Encuentros

Blas Picón & Junk Expess, 10 discos de cabecera

El actual batería de los Nu Niles, y ex líder de los tristemente desaparecidos The Lazy Jumpers, encara un nuevo proyecto en el que, desde el nombre, no esconde quién es la cabeza pensante. Óscar Rabadán y Reginald Vilardell se muestran como perfectos escuderos para una aventura que ya tiene su primer disco a la venta, y que empieza a rodar con fechas en Estepona (24/11), Benalmadena (25/11), Valencia (26/11), Castellón (27/11), Barcelona (2/12), Lleida (3/12) y Andorra (9/12). Hablamos con Blas sobre sus diez discos favoritos y esto es lo que nos dijo.

“Los he puesto, más o menos, en orden cronológico (según los fui adquiriendo) y no en orden de preferidos; no sabría hacerlo. Todos son discos que, en diferentes momentos, me han marcado mucho y que he escuchado hasta el hartazgo. Aun así, los sigo escuchando”.

 

 1.      ZZ Top “Rio Grande Mud” (London, 1972)

Antes de dejarse largas barbas y convertirse en parodia de sí mismos, los tres de Texas se mojaban en el Blues y, desde ahí, lo llevaban a extremos insospechados. Para mí, es un álbum tan completo como complejo y del que sigo aprendiendo.

2.      AC/DC “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” (Atlantic, 1976)

Cuando en mi adolescencia escuchaba 50’s R’N’R y mis amigos escuchaban Punk o Hard Rock, encontrabamos nuestro nexo común en este disco. Todavía me emociono con «Ride On».

3.      Howlin’ Wolf “Chester Burnett A.K.A. Howlin’ Wolf” (Chess, 1972)

Este fue el primer disco de “Real Blues” que tuve. Fue como escuchar música para adultos. La desesperación y la sinceridad que transmite cambiaron mi forma de entender la música.

4.      Hound Dog Taylor “Natural Boogie” (Alligator, 1973)

Crudo, salvaje, natural y extremadamente vivo. Es como un polvo salvaje: violento y adictivo. Contiene uno de mis shuffles preferidos: «See Me In The Evening».

5.      James Harman Band “Two Sides To Every Story” (Black Top, 1993)

Excelente compositor, cantante y armonicista, Harman hace de cada uno de sus álbumes un trabajo global, para escuchar de un tirón. Consigue sonar tradicional y original a la vez, que es lo más difícil, y en este caso está particularmente lúcido.

6.      Paul deLay “The Other One” (Criminal, 1991)

Otro de esos discos que cuanto más escuchas más te gusta. Cada uno de sus temas es una joya. Paul deLay era único en todas sus vertientes: voz, armónica y composición. Con los ingredientes del Blues, el Jazz y el Soul conseguía recetas que solo podían llevar su nombre.

7.      Rory McLeod “Footsteps And Heartbeats” (Cooking, 1989)

A pesar de contar con el Blues como influencia, este one-man band escocés toca músicas de todo el mundo. A mí principalmente me atrajo por su virtuosismo con la armónica, pero no pude evitar caer hechizado de todo su espectro musical. Un disco para viajar sin salir de casa.

8.      Billie Holiday “La dama y el presidente” (Columbia, 1937-41)

Tardé en descubrirla pero ya no la suelto. Lady Day & Prez rezuman sensualidad y sexualidad. Se ha convertido en compañero inseparable de mis juegos de cama.  

9.      Gary Primich “Dog House Music” (Antone’s, 2002)

Al margen de los clásicos, Primich ha sido una gran influencia desde que lo descubrí. En este álbum creo que muestra su momento más maduro pero, aun así, enérgico y con algo de fatalista que te atrapa más a cada escucha.

10.  Sean Costello “Moanin’ For The Molasses” (Landslide, 2001)

Con solo 21 años, Costello nos dejó esta joya de madurez musical e interpretativa. Emociona a cada tema y, como álbum, es sorprendentemente variado y redondo a la vez. No puedo escucharlo sin repetir.

 

Eduardo Izquierdo

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