Encuentros

Pájaro Sunrise, viejos adioses ¡¡¡Exclusiva Web!!!

El proyecto liderado por el inquieto Yuri Méndez tiene nuevo disco, Old Goodbyes. Tras la incontinencia ofrecida en su anterior Done/Undone, Pájaro Sunrise vuelve con un disco corto, 8 temas de los que Yuri nos habló, como suele ser habitual, encantado de su nueva aventura discográfica. Y es que siempre es un placer charlar con tipos como él, que todavía creen en el poder de la música, sin nada más que lo enturbie.

¿Cómo se pasa de un disco de 22 temas a uno de 8?

Sé que suena a tópico, pero creo que cada disco tiene su lógica interna y dicta sus propios límites y sus propias normas. En principio, Old Goodbyes iba a ser un EP de cuatro canciones, pero una vez en el estudio grabamos doce que, al ordenarlas y tratar de darles sentido como álbum, se quedaron en ocho. El porqué es absolutamente subjetivo y me es muy difícil ponerlo en palabras; en todo caso, es muy importante para mí que en cada disco haya un desarrollo narrativo y una cierta coherencia, si no temática, al menos de perspectiva. Creo que eso es lo que falla de nuestro primer álbum: es una colección de canciones, no un todo; no quiero caer más veces en el mismo error.

¿Qué significa Old Goodbyes?

Literalmente: adioses antiguos. Hubo una temporada en la que me obsesionaba la idea de que el futuro está completamente determinado mientras que el pasado, sin embargo, permanece en un estado de cambio continuo. Es una idea muy vieja: un hecho del pasado se transforma cada vez que un hecho nuevo crea una perspectiva ampliada que, a su vez, posibilita una interpretación distinta. O dicho a lo castizo: cuando una puerta se cierra, otra puerta se abre; de eso habla Old Goodbyes, la canción, y ésa es la clave de interpretación del disco entero.

Dentro de tu estilo, encuentro algo más de soul lo-fi aquí ¿estás de acuerdo?

Creo que entiendo por qué lo dices, aunque no lo había pensado así. Sí que hubo un esfuerzo consciente para que la producción no fuese invasiva y para que el sonido del disco fuese lo más parecido posible al de un ensayo en el local. Estaba un poco saturado de arreglos minuciosos y necesitaba grabar algo más espontáneo, un disco de primeras tomas con ruidos, imperfecciones y todo lo que normalmente hubiese evitado.

Te han acompañado prácticamente todos los Amigos Imaginarios ¿cómo se gesta eso?

Todo empezó cuando al acabar un concierto –creo que en el Ou Yeah 3-, Ester se acercó y me dijo: “quiero cantar contigo”; ¿cómo vas a decir que no a eso? Luego, cuando empezó a ser evidente que como grupo habíamos llegado a un callejón sin salida y que pronto iba a necesitar una nueva banda, Amigos Imaginarios me pareció la elección ideal y, afortunadamente, ellos estaban más que dispuestos. Tengo mucha suerte de poder contar con Chumi, Ester y Sebas –además de Charlie Bautista de vez en cuando y del propio Santi Campos, al que se puede oír en un par de canciones-, no sólo porque son unos musicazos, sino porque durante este tiempo me han ayudado horrores y ha sido gracias a ellos que he recuperado las ganas de tocar.

Todo lo anterior, por supuesto, es extensible a Javi y Pedro (o la excelentísima Barrunto Bellota Band).

En tu hoja de promo se destaca que el disco respira espíritu de banda. Háblame de eso….

Antes de grabar Old Goodbyes tuve una conversación con los Lovemonk sobre cómo iban a ser las próximas grabaciones. Llevábamos hablando bastante tiempo de hacer un disco en Estados Unidos con un productor de allí, pero no podíamos asumir los gastos de montarnos los seis en un avión y pasarnos quince días o un mes grabando. Las opciones eran enviarme a mí solo y grabar el disco con músicos americanos o quedarnos en España y grabar con toda la banda; por muy tentadora que fuese la idea de grabar en Nashville o en Chicago, pesó más el grupo y la implicación de todos durante este tiempo; supongo que eso es parte del espíritu de banda…

Ya que son sólo 8 temas ¿le podemos dar una pincelada a cada uno de ellos?

