Alfredo Fernández García, Alfa, lleva desde el instituto agarrado a una guitarra convencido de que la música es su mejor vehículo para expresarse. Lo hizo en grupo de amigos con discurso de rockstar bajo el nombre de Buenas Noches Rose y con el desgarro propio del tango bajo el de Le Punk. Hoy se hace responsable en solitario de todos sus pensamientos. Sobre ellos conversamos en un bar de Malasaña mientras suenan los Stones después de que Alfa le explique a la camarera como quiere tomar su carajillo de ron.
En 1995 debutaste en disco con Buenas Noches Rose. ¿Casi 20 años después pasada también la vorágine de conciertos propia de vuestro arranque qué recuerdos conservas de aquella época?
La primera banda de uno, formada en el contexto molon de compañeros de instituto, amigos con los que empiezas a escuchar música, tiene un vacilé increíble. Hermanarte con una gente hace que el principio sea mágico. En ese sentido recuerdo la banda con mucho cariño. Pero por otro lado a pesar de que era inevitable que la cosa no fuese muy longeva vive muy intensamente ese primer desengaño.
¿Guardas rencor hacia Skywalker por su partida del grupo?
Entiendo por rencor algo visceral así que en ese sentido no. Ya no estoy enfadado con él emocionalmente como lo estuve en el pasado. Cerebralmente no le guardo ningún rencor pero sigo opinando que hizo las cosas muy mal.
Si seguimos repasando tus antecedentes nos remontamos a Le Punk, un grupo al que te enfrentas con una actitud mucha más pensada y meditada lejos de la adolescencia.
Cuando empezamos Buenas Noches Rose éramos muy ignorantes con respecto al mundo de la música y estábamos habidos por conocer bandas de rock and roll. Y cuando vino Le Punk paso lo mismo pero con otras músicas al margen del rock. Entramos por Malevaje como entraría cualquier castizo madrileño y empezamos a escuchar tangos y música balcánica.
¿Decides parar Le Punk porque agotas esas músicas?
No decido pararlo yo. Nos juntamos y nos sucede como una canción de Pimpinela: de repente ya no te quiero. Éramos amigos antes del grupo y creo que nos disolvimos de la forma más elegante que he hecho nada en mi vida. No hubo ni siquiera una bronca, nunca había pensado que seria capaz de llegar a conseguirlo.
En aquella época Bunbury colaboró con vosotros versionando vuestra canción “Te Llevo En El Cuore” y recientemente te subiste al escenario con él como retrata el libro de fotografía Bunbury en crudo y al natural. ¿Ahora que te enfrentas a solas a un proyecto que armas baja tu nombre entiendes mejor esa forma de trabajar que tantas años lleva abanderando Bunbury desde que rompió con Héroes del Silencio?
Lo entiendo mejor y creo que forma parte del ascenso creativo de un tipo de músicos. Hay bandas de amigos como los Flaming Lips que llevan toda la vida juntos y han medrado como instrumentistas. Pero suele pasar, que es lo que me paso a mi, que hay un momento en el que eso que te ha dado tantas alas en un principio se convierte en un corsé. Creo que las bandas de rock and roll son algo muy infantil, en el buen sentido de la palabra.
Bajo tu propio nombre reconvertido en Alfa has publicado tres Ep´s que llevan por nombre 22 de octubre (2011), El segundo oficio más viejo del mundo (2012) y Autorretrato de un hombre invisible (2013) ¿Porqué decides aportar por este formato?
Por dos razones básicas: la primera por que a nivel creativo como músico es muy interesante componer una canción ahora y saber que le vas a grabar en tres meses y que va a salir al mercado en cinco. Aunque yo siempre he sido de álbumes entiendo que vivemos tiempos muy rápidos. Y por otro lado para promocionarte lo mas inteligente que puedes hacer es ir haciendo cosas pequeñitas de una manera regular sin demasiadas ínfulas. De esta forma la gente puede verte evolucionar y se crea una cosmología en torno a tu figura.
Queda pendiente por ver la luz El Ocaso De Los Cines Luna. ¿Cuarto Ep que tienes grabado y que podrá escucharse a partir de cuándo?
Podrá escucharse en Spotify a partir del 21 de junio y físicamente saldrá a primeros de septiembre.
Repasando el sonido de los tres Ep´s publicados se comprueba una evolución que va de sonidos prácticamente acústicos en su totalidad hasta llegar a la incorporación de vientos y un mayor número de instrumentos. ¿Qué disco te obsesiona más recientemente e inspira estas sonoridades?
Ahora lo que trato de trabajar más es el feeling de los discos. No me estoy fijando tanto en los arreglos ni en las texturas como en la intención que tienen. Así doy bandazos rarísimos, en el mp3 llevo Pump de Aerosmith, Dance of The Death de Iron Maiden, Echo de Tom Petty.
Por todo lo que cuentas se entiende que cada vez eres más consciente de tu papel como músico. ¿Te ayuda esto a mantener la sinceridad en letras que cada vez parecen más cercanas a tu realidad personal? Concretando más, hace poco te definías en tu visita al programa radiofónico Espíritu de Rock N Roll como “dependiente del universo femenino”. ¿Puedes profundizar en esto?
Tengo asociado a lo masculino los sentimientos más vanos y cotidianos. Para mi mis amigos son la gente con la que toco la guitarra, con la que jugaba al futbol en el barrio, con la que fumaba petardos. Y el universo femenino es el motor de las cosas. Las sensaciones realmente profundas provienen de él. Y no pienso solo en sexo sino en la relación de una madre con su hijo, que es la única relación real de amor que se me ocurre. Las mujeres son el lienzo de todos los sentimientos.
De la relación con el universo femenino también puede despertarse una motivación revanchista nacida del dolor por la perdida como reflejas en tu canción “Martita Ruiz”. ¿Te encuentras cómodo con esta sensación o identificada buscar evitarla?
Uno nunca sabe como va a reaccionar y no me imagino escribir de una forma diferente a la que vivo. También creo que es una sensación bastante juvenil y totalmente estúpida. En el caso de “Martita Ruiz” le reprocho que se va por el mal camino después de ofrecerle lo que yo considero el bueno. No es más que una pataleta. Canciones así funcionan porque todos tenemos pataletas desde los egipcios. Lennon escribió “Miss You” después de intentar hablar por teléfono con Yoko que había viajado a Japón a ver sus padres. Se puso furiosísimo porque todo el rato se le cortaba y alguien que escucha ahora la canción estando realmente jodido por perder a una persona se ve reflejado.
En otra de tus canciones bautizada “El Regreso de Camino A Casa” haces referencia a la añoranza de una amistad ideal que sabes no va a volver a darse. ¿En la evolución en la que estás inmerso qué crees que vendrá superada la añoranza?
Creo que todo este sentimiento de añoranza es propio de alguien que da por terminado un ciclo.
Precisamente para terminar, volviendo a la idea de tu dependencia hacia el universo femenino. ¿Serías capaz de destacar a una musa, una mujer que sea la que más te haya inspirado a la hora de crear, grabar y subirte a un escenario?
(Después de un silencio largo.) No, tío, me parecería injusto. Hay tres personas que han sido muy estimulantes en ese sentido pero me parecería de mal gusto destacar a una.
DANIEL ACIRÓN