Encuentros

ESPACIO EXTERIOR: Charly Hernández

Siempre hemos sido los raritos de la clase. Encerrados entre cuatro paredes con nuestras minoritarias aficiones, nuestros grupos escogidos y nuestra peculiar manera de entender el rock & roll. Pero afuera hay otros enfoques, un mundo exterior con otros puntos de vista y otras miradas diferentes a la nuestra. Así que hemos decidió asomar la cabecita al espacio exterior y ver qué opinan de nosotros, y de otros asuntos, compañeros de la prensa especializada. Turno para Charly Hernández. Periodista especializado en información musical, y colabora o ha colaborado en medios como Efe Eme, Mondo Sonoro, Popular 1, Cambio 16, Orpheo, Mariskal Rock, o La Ruta Norteamericana (El País), entre otros.

 

 

¿Cómo empezaste a ejercer de crítico rock?

Pues empecé escribiendo en algunos fanzines y webs varias. Digamos que esa es “la mili” de todo plumilla musical que se precie. En aquellas pequeñas publicaciones conseguí entrevistar (de menos a más) a personajes del rock nacional e internacional. Luego vino el fichaje por Efe Eme y más tarde mis paradas en Paisajes Eléctricos, Popular 1, Mondo Sonoro, Musicópolis, Cambio 16, La Casa con Ruedas… Y pequeñas y puntuales colaboraciones en Mariskal Rock o El País. Entre otras muchas. Es un oficio en el que nunca paras de aprender.

¿Has hecho de ello tú medio de vida?

Sí. Pero se malvive, las cosas como son. En realidad esta profesión es para amantes del sadomasoquismo. Ojalá podamos vivir de esto plenamente y sentirnos, además, reconocidos.

Te felicitamos. Eres de los pocos afortunados que lo pueden hacer. ¿Qué futuro le auguras a la prensa musical en papel? ¿Acabaremos todos en una URL de internet?

Pues son malos tiempos para la lírica (como dirían Golpes Bajos). España no es Reino Unido ni es Estados Unidos. Para colmo, es un país muy poco lector y nada rockero, por lo que se junta el hambre con las ganas de comer. ¿Cómo es posible que en los quioscos existan más revistas de prensa rosa que musicales?

La prensa musical en papel tiene romanticismo y otro rollo distinto que no tienen las publicaciones on-line (sea en web o en PDF). Más o menos como el amante de la música con los vinilos. Supongo que muchas publicaciones desaparecerán al no encontrarse con la publicidad necesaria que la sustente o por su baja rentabilidad. No obstante, lo suyo es que sea algo equitativo: buen contenido en papel cada mes y buen contenido on-line de manera más frecuente. Lo que tenga que venir… vendrá. Yo espero que ambos formatos se mantengan porque adoro darle el coñazo al quiosquero de mi barrio.

Lo mismo pero referido a la industria. Que el negocio está cambiando es una realidad. Internet, las descargas, el soporte digital… ¿Cuál será en tu opinión el camino a seguir en los próximos años por las discográficas y los artistas?

El camino a seguir se marcó hace un tiempo cuando empezó el auge del Mp3 y las disqueras no se aplicaron. Algo así sucederá con los eBooks. Está claro que resulta mucho más cómodo llevar gigas de canciones en un Mp3. La Industria pudo haber hecho las cosas de otra manera, pero dejaron pasar “esa moda” que ahora les ha arruinado, en parte por su codicia y en parte por su ignorancia. ¡Ojo! Yo no digo que el músico tenga que regalar su trabajo, pero es sangrante que a los internautas se les esté llamando “delincuentes” cuando el trozo de pastel se lo están llevando las teleoperadoras. ¿Por qué Telefónica no se encarga de repartir esas ganancias con los músicos? Pues eso. Aquí prolifera la picaresca.

