Curiosa selección la de Dylan cada vez que se enfrenta a una nueva edición de sus ya periódicas Bootleg Series. Ahora se inclina por las Witmark Demos, material destacable que cualquier dylanita de pro ya debe tener en su discografía ante sus numerosas ediciones piratas, algunas de ellas de presentación excelente.
Para el “no iniciado” la cosa es diferente. No puedo sino dudar del interés que para alguien no versado en las enseñanzas de su dylanísima puedan tener versiones primigenias de «Blowin’ in the wind» o «The Times They Are A-Changing» más allá de la mera curiosidad. De acuerdo que el material es excelente. Y quizá no está de más que el no experto tenga a su alcance este material esencial para entender a Dylan y casi diría que a toda la música americana. Pero admitámoslo. No todos somos dylanitas. Esa es la cruda realidad. Y eso puede provocar que no a todos interesen igual estas 47 canciones que, eso sí, nos hacen gozar hasta casi el éxtasis a los que respondemos afirmativamente a ese perfil. Pero yo voy más allá. Con la de material inédito que tiene Dylan ¿era necesario editar uno tan “sobado”? ¿Para cuándo las sesiones de grabación de Oh Mercy junto a Daniel Lanois? ¿O algún concierto de la etapa cristiana que demuestre que no fue tan mala como algunos se empeñan en reafirmar? ¿Cuándo llegará el turno de los ensayos junto a gente como Johnny Cash, Tom Petty o George Harrison? Podría hacer el chiste fácil sobre dónde está flotando la respuesta pero eso también sería repetirse ¿Que le ponga nota? Un 10. Pero..
Eduardo Izquierdo
