Casi todos los grupos sudamericanos de los sesenta grabaron espontánea y precariamente; se aprecian errores, reverberaciones exageradas, gambas claras con la guitarra, textos resueltos con una sola frase… había pobreza de medios pero más bien casa con el carácter desmañado y atrevido, el macarrismo intrínseco al aborigen del cono sur. Esa precariedad ha contribuido mucho a que se considere a Los Saicos precursores del punk. Es sabido que no conocían a los Sonics, pero ahí está la gracia de que dos anomalías tan claras para 1965 estuvieran funcionando por generación espontánea a cientos de millas de distancia. Más mérito para los Saicos porque editaron sus singles en un sello ínfimo (DisPerú) que poseía un estudio de grabación infradotado, culpable también del marrano sonido que extrajeron, por el que hoy son reivindicados.