Conocidos en un primer instante para una inmensa mayoría como integrantes de la banda acompañante de Steve Earle, The Dukes, el matrimonio formado por Chris Masterson y Eleanor Whitmore ha logrado a base de buenas canciones que el público se interese por su proyecto personal.

El fallecimiento de un tipo con el historial y el carisma de Lemmy y con ello la desaparición de un icono del rock como Motörhead, sin duda uno de los grupos más queridos del negocio y con una legión de fans a muerte, no puede dejar indiferente a la máquina de exprimir bolsillos.

“Es un sucio y viejo mundo” muge James McCann en la declaración de principios inyectados de burricie que sirve de incisión inicial para su último disco; banda sonora para una apertura en canal, sin guantes y en la puta acera. El salvajismo de McCann y sus New Vindictives es el de los adoquines del Melbourne más cierto, jodido, alcohólico y[Leer Más…]

¡Puede que por su gran y exquisita sensibilidad pop tenga hasta dos corazones!. Desde luego un cerebro bien amueblado sí lo tiene, aunque él lo niegue en el título de su segundo y esperado trabajo. Su excelente pop en baja fidelidad pero que va creciendo también en ella le ha valido comparaciones con los Pavement, Robyn Hitchcock, Panda Bear o[Leer Más…]

Tras más de quince años trillando sudoroso rock and roll con vocación glam, espíritu atemporal, líneas vocales atronadoras y directos imprevisibles alimentados por guiños a la realeza del rock más clásico, Schizophrenic Spacers parecieron querer cerrar un capítulo con la publicación de un doble compacto en directo. Así, Macumba se convirtió en 2015 en el testimonio palpable de que la[Leer Más…]

Consciente de las cantidad de talento inédito que desfilaba semanalmente por el escenario del Max’s Kansas City, Peter Crowley, programador de la sala, propuso a los dueños de esta grabar un álbum con algunos de aquellos artistas.

En la época dorada del blues fue el último en llegar, y pese a su 1.85 metros, el más joven en adquirir el status de leyenda. Por suerte, hoy el blues goza de grandes nombres que rondan la treintena, pero los que quedan de antaño (Buddy Guy, Clapton, o el propio Cray) siguen marcando la norma con discos como este.

A veces uno echa de menos aquellos tiempos en los que las radios comerciales emitían canciones mestizas, bastardas, polinizadas. Tiempos en los que el punk y la nueva ola se abrían sin problemas a sonidos anteriores como el funk, la música disco o el reggae, y bandas como Blondie, Talking Heads o Police copaban las listas de éxitos.

Menudo cambio el que ha dado la irlandesa Imelda May con su último disco, de excelso título que me recuerda al de aquel disco de los Godfathers, compartiendo una percepción realista de la vida difícil de resumir en menos palabras. Un cambio físico evidente para quien hojeara nuestro número de mayo, pero que quedaría en anécdota si no fuese acompañado[Leer Más…]

Dios bendiga al responsable de recuperar esta joya: grabado en 1992, el primer trabajo en solitario de Collins tras su paso por Nerves y The Beat nació luchando a la contra, y alguien debía reivindicarlo. En plena vorágine de camisas de franela y sobredosis de vatios procedentes de Seattle, este artesano siempre en busca de la canción perfecta tenía pocas[Leer Más…]