Old Goodbyes

Había empezado casi todos los conciertos de Done/Undone con esta canción y me parecía una pena que no estuviese grabada. Recoge el momento en el que Pedro tocó por primera vez en su vida un hammond, por cierto.

Song For Evangeline

Escribí esta canción en 2004, pero no había encontrado sitio en ninguno de los dos discos anteriores y fue una especie de “ahora o nunca”. Alegrada por Charlie Bautista y su B-3.

I Don’t Want to Love You No More

No conocía a Jackson C. Frank hasta que hace un par de años llegué, no sé cómo, a una version extendida de Blues Run the Game que incluía un CD con canciones extra, entre ellas I Don’t Want to Love You No More. La primera vez que la escuché me dejó completamente fascinado y, además, encajaba perfectamente con lo que estábamos tocando por entonces, así que se volvió parte fija del repertorio en directo.

Look What We’ve Become

Una más sobre el pasado y la fascinación por los cambios. Prefiero no pensar en qué significa que sea en forma de nana.

Love Like a Drummer

Guitarra de Santi Campos en una canción sobre intentar olvidar por la fuerza.

Ribbon

Cuando conocí a Javi y a Pedro acababa de escribir Ribbon; fue lo primero que tocamos juntos y, estilísticamente, el origen de este disco. No me suelen gustar las canciones dramáticas, pero por una vez…

November

Básicamente, una canción sobre celebrar uno solo sus propios aniversarios.

(I Am Done) Making Fun Of Myself

Quería una canción muy sencilla para acabar el disco, algo que le quitase dramatismo y a la vez cerrase una etapa, así que escribí esto durante las mezclas, en la mañana de una noche larguísima de septiembre. El árbol que menciona existe realmente y lleva una vida apacible y podada en el centro de Madrid.

 

De manera general ¿podemos decir que Pajaro Sunrise ha matado al proyecto Yuri Méndez?

No lo sé, nunca me había pensado como un proyecto. El nombre tiene algo de máscara con la que cubrirme: no me siento muy cómodo con la atención ajena y esto me permite esconderme un poco, supongo. Al final son las canciones las que condicionan todo; mientras siga escribiéndolas y tocando con otros, creo que el nombre será lo de menos.

¿Te volveremos a ver haciendo música en castellano?

No, no por ahora. A veces la idea me resulta tentadora, pero tendría que reaprender a escribir para hacer algo digno y ya hay otros que lo hacen muy bien –véase Santi Campos o Fabián, por ejemplo-; estoy cómodo escribiendo en inglés y no siento que me restrinja o que me coarte de ninguna manera.

Versionas a Jackson C. Frank ¿y eso?

Es lo que decía antes: las únicas razones son que I Don’t Want to Love You No More me impresionó desde la primera vez que la oí y, sobre todo, que durante un tiempo me identifiqué mucho con la letra y el espíritu de la canción. No pretendía buscar un cantautor oscuro que dijese “mira cuánta música conozco”; simplemente me resultaba tan cercana como mis propias canciones y expresaba perfectamente algo que, en el momento, quería decir y no hubiese podido decir mejor.

Eres un poco impredecible ¿hacia dónde irán tus próximos pasos?

La verdad es que no lo tengo muy claro. Me gustaría mucho hacer un álbum de música electrónica en algún momento, pero quizá sea pronto todavía. Las canciones para un nuevo disco ya están escritas, pero aún no hemos decidido cómo lo vamos a grabar o hacia dónde vamos a orientarlo. La ventaja de no tener un público muy grande es que nadie espera nada de ti ni condiciona de ninguna manera lo que haces. Y que no soy muy de hacer planes, en fin.

 

Eduardo Izquierdo

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