De todas formas, los que amamos la música vamos a seguir comprando música original, aunque menos, ya que los precios de los discos son muy altos (la mayor parte por el IVA). ¿Has visto lo que vale un vinilo en FNAC o El Corte Inglés? Me parece un robo. Los que han descargado lo han hecho sin criterio bajo una especie de Síndrome de Diógenes. Solían decir: “Mira, me he descargado toda la discografía de Neil Young”. ¿Y? ¿Te ha dado tiempo a escucharla entera y asimilar discos como “Trans”? Esto se le ha ido de las manos, en primer lugar, a las teleoperadoras. Segundo, a las discográficas. Y tercero, a los usuarios. Evidentemente, ahora a la gente no le puedes quitar lo que antes tenían gratis… Bueno, por poder, se puede, pero ya sabemos todos como se hacen las cosas aquí, right?

En cambio las ventas de vinilo no dejan de aumentar. ¿Nostalgia? ¿Fetichismo? ¿Llevar la contraria?

Yo añadiría “Moda”. No sé hasta que punto será nostalgia porque al tipo que le gusta la música siempre va a comprar vinilo, así que esa nostalgia sería más bien para un consumidor que aplaudió el timo del CD en su momento y ahora tiene “mono” de vinilo para recordar viejos tiempos. También están los modernitos que ven muy “cool” ese formato.

El vinilo (como antes comentaba) está muy caro. Si hablamos de reediciones novísimas en grandes superficies nos encontraremos con precios altísimos. No me parece nada lógico pagar 30€ por el “At Fillmore East” de The Allman Brothers en vinilo nuevo cuando encuentras primeras ediciones por mucho menos en el mercado de segunda mano. Luego están las rarezas y demás fetiches de coleccionista en ferias del disco. Al final terminará siendo un artículo de lujo para coleccionistas.

Venga, a bote pronto…Dinos un disco sin el que no podrías vivir.

Wildflowers de Tom Petty. No es perfecto, pero inició una etapa preciosa de Petty con la banda sonora de She’s the one, Echo o The Last Dj. ¡Y producido por Rick Rubin!

Y uno que si no existiera la vida sería mucho mejor para todos.

Ningún disco es malo (¡ni siquiera el Chinese Democracy!), pero si hay artistas y productores que merecen guillotina. Creo que la vida sería mucho mejor sin las producciones de Carlos Jean.

El artista más agradable y simpático que te has encontrado.

Descubrí un Johnny Winter tan simpático y agradable que se dejó entrevistar en su propia autocaravana tras un concierto y un largo viaje. También tengo buen recuerdo de Dayna Kurtz, Bunbury, Eric Burdon o Josh Ritter.

El más arisco y difícil.

Pues a decir verdad mucha de esta fama es por culpa de la gente que les rodea. Pero tuve alguna complicación con Eric Sardinas, Laura Marling o Francis Rossi. Las entrevistas monosilábicas hacen llorar a Elvis Presley.

Hablemos un poco de nosotros…

Empecemos pues…

¿Qué disco debería salir pero crees que nunca saldrá comentado en Ruta 66?

Camino Soria de Gabinete Caligari. Igual ha salido y estoy metiendo la pata, pero me parece el disco más “rutero” por la línea argumental que sigue.

¿Qué es lo mejor y lo peor de Ruta 66?

Lo mejor es que ahí escriben (y escribieron) muchos de los mejores profesionales y compañeros. Además del contenido y las entrevistas. Algunas tienen un toque “exclusivo” que me agrada bastante. Me gustó encontrarme una entrevista Marianne Faithfull. No recuerdo exactamente el número, pero fue cuando canceló el concierto en Madrid. Lo malo es que tiene algunas partes muy “pesadas”. Pero eso es algo que hay en todas las revistas y medios, pero de ahí parte su encanto.

¿Por qué razón escribirías en Ruta 66?

Por compartir espacio con grandes profesionales y amantes de la música.

¿Por qué razón no lo harías?

No encuentro ninguna. Siempre es bueno difundir la palabra del Rock and Roll allá donde sea.

Define en pocas palabras a Ruta 66

Una de las survival de este mondongo musical hispanistaní que merece un recuerdo grandioso para cuando tengamos que contarles a nuestros nietos y mascotas que hubo una vez un montón de periodistas musicales sobre la faz de la tierra.

FOTO: Juan Pérez – Fajardo

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