Encuentros

PLV Havoc, la intensidad, el sentimiento y Penny Lancaster

Desde Donosti, el peculiar universo creativo de Havoc está provocando un pequeño terremoto. Capta adeptos a cada escucha, y demuestra que el meticuloso proceso de grabación de su álbum Penny Lancaster ha sido tiempo excelentemente invertido. Contactamos con él para que nos lo explique.

¿En qué momento Pedro se convierte en Havoc?¿Por qué escoges este nombre de guerra?

En realidad no lo veo como una transformación. Simplemente llega un momento en el que ya no se diferenciar entre uno y otro. Havoc no es ningún personaje, soy yo. Al principio supongo que era una especie de coraza a la hora de subirme a un escenario, lo que ocurre es que mi música está íntimamente aferrada a mis pasiones y a mis desencuentros, así que en el fondo no hay diferencia.

 

A veces creo que mi música no funcionaría si yo no me enfrentase a ella a pecho descubierto. Uno de mis grandes complejos es no saber escribir si no es derramándome en cada canción. Y el nombre a estas alturas no tiene grandes secretos, Havoc significa estrago o eso que deja un tsunami a su paso. A ello le unes las iniciales de mi nombre y un guiño inconsciente a PJ Harvey y ahí lo tienes.

-¿Puedes resumir tu trayectoria anterior a la publicación de Penny Lancaster?

-Mi primer Ep In the Nick of Time es una especie de caída del caballo personal, algo pequeño pero revelador e iniciático para decidir que quería dedicarme a hacer canciones. En 2009 apareció The Shape of Your Heart, mi primer disco y al que le debo lo que soy ahora. Se trata de un disco de lo que puedes llamar neo-folk, alt-country, low-fi americana, o alguna etiqueta de esas tan…confusas. En realidad era un disco grabado con inmediatez y sin aditivos, 13 canciones rudimentarias en las que solo estaba mi voz, una guitarra y poco más. Este disco me llevó a girar por medio Estado, aparecer en Festivales como Ebrovisión, CuVa, incluso Sonorama entre otros. Gracias a la expectación que generó este disco he firmado por una multinacional y hace unos meses he publicado Penny Lancaster, un disco ambicioso que supone un salto sónico y donde echo raíces como compositor y cantante. Dicho así suena frío, pero aunque está siendo un viajazo, la verdad es que todo ha ocurrido bastante rápido.

 

-¿Eres mitómano? ¿Merece Penny que le brindes el título de tu álbum?

-Si te refieres a falsear la realidad para hacerla más soportable, pues supongo que un poco sí.  La mentira funciona como un mecanismo emocional para eludir la realidad, y ¿qué es la música si no exactamente eso? Lo que ocurre es que yo lo hago desde la más terrible honestidad. Algo contradictorio pero que de algún modo funciona, para mí. Mitómano en un sentido más coloquial ya no lo soy, creo que me he esforzado tanto por no serlo que ahora me gustaría serlo un poco más. Ahora admiro a gentes y cosas de lo más mundanas. No sabía quién era Penny Lancaster cuando escuché el nombre la primera vez, y ahora tampoco se mucho, más allá de que es la mujer de Rod Steward. Penny Lancaster es quien cada uno quiera que sea, en realidad se trata de un juego.

 

-Para quien conocía tu carrera, el nuevo disco muestra una evolución tremenda, bastante radical, basada en la búsqueda de arreglos brillantes y una sensibilidad a flor de piel. ¿Qué ha cambiado en ti y a tu alrededor en estos últimos meses?

-No lo sé. Compositivamente no creo que haya cambiado, y probablemente por incapacidad! Lo que si tengo claro es que quiero hacer música de autor, más allá de cualquier estilo. Está claro que la música de raíces americana es el cimiento desde el que construyó mi casa, pero no tengo ninguna intención en hacer lo que hacen ellos, y por supuesto tampoco lo haría tan bien. Quiero hacer canciones con mi sello; indie, rock, folk, country,…pero todo bajo una impronta reconocible. Si este disco es así es porque he pensado que las canciones pedían eso. Mis canciones crecerán conmigo, se irán del nido, pero siempre tendrán un hueco bajo mis alas.

 

-Sorprende el magnífico sonido del álbum, pulido hasta el último detalle. Esto también sorprenderá a tus seguidores más veteranos…

-Mira, seleccioné 10 canciones de unas 30 para grabar en el estudio. La idea era llevar los arreglos en la cabeza, como una especie de mapa. Como dejando una serie de pistas que nos permitieran resolver el caso en el estudio. Mi idea era hacer algo más low-fi, más actual si lo quieres decir así, pero cuando trabajas al servicio de la canción nunca sabes qué puede pasar. El resultado es un sonido limpio y pulcro, a veces sofisticado y a veces simple, que lucha por salir de la canción y a veces por entrar. Creo que hay una cierta tensión, el sonido nunca llega ni a derramarse ni a contenerse del todo. Algo muy interesante a mi parecer. Por otro lado entiendo que este sonido no sea lo habitual hoy en día, y puedo entender que alguno le pida más grasa, así en general. Lo que sí es cierto es que yo huyo del estilo, y próximas grabaciones pueden llevarme a las antípodas de Penny Lancaster.

-¿Qué puedes contarnos de tus acompañantes en el proceso de grabación? ¿Estarán contigo en los conciertos de tu próxima gira?

-Importante. El disco lo he grabado en los estudios Hi-gain de Usurbil con Haritz Hurreguy. Está producido por Rubén Caballero, que además ha grabado las guitarras eléctricas y muchos otros instrumentos. Caballero es alguien muy especial, un geniecillo que me entiende y me aguanta. Este disco también es suyo. Igor Telletxea como baterista y Txus Aramburu con los teclados. Gran trabajo el suyo también. Por otras circunstancias, he conformado una banda para directo de la cual no puedo estar más orgulloso; llevo a Joseba Irazoki de Athom Rumba a la guitarra, un talento desbocado. A Jaime Nieto de We Are Standard al bajo, que aporta la parte mas indie y a Guanche, batería de Lobo Eléctrico. Les adoro a los 3, y juntos hacemos una familia de huérfanos de lo más funcional.

-Compones todos los temas del disco. ¿Eres un prolífico escritor de canciones?¿ como funciona tu proceso creativo?

-Creo que lo era y he dejado de serlo, quizás por miedo. Pienso que cuando no tienes nada que perder el miedo no existe, pero yo ahora he creado mi pequeño jardín del cual me siento muy responsable. Tengo una teoría que casi nunca llevo a la práctica; escribir cada día, luego musicar, ir añadiendo, borrando y volviendo a musicar. Esa forma me ha dado buenos frutos, e intento trabajar así. La realidad me dice que soy un constante muy inconstante, que quizás necesito vivir para escribir o todo lo contrario y todo surge de mi imaginación. Como ves…la verdad es que no lo tengo muy claro, y supongo que de ahí la magia.

 -Por último, sóplanos tus planes inmediatos…

-Pues planeo tocar y tocar, exprimiendo las posibilidades que me da el poder interpretar el disco en solitario, a dúo o con banda. Aparte de seguir presentando el disco por todo el estado, acudir a los festivales y eventos que surjan…pues te adelanto que estaré haciendo los conciertos de Radio 3 para la2, y en primicia que estaré tocando junto a Alejandro Escovedo en el teatro Victoria Eugenia de Donostia en Junio.

 

 ALFRED CRESPO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda