevas generaciones, «I Just Don’t Believe in Love» podría estar firmada perfectamente por Avett Brothers, gracias a unas canciones con un indudable gancho melódico, que generan la misma sensación de agradable bienestar que el suave y fresco aire de la mañana. Sobreponiéndose al tono pesimista del álbum, muy influido en sus letras por el desánimo social de estos tiempos de crisis, con canciones que intentan darnos un poco de esperanza, «Singing While The World Dies» es una de ellas. Y en eso estamos, al mal tiempo buena cara. De lo mejor que he escuchado este año.

MANEL CELEIRO